Luis Sosa: precursor venezolano en el baloncesto argentino

El miércoles pasado el ala-pivot Néstor Colmenares debutó en la Liga Nacional de Argentina, convirtiéndose en el 19no venezolano que disputa la primera categoría del torneo gaucho. Colmenares es uno de los dos venezolanos inscritos en planteles del circuito, además de Miguel Ruiz (Gimnasia). El zuliano Fernando Fuenmayor (Obras Sanitarias) está en el campeonato de desarrollo, con la expectativa de enrolarse en el primer equipo en cualquier momento. Pero la diáspora vinotinto en la Liga Nacional tiene un precursor: Luis Emilio Sosa.

El exinternacional venezolano y hoy entrenador fue el pionero en las lides de asumir como embajador del baloncesto de su país en Argentina, en la Liga Nacional de Baloncesto.

Antes, en 1975, el vinotinto Ramón “Tulo” Rivero había defendido los colores de Gimnasia y Esgrima de La Plata en el Campeonato Argentino de Clubes, en el cual se enfrentaban quintetos de provincias.

Luis Sosa: precursor en River Plate

Hoy radicado en la Isla de Margarita, estado Nueva Esparta, Sosa recuerda que el rendimiento que tuvo en los partidos de preparación al Suramericano de 1985, fue uno de los detonantes que le han cambiado su vida.

Nuestro entrenador era Pedro ‘Camagüey’ Espinoza”, recuerda el exalapivot de Guaiqueríes de Margarita y Marinos de Anzoátegui en la Liga Profesional de Venezuela.

En los partidos que jugamos contra Argentina me fue bastante bien. Alberto Finger, quien era el técnico de Argentina en ese tiempo, me ofrece jugar para su equipo en la Liga Nacional”, reveló Sosa.

A partir de entonces, sin dar lo conversado como hecho, ambas partes comenzaron a planificar su viaje hacia Buenos Aires. “En ese Suramericano, disputado en Colombia, Venezuela ganó la medalla de bronce. Recuerdo ese torneo con mucha satisfacción”, continuó Sosa. 

Al llegar a Caracas, un directivo de River Plate se comunicó conmigo por teléfono. Acordamos todo y luego viajó a Buenos Aires”. Así llegó el caraqueño Sosa como uno de los flamantes fichajes de Club Atlético River Plate para la temporada de 1985-1986.

¿Cómo le fue a Luis Sosa en Argentina?

– ¿En términos generales, qué recuerda de esa experiencia?
– Fue una experiencia hermosísima. Era un básquetbol totalmente diferente al que jugábamos en Venezuela. Aquí jugamos un básquet muy atlético, de mucha carrera, de mucho juego individual, de uno contra uno.

En Argentina había mucha influencia de Italia y España y se jugaba mucho en conjunto, con sistemas bajo los cuales cada jugador tenía un rol específico según su posición. Por ejemplo, los jugadores internos, que es mi caso, tenían que cumplir unas tareas predeterminadas. Había que pasar mucho la bola, se empleaban muchas estrategias para el juego perimetral, la defensa era muy fuerte. Fue un gran aprendizaje para mí. Después de esa experiencia fui otro jugador.

– Llegaron a postemporada.
– Nos eliminó Atenas de Córdoba en semifinales. En ese momento Atenas era el equipo más grande de Argentina. Llegamos a esa instancia luego de eliminar a Unión.

– Pertenecer a una institución tan importante en el continente, para un extranjero, debe tener algún impacto.

– La experiencia personal fue supremamente bonita. Vivía en un apartamento entre Santa Fe y Cerrito, muy cerca del Obelisco. En esa época Argentina vivía una “explosión” cultural muy intensa, una reivindicación de las libertades tras la caída de la dictadura militar (1983). Habían muchas expresiones artísticas en las calles, mucha actividad musical. Recuerdo que para entonces irrumpía gente como Fito Páez y Soda Stereo…

– Nada menos…
– Sí, nada menos. Fui a un pub cercano y los vi tocar. No tenía idea de quiénes eran, pero se les notaba el aura y la energía que tenían en escena. Luego la historia demostró lo grande que son.

River Plate: institución ejemplar

– ¿Y lo que se respiraba dentro de la institución?
– Era como una cultura. Los empleados del club se portaron espectacular, me trataron excelente. Tuve buenos amigos. 

– ¿Qué anécdota guarda de esa rutina dentro del club?
– En la cantina del club, a cualquier hora, coincidía con los jugadores de fútbol. Una vez me topé con Enzo Francescoli, el líder de ese River. Un ser humano muy cercano, que saludaba a todos. Hoy me jacto de haberlo conocido y de haber coincidido con él en el mismo club.
– Tuve la oportunidad de ver un (clásico de fútbol) River-Boca en cancha de River y quedé gratamente impresionado. Nunca en mi vida volví a ver algo igual. ¡Espeluznante!

– ¡Qué época!
– El club también tenía un complejo de canchas de tenis. A veces iba a ver. Una de esas veces me topé con Gabriela Sabatini, la conocí. ¡Increíble! Ha sido una de las épocas más bonitas de mi vida.

– Pero tuvo otra experiencia en Argentina.
– En la temporada siguiente acordé con Sporting de General Pico para disputar el torneo de ascenso. El objetivo era regresar a Primera. Jugué como media temporada. Realmente aprendí muchísimo y luego incorporé a mi juego todo cuanto aprendí. Cuando volví a la liga en Venezuela puse todo eso en práctica, ese ha sido mi modesto aporte para el crecimiento del baloncesto venezolano. Hoy, como entrenador, también trato de enseñar todo lo que aprendí de esas experiencias.

Luis Sosa promedió 13.8 puntos en 18 partidos disputados.

Néstor Colmenares ahora, junto a Ruiz, asume el testigo. La representación vinotinto sigue dejando huella en Argentina.

Escrito por: León Aguilar / @aguilar_leon.
Fotos: Cortesía.

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