Tres años después, Lewis Hamilton volvió a ganar una carrera en la Fórmula 1. Y lo hizo en Silverstone, su casa y circuito predilecto. El histórico piloto británico cruzó primero en el Gran Premio de Gran Bretaña, disputado este domingo, como décimo segunda prueba de la temporada 2024, por delante del neerlandés Max Verstappen (Red Bull), vigente tricampeón mundial y líder del actual campeonato, y de su compatriota Lando Norris (McLaren).
El ganador de siete títulos en la categoría reina del automovilismo rompió una sequía vigente desde 2021, año en el que había festejado su última conquista, en ese caso en la pista de Arabia Saudita (5 de diciembre). Acumulaba 56 grandes premios sin salir victorioso.
El triunfo de Hamilton, 104 de su trayectoria, tuvo una enorme carga emotiva, no solo por el fin de la racha negativa, sino que por lograrla ante su público, en el curso que marca el cierre de su exitoso ciclo con Mercedes, antes de su marcha a la Ferrari, con la que tiene un acuerdo cerrado para ser su piloto desde 2025.
No en balde, Hamilton, que ganó por novena vez en Silverstone y se convirtió en el volante con más alegrías en ese trazado, era un mar de lágrimas, tras el cruce por la línea de meta.
Hamilton largó desde la segunda posición y adelantó a George Russell, su compañero en Mercedes, cuando apareció la lluvia. Más tarde, aprovechó una demora de Norris al ingresar a pits para cambiar neumáticos y recuperó la casilla de privilegio, misma que mantuvo hasta el cruce final.
Verstappen adelantó a Norris a pocas vueltas del final y sumó una importante cuota de puntos que le sirve para estirar aún más su ventaja en la clasificación de los pilotos.
El gran circo entrará en una pausa de dos semanas para reiniciar su certamen el 21 de julio con la disputa del Gran Premio de Hungría.
Por Carlos José Méndez