En el primer juego de las Finales de la NBA, Los Angeles Lakers se impusieron con suma facilidad al Miami Heat. Aunque el marcador no fue tan abultado al término del encuentro, durante el mismo la diferencia llegó a ser hasta de 30 unidades. El buen inicio de los dirigidos por Erik Spoelstra fue fugaz, tanto como las ofensivas de los angelinos a lo largo del duelo.
Lakers ejecuta rápido
Una de las fortalezas de los Lakers son sus ofensivas rápidas. Dos o tres pases para tirar a canasta, antes de que el rival pueda posicionarse. Por su excelente ejecución, las probabilidades de éxito son mayores que las de fallo. Pueden anotar, sacar la falta e incluso tener ventaja a la hora de tomar el rebote ofensivo.
Así atacaron la incómoda defensa en zona de su rival. Usando a Anthony Davis como “pulpo”, aniquilaron a Miami prácticamente en cada oportunidad que intentaron dicha estrategia.
Los ataques rápidos bien estructurados y/o ejecutados hacen que los tiros tomados sean tan buenos o mejores como uno que les tomó 20 segundos conseguir. Allí radica parte de su efectividad. Y en una noche en la que casi todos estén finos, como la de este miércoles, es muy complicado que su rival pueda sobrevivir a dicha avalancha.
Los puntos rápidos también tienen su valor anímico. Que luego de una ofensiva más “trabajada” del Heat solo pasen cinco segundos para que los Lakers respondan, te tumba. Y el ir de tú a tú no es la opción más sensata. La maquinaria de Frank Vogel no para, no descansa.
Necesitará ajustar mucho atrás Spoelstra para la que serie sea pareja. Por ahora, el 1-0 luce enorme para Los Angeles.
Escrito por: Jorge Fernández / @SirGeorgeF.
Foto: NBA