Para un aficionado de Marinos de Anzoátegui en las últimas dos décadas uno de los momentos más recordados no fue ninguno de sus múltiples tÃtulos. Quizás todos ellos se emocionan al rememorar aquel triple conseguido por Donta Smith en los instantes finales del quinto juego de la final de 2010.
La Liga Profesional de Baloncesto (LPB) añora la rivalidad entre Cocodrilos de Caracas y Marinos de Anzoátegui. Fueron hasta cuatro finales en cinco años, con dos campeonatos por lado.
El Parque Naciones Unidas (PNU) y el Gimnasio Luis Ramos de Puerto La Cruz, eran testigos de arduas batallas que casi siempre estaban a rebosar de fanáticos ruidosos que en algunas ocasiones terminaban con acciones violentas. Pero esa fue una de las etapas más añoradas del baloncesto venezolano.
Nos situamos en la Gran Final de 2010, apenas un año antes Marinos se habÃa coronado en el PNU, después de ir a tiempo extra en un infartante duelo.
Cocodrilos querÃa revancha y estaba cerca de lograrlo, pues habÃa ganado los dos primeros partidos de la serie como local, además de triunfar en el tercer duelo en la »Caldera del Diablo».
El conjunto capitalino se ponÃa 3-0 y tenÃa que ganar uno de los dos partidos de visitante que le restaban, no solamente para ser campeón de la liga, sino para tomar venganza y celebrar en Puerto La Cruz. El escenario ideal.
Donta Smith: héroe
Cuarto partido, Cocodrilos con el trÃo de extranjeros conformado por el uruguayo Leandro Garciamorales, el dominicano Jack MartÃnez y el estadounidense Carl Elliot partÃa como favorito. Hasta cierto punto lo era, dado que su plantilla asà lo reflejaba.
Marinos necesitaba salvar el orgullo y liderados por la tropa criolla integrada por Héctor »Pepito» Romero, Axiers Sucre y un joven Gregory Vargas intentarÃa la hazaña. Sin embargo, el héroe indiscutible serÃa otro.
Donta Smith, un estadounidense de 27 años, habÃa llegado proveniente de Bulgaria tras jugar pocos partidos en la NBA. Aquella campaña destacó con su disparo de larga distancia y atleticismo dentro del cuadro naval.
Su labor fue necesaria para ganar ese cuarto juego y seguir con vida, pese a que era muy cuesta arriba remontar la serie. ParecÃa cuestión de tiempo que Cocodrilos ganara y se titulara campeón de la LPB.
En el quinto encuentro los visitantes hicieron oÃdos sordos del ruido ensordecedor que habÃa en el gimnasio Luis Ramos, con más de siete mil espectadores involucrados con su equipo y dominaron las acciones hasta bien entrado el último cuarto.
Elliot, MartÃnez y Jesús »Zancudo» Centeno eran los lÃderes anotadores de Cocodrilos que ganaba 71-62 después de 30 minutos jugados. La victoria parecÃa cantada, y más cantada lucÃa aún a 12 segundos del cierre.
La gente estaba más callada, producto del 91-85 favorable al combinado de la capital. Muchos comenzaban a pensar en la siguiente temporada y en que tal vez Cocodrilos era un equipo superior en ese momento.
Pero Leandro Garciamorales, un ejecutor confiable de tiros libres, se paró en la lÃnea de castigo y falló tres lanzamientos que le permitieron a Marinos ponerse a una posesión corta.
Éxtasis en »La Caldera»
Garciamorales recibe falta, restan menos de cinco segundos, Marinos no puede pedir más tiempos muertos y debe jugarse la temporada completa en ese instante. Partido 92-90, el uruguayo tenÃa dos opciones.
La primera opción era anotar, colocar el juego por una posesión larga, y que en el peor de los casos un triple igualara las acciones. La desventaja de esta opción era la posibilidad de dejarle a Marinos sacar desde su campo y pensar una jugada.
En caso de fallar el reloj se consumirÃa en la búsqueda por el rebote y quien sea que recogiera el rechazo debÃa intentar una jugada desesperada desde más allá de la mitad de cancha. Esta opción fue la prevaleció en la mente del charrúa.
Varios jugadores de ambos equipos se suman en la búsqueda del balón, que le cae al héroe de la jornada. Donta Smith no tenÃa tiempo para pensar y lanzó un triple, a una mano, casi desde su terreno y ¡Encestó!
El júbilo de los aficionados orientales se puso de manifiesto con la inmediata invasión de cancha en busca de poder abrazar a los jugadores que consiguieron tal remontada. La celebración fue tal y como si de un campeonato se tratase, para una franquicia que ya tenÃa siete en sus vitrinas. En ese momento, el triple de Donta valió todo.
Héctor Romero subió a abrazar a sus familiares sumido en la alegrÃa, igual que varios de los integrantes del combinado anzoatiguense. ParecÃa surreal festejar de esa manera un partido que a la postre no servirÃa para evitar que Cocodrilos de Caracas consiguiera su cuarto tÃtulo unos dÃas despúés. Era el orgullo de no ser derrotados en casa.
Donta Smith declararÃa a los medios de comunicación sobre su milagroso triple.
«Cuando agarré el balón sabÃa perfectamente lo que iba a hacer. Estuve entrenando desde muy temprano mi disparo de larga distancia. Cuando llegó el momento ya habÃamos planificado una acción similar por lo que sabÃa lo tenÃa que hacer en esa importante oportunidad. No Ãbamos a permitir que ellos (Cocodrilos) celebrarán acá«, dijo emocionado el alero importado.
Un año después Donta Smith regresarÃa a Marinos para ahora sÃ, darle el octavo trofeo de campeón a la franquicia más ganadora de la LPB. Otra vez ante Cocodrilos, con quien se forjó una rivalidad que realzó el producto del baloncesto venezolano entre los aficionados en el paÃs.
Escrito por: Alejandro Jesús Fernández / @AlejoFer1398
Foto: Pinterest.