La sabermetría no tiene una opinión tajante sobre David Peralta. Le gusta su disciplina en el plato porque abanica poco e intenta golpear pocos lanzamientos que están fuera de la zona de strike. Sin embargo, no están conforme con la elevación de las conexiones del jardinero de los D-Backs, algo fundamental dentro de la valoración de un beisbolista actualmente.
La conclusión de la analítica es que Peralta debería hacer modificaciones en su swing. Quizás tenga una disminución de su promedio de bateo, pero aumentarán los extrabases, por lo que ayudará a Arizona a tener una ofensiva más productiva. El problema está en que Peralta decidió ignorar a toda esa información.
El patrullero decidió hacerle más caso a sus instintos y a las características que es como jugador. Golpeará a la pelota como indique el turno y no por los datos que le suministrará una computadora, una decisión diametralmente opuesta a la que ofrecerán la mayoría de los jugadores de las Grandes Ligas.
“Para ser sincero, no presto atención al ángulo de elevación (de los batazos) porque no es mi forma de batear”, comentó Peralta durante una entrevista para Las Mayores. “Soy un bateador de líneas y si se mete en la cabeza elevar la pelota, dañaré mi mecánica”.
David Peralta tiene un promedio de velocidad de salida de sus conexiones de 90.1 millas por hora, el mejor dentro de los D-Backs. Pero sus conexiones viajan una media de 131 pies de distancia, el peor dentro de Arizona. Sería el caso perfecto en el que elevar un poco más la esférica, conseguiría un aumento sustancial de extrabases. Para Peralta, el riesgo es más elevado que la recompensa.
“Continuará con lo que me permitió llegar a las Grandes Ligas y tener todo este tiempo aquí. Sé que puedo tener mucho éxito con lo que vine haciendo hasta el momento”, siguió el patrullero. “Por eso no he querido cambiar porque me ha funcionado”.
David Peralta no arreglará lo que funciona
Nadie podrá negarle a David Peralta que ha sido un bateador consistente en las Grandes Ligas. Ya tiene ocho temporadas en las mayores, la gran mayoría como una pieza fundamental dentro del plan de Arizona. Además, actualmente se mantiene como una de las figuras de la organización que intentará durante los próximos años volver a una postemporada.
Las estadísticas confirmarán ese pensamiento. De por vida tiene promedio de .289, con OPS de .816. Soltó apenas 91 cuadrangulares, pero su slugging de .472 confirman que no es un toletero débil. El OPS ajustado de 113 reiteran que es más productivo que el promedio del beisbol actualmente.
Son números que lo invitan a no hacer modificaciones. Si técnicos y números confirmaron que su producción es positiva, ¿para qué modificar lo que ha funcionado? Es por eso que, al menos sobre este tema, ignorará a la sabermetría.
“Seguiré trabajando, pero es un orgullo mantenerme en esta posición. Todo la dedicación y la disciplina dieron resultado. Sé que voy a cosechar más triunfos si me mantengo de esa forma”, cerró.
Escrito por: César Sequera Ramos |@CesarSequera33
Foto: Arizona D-Backs