No pocos se animaron a catalogar de “magnifica” la exhibición de Mike Tyson y Roy Jones Jr. Los cincuentones no desentonaron. Todo lo contrario. En el cuadrilátero levantado en el Staples Center de Los Ángeles, tanto ‘Iron Mike’ (54 años) como ‘Superman’ lucieron un físico envidiable y entregaron derroches de la calidad que tiempo atrás, en sus mejores tiempos, les hizo reinar en las categorías más pesadas del boxeo profesional.
La pelea, que no era oficial pero estaba bajo la supervisión del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), ‘consumió’ los ocho asaltos que estaban pautados en el programa, cada uno de dos minutos. Ninguno besó la lona y los jueces, en una decisión salomónica, dieron empate como resultado final.
Pero, a la luz de lo visto dentro de los encordados, Tyson fue superior. ‘El Animal’ se preparó durante meses para esta refriega, bajo la tutela de Rafael Cordeiro, el brasileño que es considerado una leyenda de las artes marciales mixtas y elegido dos veces el mejor entrenador de MMA, y sobre la lona se notó su buen estado de forma. Vale recordar que se quitó hasta 40 kilos de sobrepeso gracias a un exigente programa de entrenamientos y una vida más saludable. Sus movimientos de cintura están intactos.
Tyson dominó desde el primer campanazo
De entrada, Tyson tomó la iniciativa. Se fue al frente en busca de su rival, lanzando golpes a todas las zonas del cuerpo de su contrincante, especialmente en la zona hepática, con lo que causó algún daño. Era una de sus características de aquellos tiempos cuando era el más temido en el mundo del pugilismo y no quiso ser distinto en este retorno a los cuadriláteros, 15 años después de su última pelea oficial. Jones, que padece problemas crónicos en las rodillas, se las arregló para contener al de Brooklyn en esos primeros pasajes.
Faltó el nocaut, sí. Aunque debe decirse que dentro de las reglas establecidas por la Comisión Atlética del Estado de California, que hizo las veces de ente rector de la pelea, se estipulaban todo tipo de condiciones para evitar el exceso de fuerza y que alguno de los peleadores cayese malherido.
O mejor dicho, que a Tyson, aquel que una vez le mordió la oreja a Evander Holyfield, perdiese los papeles y colocará un puño fuera de lugar, dentro de una refriega de exhibición y con fines benéficos. De hechos, los guantes que usaron ambas leyendas eran de 12 onzas, en lugar de los 10 habituales en su categoría, peso pesado, con la idea de reducir impacto a los puños. Tyson estuvo a la altura y reguló su fuerza para que esto no terminase mal.
¿Lo volveremos a ver encima de un ring?
Tras los 16 minutos de acción, los aficionados, aquellos románticos del boxeo que siguen mirando con nostalgia los días en que Tyson, leyenda de este deporte, guste o no, hacía vibrar al mundo entero con sus “salvajadas”, pero, sobre todo, con su enorme talento.
El mismo Tyson, que se embolsó una bolsa de 10 millones, quedó satisfecho con su demostración. Pero lo más importante, dijo, es ayudar a gente necesitada. “Esto es más grande que pelear y ganar el campeonato”, señaló ‘Iron Mike’ sobre competir en exhibiciones en las que dona dinero a organizaciones benéficas.
¿Será su última exhibición? Puede que no. Desde ya se comienza a hablar de un tercer duelo con Holyfield, el hombre con quien protagonizó el que ha sido uno de los combates más polémicos y mediáticos de toda la historia.
Así lo vieron algunos portales
La pelea fue una amplio domino de Iron Mike que mantuvo su estilo con fintas y golpes al cuerpo, ante un rival que sintió la presión del campeón más joven de la historia en la categoría pesado (lo hizo con 20 años venciendo a Trevor Berbick. Iron Mike conectó en la zona hepática y algo que nunca perdió fueron sus fintas-sombras, algo que atemorizaba a cualquier rival. Sin duda que en el plano físico el peleador nacido en Brooklyn fue mejor.
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A Tyson lo hemos visto salir explosivo, como siempre, pero por supuesto conteniendo los golpes y sin apenas mostrar aquel uppercut terrorífico del que hacía gala. Se ha movido a la perfección y hoy día daría un susto a más de uno porque, aunque ya no sea tan rápido, no desentona. Será un cincuentón, pero si algo ha demostrado el exmonarca de los pesados es que tiene mucho boxeo aún dentro. Asombroso cómo estaba hace un año y cómo está ahora.
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La incertidumbre fue lo que marcó la pelea. La fama de rebelde y chico malo de Tyson, sumado a sus antecedentes, hacía presagiar que podría sobrepasar los límites, pero Mike es otro. Perdió 45 kilos y vuelve a disfrutar de una vida sana, aunque a veces se da sus caprichos (la marihuana fue permitida en los controles antidopaje). Mostró una versión calmada, sosegada y eso alegra a todos. Pese a ello, verle caminar hacia el ring con sus calzones negros cortos y esa mirada penetrante, que no cambia pasen los años que pasen, impone.
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Se preparó por largos meses para este momento y no decepcionó. Mike Tyson volvió al boxeo para demostrar que aún tiene lo necesario para deslumbrar a la gente como en los viejos tiempos. El popular ‘Iron’ hizo su regreso al ring en un combate de exhibición ante Roy Jones Jr. en el Staples Center de Los Ángeles. Desde el primer round. Mike Tyson salió de forma agresiva a buscar el nocaut. Su rival de inmediato intentó siempre cortarlo la distancia y abrazarlo; sin embargo, el excampeón mundial se mostró dominante durante los ocho rounds pactados.
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Escrito por: Carlos José Méndez / @CarlitosJMendez
Foto: ESPN