Los resultados generales, de que esos que no se analizan mucho y que determinan el nivel de un lanzador, no son buenos. Pero Martín Pérez salió de su última apertura contra los Texas Rangers, en la que cargó con la segunda derrota de la temporada, con una sonrisa del rostro. Incómodo porque los Red Sox cayeron, pero con razones para ser positivos.
Lo principales es que finalmente tuvo una actuación en la que se quedó con aspectos positivos. Lanzó 5.2 episodios en los que recibió dos carreras, pero solamente una fue limpia. No le negociaciones boletos, quizás lo mejor de la presentación y ponchó a siete rivales, una bonificación especial.
La recta tenía la potencia que deseaba, el sinker se movió hacia donde deseó y los pitcheos secundarios contaron con el comando requerido. Luego de cuatro aperturas en las que fue bateado, finalmente Martín Pérez sintió que abandonó el encuentro con la misión individual lograda.
“Buen juego”, expresó Pérez. “Creo que necesitaba uno de estas presentaciones para recuperar todo. Creo que pude combinarlo (todos mis pitcheos). Mi cambio estuvo ahí y puede [crear diferencia] entre los lanzamientos. Fue una buena salida. Competí e hice lo mejor que pude para ganar el juego”.
Claro, no lo logró y eso siempre determinará la opinión del aficionado. Pero las estadísticas detalladas confirmaron que, si Boston no sumó el triunfo, no fue por responsabilidad de Martín Pérez. La ofensiva de Texas solo ligó cinco hits mientras estuvo sobre el morrito y contra sus envíos apenas pegaron un extrabase. Lamentablemente, la ofensiva de los Red Sox no apoyó como venía haciendo las últimas semanas.
Martín Pérez recuperó su cambio de velocidad
El cambio de velocidad es, quizás, la principal arma de Martín Pérez. Con el sinker induce roletazos y trata de colocarse arriba en el conteo, pero es envío lento el que provoca que los rivales desluzcan. Cuando está bien, es muy posible que la presentación del zurdo sea exitosa. Mientras que si tiene poco movimiento y ubicación, el venezolano es predecible.
Fue eso lo que le sucedió en el comienzo de la zafra. El cambio de velocidad no tenía mayor diferencia de millas con la recta y se estaba quedando en el centro del plato. Los rivales lo golpeaban sin contemplación y por eso lo resultados no estaban llegando.
Afortunadamente, el cuerpo técnico de los Red Sox detectó el problema y le solicitó que utilizara un método de entrenamiento diferente. Así como lanzaba pelotas a larga distancia, que hiciera lo propio usando el cambio de velocidad, de forma que recuperara la sensación que había perdido con ese pitcheo.
“Traté de hacer unos tiros largos con mi cambio un poco [entre aperturas] para recuperar la sensación con ese pitcheo”, dijo Pérez. “A 120 pies, simplemente tratando de tener buena extensión frente a mis ojos. El recuperar mi pitcheo y por fin lograrlo fue algo que me emocionó”.
Contra Texas funcionó ese trabajó. La mayoría de sus ponches llegaron con ese envío y a los rivales les costó descifrarlo. Es un buen augurio para su siguiente apertura y el resto de la temporada con los patirrojos.
“Siento que vienen cosas buenas. Cuando eres lanzador y tienes un gran cambio, a veces no cuentas con eso y es difícil competir con solamente dos pitcheos”, cerró.
Escrito por: César Sequera Ramos |@CesarSequera33
Foto: Boston Red Sox