Carlos Loyzaga es conocido como el mejor jugador filipino que haya pisado una cancha, pues cambió la pasión de un país. Un hombre con una historia apasionante detrás.
Desde 1565 hasta 1898, Filipinas estuvo bajo mandato español. Por eso no es raro ver a personas como Carlos, hijo de dos filipinos con ascendencia cubana y española. Incluso debe su nombre al futuro rey Felipe II.
Carlos Loyzaga llevó a Filipinas a lo más alto del básquet asiático, y bien arriba en el mundo
Loyzaga era un pivot de 1.91 (era otra época) que dominó el baloncesto colegial de Filipinas a principios de los 50 con la universidad de San Beda.
Por eso no fue extraño que fuese llamado para representar a Filipinas en los Juegos Asiáticos de 1951 en India, donde su país terminó con la medalla de oro. Este fue el primer gran logro del básquet filipino, lo cual atrajo la atención del público en las islas.
Llega el Mundial de 1954, celebrado en Río de Janeiro, Brasil. En este torneo participaron potencias como Estados Unidos, Yugoslavia y la selección anfitriona. Pero Filipinas, representante de Asia, quería dar la sorpresa y en Loyzaga tenía a su esperanza.
Allí, The Big Difference le hizo honor a su apodo. 15 puntos en la victoria sobre Paraguay, 20 en el triunfo contra Israel y 19 en la histórica conquista ante Francia. Pero fueron los 31 puntos frente Uruguay los que decidieron el 3er lugar del torneo. Una medalla de bronce que se recuerda aún.
Los jugadores regresaron como héroes e hicieron que el baloncesto en Filipinas se hiciera el deporte número 1. También encontraron en Loyzaga a su ídolo y referente. La cara visible de una nación que encontró en él su identidad.
Incluso, en 1956 iría con su país a los JJ.OO, y obtuvo un importante 7mo lugar. En ese evento volvieron a derrotar a Francia. Es hasta los momentos la mejor participación de un conjunto asiático en una cita olímpica. Así como también lo es la presea de bronce en el Mundial de 1954.
Después de ganar la dorada en los FIBA Asia de 1960 y 1963, Carlos se retiró y empezó su carrera como entrenador. De coach también cosechó éxitos ganando el título de FIBA Asia en 1967.
Es considerado por muchos filipinos como el mejor deportista de su historia (junto con Manny Pacquiao), y todavía hacen intentos para que entre en el Salón de la Fama de FIBA. Murió en 2016, a los 85 años de edad.
Escrito por: Alejandro Fernández / @AlejoFer1398
Foto: Olympics
