Donta Smith fue calentando los motores durante las fases previas en la Superliga de Baloncesto. Llegó desde Israel a un plantel muy joven, sirvió de mentor para lo generación de chicos con la que Trotamundos de Carabobo clasificó. Después, cuando llegaron los refuerzos, las aspiraciones aumentaron y de manera exponencial, así lo hizo el rendimiento del norteamericano.
Volvió a Venezuela muchos años después con un físico más limitado al recordado, con 37 años. Sin embargo, la experiencia internacional y talento desbordante le permitieron bailar a sus rivales por más enérgicos y atléticos que fueran. Defendió con más maña que entrega, atacó de manera inteligente y efectiva. Lideró en varias oportunidades las casillas del Expreso Azul.
En temporada regular promedió 12.5 puntos, 5.9 rebotes y 4.2 asistencias. Incrementó sus números en Súper Ronda, semifinales, y dejó lo mejor para la Gran Final ante Guaiqueríes de Margarita: 18.0/6.5/3.8 con 38% de 3PT y 49% de TC, además de 2.5 robos por encuentro en las 4 citas de serie.
Su aporte a partir de la veteranía le dio más libertad a David Cubillán y Jhornan Zamora, este último elegido MVP de las finales. En el armado de juego y responsabilidades sobre la «chiquita». El Vampiro tuvo un regreso por lo alto en el baloncesto venezolano, subiendo el nivel del torneo, dando espectáculo con volcadas inesperadas por momentos y también dándole más riña a la disputa. Desmoralizando con tiros en momentos bisagra.
Escrito por: Santiago Aceituno R / @SantiAce23
Foto: SLB