En sus primeros 29 juegos con los Guardianes (en ese entonces Indios) el año pasado, Andrés Giménez apenas pudo conectar para un promedio de .180, con un OPS de .534 puntos. A pesar de las grandes expectativas con las que llegó el venezolano a la organización, tras ser la pieza central del cambio que envió a Francisco Lindor y Carlos Carrasco a los Mets, el alto mando de Cleveland no tuvo otra opción más que enviarlo a las menores.
Para cualquier pelotero, en especial uno tan joven y con semejante responsabilidad sobre sus hombros, dicho movimiento puede ser devastador y desmoralizador. Dentro de la divisa sabían que Giménez estaría de regreso en algún punto, pero el larense tendría que ganarse la promoción.
«Me considero extremadamente optimista sobre el poder del trabajo y de mis rutinas«, le comentó el criollo a MLB.com esta semana. «Pero estar allá en Triple A lo hace todo más distante. Por supuesto, no era algo en lo que estaba pensando. Solo intentaba convertirme en un mejor jugador».
Objetivo cumplido. En sus siguientes 52 encuentros con el Columbus, Giménez sacudió para .287 de average, con un OPS de .845, 13 dobles y 10 jonrones, lo que llevó a la directiva de los Guardianes a ofrecerle una nueva oportunidad en el máximo escenario.
Su desempeño en el resto de la temporada tampoco fue el esperado (.246 de AVG y .702 de OPS), pero indudablemente eran cifras mucho más cercanas a las que el joven toletero estaba acostumbrado a registrar.
«Creo que el año pasado todo era nuevo para él», señaló Terry Francona, mánager de Cleveland. «Me parece que sentía que debía conseguir hits para mantenerse en el lineup. Esa es una forma difícil de jugar. Y ahora tiene un año más de familiarización con nosotros, con su juego, con todo y está demostrando que es un muy buen jugador; es decir, un pelotero realmente bueno. Está mejorando, todavía es bastante joven», agregó.
Recompensa inmediata:
En la presente temporada, Giménez no solo ha sido una mejor versión de sí mismo, sino que también se ha establecido como uno de los mejores camareros de la Liga Americana, al punto de que después de la lesión sufrida por su compatriota José Altuve, el barquisimetano será el encargado de abrir como segunda base regular del joven circuito en el Juego de Estrellas este martes.
«Realmente lo merece. Hizo el ajuste necesario para jugar», indicó Emmanuel Clase, taponero de los Guardianes y quien también recibió invitación al clásico de luminarias en Los Ángeles. «Hasta donde he visto, es un chico muy positivo. Siempre está dispuesto a jugar duro. Lo merece, es un muy buen jugador. Lo ha demostrado y estoy muy contento por él».
Al momento en que Giménez se enteró de que asistiría a su primer «Clásico de Mitad de Temporada», su promedio era de .300 puntos, con 11 dobles, dos triples, nueve vuelacercas, 40 fletadas y un OPS de .836.
Sin embargo, esos números no eran garantía de que el camarero asistiría a la cita en el Dodger Stadium, por lo que Francona decidió inyectarle un poco más de drama al anuncio. Luego de reunir a su equipo en Kansas City, el mandamás dio a conocer que Clase y José Ramírez representarían al club en el Juego de Estrellas este año, realizando una pausa considerable hasta revelar que Giménez los estaría acompañando también.
«Presentamos a los muchachos y todos les dieron un aplauso, pero explotaron cuando mencioné a Giménez«, recordó Francona. «Para José y Clase era casi un hecho, pero cuando Andrés hizo el equipo, ese lugar enloqueció. Fue muy agradable de ver».
Desde una experiencia agria, al ser enviado a las menores con tantas expectativas a su alrededor, hasta convertirse en uno de los jugadores más importantes de la organización, tal como se esperaba cuando se concretó aquel mega cambio con los Mets. Un año ha marcado una gran diferencia para el venezolano.
«Es una forma de validación por todo el trabajo que se ha hecho. Creo que será un momento muy especial para mí y para mi familia, sin duda», aseguró Giménez.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía Guardianes.