Trazas históricas: El ciclismo arrolla al tenis

La frase del título, aplicada al ámbito tachirense es clara, diciente, tajante para unos, mientras que para otros, en la acera de enfrente, puede surgir la interrogante en qué momento pudo haber sido lo contrario, porque en la data histórica, el tenis, nunca ha podido inclinar el fiel de la balanza a su favor, menos en los últimas cinco décadas, cuando el ciclismo adoptó la Vuelta al Táchira como su principal referente, planteando así el símil de la lucha entre David y Goliat.

Sin embargo, al desempolvar las vetas históricas del deporte en el Táchira, el deporte blanco como también se le conoce al tenis, fue probablemente en forma oficial el primero en ver acción (1928) en la programación de las tradicionales Feria y Fiestas de San Cristóbal, renombradas desde 1965 como Feria de San Sebastián. Ambas versiones aparecen caracterizadas por las “corridas de toros” en sus años iniciales y luego, a su alrededor, en la ondas del tiempo, se nuclearon eventos deportivos, unas veces más, otras menos, pero vigentes hasta nuestros días.

Veamos.  En repaso somero del pasado, las “corridas de toros” asoman por primera vez en el Táchira en Lobatera el 28 de diciembre de 1774  luego que, ante el arribo del presbítero Manuel Antonio de Nava, primer párroco, en el libro de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, con fecha 22 de marzo de 1774 se acordara donar por parte de los cofrades, “seis toros para que corran por cuenta del señor cura y prioste, y que todos los años se jueguen en esta plaza y se determine la seguridad de los que tomasen para el año siguiente”, hecho marcado en la línea investigativa del cronista de Lobatera, Samir Sánchez.

En la capital tachirense, hasta 1834, la feria anual era alrededor del 10 de julio, Día de San Cristóbal, patrono de los choferes, pero al ser un mes lluvioso, las actividades se daban en medio de lodazales y muchas de ellas eran suspendidas, lo que llevó a don Pedro María Gutiérrez, “elemento de prestancia”, a realizar una propuesta el 8 de enero de 1835 al jefe político y era que desde el 13 de ese mes se obligaba a proporcionar los tres días de toros en la feria, además de vender al público carne gorda a un real la libra y media, más un apartado de tres docenas de voladores en cada tarde de toros. La propuesta fue debidamente aceptada y partir de ese momento la actividad se festeja el mes de enero, como lo reflejó en sus tareas del antepasado el “hurgador de archivos”, Marco Figueroa, segundo cronista de San Cristóbal y en años más recientes atizó Luis Hernández Contreras, cronista titular (cuarto).

El recuento histórico indica que la actividad se dio primero en la Plaza Mayor (hoy Juan Maldonado), después se trasladó a El Pantano, luego la Plaza Páez (hoy Plaza Bolívar), el Circo Metropolitano que tenía ubicación en la carrera 8, Plaza de La Ermita (hoy Plaza Páez), Plaza 19 de Diciembre (actual Urdaneta), Plaza de Los Mangos, Plaza La Concordia o Samán, la nueva Plaza de La Concordia (actual Plaza Venezuela)  y finalmente, desde 1967 en la Monumental Plaza de Toros en Pueblo Nuevo.

El tenis gana terreno

En los años iniciales del siglo pasado, en San Cristóbal, el 26 de febrero de 1905, en una primera manifestación deportiva, a la palestra un efímero equipo de béisbol denominado Base Ball Táchira, cuyo motor principal era José Rosario Moreno, un capachero que ejerció la presidencia del club, fue preso un par de veces de José Vicente Gómez, a quien adversaba, fundador y dueño del Almacén La Occidental (1907).

Luego del Base Ball Táchira aparece en escena el Base Ball San Cristóbal, que en una de sus etapas (1916) fue dirigido por el médico oriundo de Valencia, Carlos J. Bello, quien también, de acuerdo a lo aparecido el 31 de octubre de 1917 en el periódico Horizontes, propició la creación del Club Law-Tenis durante la celebración de los actos centrales correspondientes a un nuevo aniversario del Salón de Lectura.

El tenis, patentado en 1874 por Walter Winfield, vino a Venezuela años después, probablemente introducido por personal contratado que laboraba en empresas extranjeras, como las inglesas que construían el Ferrocarril Central. De inmediato fue calificado como de “minoría elitesca” y en Caracas, de acuerdo a lo aparecido en El Cojo Ilustrado en 1894, se jugaba en los alrededores o cercanías a la estación del tren en Santa Rosa, en la prolongación de la Avenida Este, hoy Libertador.

En las minas de Aroa en Yaracuy, que también tuvo ferrocarril, hubo tenis tempranamente, al igual que en Cúcuta, como lo refiere Alfredo Díaz Calderón en el libro Deporte Cucuteño desde 1900 hasta el 2000, con especificidad el 5 de noviembre de 1915 cuando el Deportista Fútbol Club, pionero, nacido el 5 de noviembre de 2013, se reestructura, cambia de nombre (Club Deportista de Cúcuta) y da cabida a cuatro disciplinas: tenis, béisbol, fútbol y ciclismo.

La presencia del tenis en el Táchira se desconoce, pero curiosamente el Ferrocarril del Táchira, programado para movilizar las grandes cosechas de café,  en el tramo de 106 kilómetros entre Encontrados y La Fría, con participación de empresas extranjeras, es ejecutado en el lapso de apenas dos años, 1893-1985 cuando inicia actividades.

Coinciden los historiadores en que la designación de Eustoquio Gómez como presidente del Táchira entre 1914 y 1925 frenó el desarrollo de la actividad deportiva. El béisbol, fútbol y el tenis apenas se mostraban, mientras que las corridas de toros y la transacción comercial eran expresión máxima como sucedió en 1906 cuando se dio la Exposición Tachirense con la presencia de doña Zoila de Castro, primera dama de la República.

En julio de 1927, ya ido Eustoquio Gómez, el tenis tomaba auge. El día 21 se dieron una serie de confrontaciones en dobles con presencia de siete (7) parejas del femenino y 14 del masculino, acción repetida, en singles, con gran despliegue en las páginas de Diario Católico, el 12 de octubre de ese año con dominio 11-9/6-4 y 6-4 de Ricardo Fossi Villasmil sobre Abel Santos, choque disputado desde las 4 de la tarde con H. Roo como juez de centro, ayudado en las líneas por Luis Santos y Miguel Mosquera.

También, a finales de 1927 se da la aparición de varios clubes de béisbol, entre ellos el Simón Bolívar BBC, Andrés Bello y Vuelvan Caras que tenía como presidente a José Duarte Balza. Un año más tarde se oficializa la creación de clubes de baloncesto.

Brillante solicitud

La actividad tenística no cesaba y se atacaban varios frentes, por lo que con fecha 18 de octubre se hace una brillante solicitud al presidente Gómez en Maracay, referida por la Voz del Siglo el martes 25 de octubre en la sección “Telegramas importantes”: “San Cristóbal, 18 de octubre de 1927. Para: Juan Vicente Gómez-Maracay, (…) Restringir el número de corridas de toros, darle impulso a la feria, destinar algunos números del programa de los festejos a espectáculos del deporte (…) y trescientos (Bs 300) para distribuir, en la forma que esa Junta lo estime conveniente entre los vencedores de los deportes de tenis, base-ball y foot-ball. (…) Firma: Amenodoro Rangel Lamus, presidente del Concejo Municipal de San Cristóbal.

Cuatro días antes, el 14, la cámara municipal sancristobalense había designado la Junta de Feria de 1928, presidencia otorgada a Eduardo Eliécer Santos y entre los objetivos estaba pretender eliminar “el derroche de pólvora, toros y música a fin de estimular los valores deportivos y del trabajo”, según lo recopila en uno de sus escritos el cronista actual Luis Hernández Contreras.

Así, el 19 enero, en la plaza 19 de Diciembre, a las 9 de la mañana, como lo registra Diario Católico en su edición del lunes 23 de enero de 1928, en juego preliminar se enfrentaron las “gentiles señoritas” Elvira Santos y Trina Soulés, match que inclinó a su favor Santos. Posteriormente saltaron a la cancha los jóvenes Oscar Larsen y Abel Santos, dupla que se enfrentó con éxito a la integrada por Roberto Villasmil y Ricardo Fossi.

En los periódicos de la época no hay registro de otros eventos deportivos en las tradicionales Feria y Fiestas de San Cristóbal, como era conocida la actividad que se originó como fiesta religiosa, jolgorio popular y corridas de toros a la usanza española. El tenis había ganado una batalla.

El ciclismo tachirense empieza a desarrollarse en los años 30 atenazado a los festejos populares, especialmente de San Cristóbal, Táriba y Lobatera. Un poco más adelante, finales de los años 40 suelta amarras hasta el 26 de mayo de 1950 cuando se crea la Federación Tachirense de Ciclismo, llamada posteriormente por reglamentación deportiva Asociación Tachirense de Ciclismo (ATC) como se conoce actualmente.

En San Cristóbal, las disputas pedaleras en enero se mantuvieron como un ritual. A comienzos de la década del 50, durante cuatro años en forma consecutiva se disputó un clásico en honor de Ernesto Colmenares, generalmente en la ruta San Cristóbal-Rubio-San Cristóbal.

La primera de las ediciones (1951), San Cristóbal-Rubio, con intervención de 24 ciclistas, disputada el 30 de enero, dejó como ganador a Carlos Enrique Quintero, quien marcó crono de una hora 23 minutos. Mario José Duarte y José Abel Becerra finalizaron empatados en la segunda casilla.

En lo colectivo, Aros con 55 puntos fue el combinado ganador, escoltado por CC El Tachirense (18), Teo Capriles (14), Táchira Raleigh (6) y CC Benotto Táchira (6). Las bases indicaban que el club ganador en dos oportunidades se quedaba con el trofeo en forma definitiva.

Quintero, luego de la defensa de los colores tachirenses en un campeonato nacional de ruta (1951), por primera vez, al lado de Mario Duarte, repitió el triunfo en la segunda edición. José Abel Becerra volvió a ser segundo y Antonio José Mendoza, tercero. Por equipos, el Benotto Tachirense acumuló (14) la mayor cantidad. El Aros ya no estaba en escena.

Las dos últimas ediciones del Ernesto Colmenares corridas en enero de 1953 y 1954 fueron conquistadas por Isidoro Hernández y Pedro Maximino Pérez, respectivamente. Pérez había sido escolta de Hernández el año inmediatamente anterior.

De esta manera, perseverante, el ciclismo comenzó a trazar su destino hasta enero de 1966 cuando vino el zarpe de la Vuelta al Táchira, con historia posterior ampliamente conocida hasta nuestros días y en la cual ha podido arrollar otro tipo de actividades, como aquellos Bolivarianos de baloncesto juvenil que tanto auge tuvieron en épocas pretéritas.

Escrito por: Frank Depablos Useche / @Frankdepablos1

Foto: tomada de la página en Facebook Cronista de San Cristóbal

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