Hace un par de semanas regresó al sur de Italia tras casi dos años de parón en Venezuela Andrea Contreras Meli. Una zuliana de 18 años que tuvo su primera experiencia en el baloncesto extranjero entre octubre de 2019 y febrero 2020, pero volvió a sus tierras con la misión de terminar el bachillerato y aterrizar nuevamente en Potenza, capital de Basilicata.
Sus planes cambiaron como los de casi todo el planeta. La pandemia retrasó ese retorno, mas fue llamada nuevamente para arribar a las filas del Basilia Basket Potenza, club de la Serie B (categoría que le sigue a la Serie A y Serie A2 en el sistema de competición profesional allá) de cara a la venidera campaña que arranca el sábado 9 de octubre. Con 16 años se había mostrado de buena manera con jugadoras mayores, ahora espera seguir creciendo.
«Yo me regresé a Venezuela antes de que terminara la temporada porque cuando llegué a Italia me pusieron en tercer año. En Venezuela estaba en quinto. Fue un cambio que no quise aceptar. Llegamos al acuerdo de que regresaría, me faltaban meses para graduarme, y cuando terminara el colegio volvía de una vez. Pero a la semana cayó la pandemia», dice Contreras a Sports Venezuela.
Si bien ahora es dos años mayor, continúa siendo de los rostros más jóvenes del plantel. Es la segunda menor detrás de una chica de la cantera en un conjunto con promedio de 32 años más o menos, cuenta.
Casi dos años en Venezuela trabajando en lo individual para Andrea Contreras, ahora lo colectivo en la pretemporada
Se pudo mantener activa practicando con la Selección Juvenil del Zulia, aunque no pertenecía a la categoría, disputaba los amistosos para mantenerse. De igual forma le sirvió para trabajar su juego, destaca: «Mejoré individualmente, pero colectivamente he tenido este corto tiempo de pretemporada para adaptarme poco a poco ya que soy la piloto y debo hacer jugar al equipo. Mejoré el pasar la media cancha, las finalizaciones, pero me ha costado adaptarme al estilo de aquí otra vez. Porque tengo dos años sin jugar a nivel profesional».
Siempre haciendo ver las notables diferencias entre las dos formas: En Venezuela, más velocidad, uno contra uno, físico; en Italia, mayor rotación, pausa.
En cuanto a la rutina, continúa sus estudios de Comunicación Social vía online, ya que paralelamente a los tabloncillos se forma para ejercer Periodismo Deportivo en el futuro. Los entrenamientos en Potenza, al menos en la preparación del torneo, son de 3 días a la semana solamente, por lo que decide junto a su compañera norteamericana sumar más horas por su lado:
«Nosotras entrenamos a parte, tratamos de hacerlo todos los días. Salimos a trotar por el pueblo, tratamos de hacer peso aquí en la casa, vamos a una cancha a lanzar…»
Una Superliga que no se llegó a dar mientras estuvo en Venezuela
El proyecto de reanudar el baloncesto femenino en Venezuela no ha podido establecerse a pesar de las intenciones emitidas desde 2020. Supuestamente iniciaría este 01 de octubre a la par de la Copa Superliga Profesional de Baloncesto, y hasta la fecha no se tienen novedades de ningún certamen.
«Fueron dos años largos para mí allá, pero la noticia de que me venía fue de una semana. Tenía propuestas para jugar la Superliga Femenina en Maracaibo y en otro estado también. Pero mi ficha estaba aquí, en Basilia. Si iba a jugar en Venezuela tenían que vender o prestar mi ficha, y no hubo acuerdo. Entonces me mandaron el boleto«, señaló la base, y agregó:
«Soñaba con jugar en Maracaibo. Muchos años atrás hubo una liga profesional en Venezuela y apenas está volviendo a surgir. Es un sueño poder jugar profesional en mi país. Yo quiero seguir desarrollándome como jugadora, no podía rechazar esta oportunidad».
Seguramente podrá cumplir ese deseo más adelante cuando las condiciones se presten para disfrutar de su talento en lo más alto del deporte nacional, mientras tanto, se concentrará en dar el máximo los próximos meses y sumar otra pasantía fructuosa en las pistas europeas.
Escrito por: Santiago Aceituno R / @SantiAce23
Foto: Cortesía