Encontrar una carrera si quiera similar a la de Alex Cabrera en el beisbol profesional venezolano, resulta tan difícil como hallar otro ser humano con la fuerza del toletero oriundo de Caripito para chocar la bola. Y es que no solo se trata de lo que hizo en el terreno de juego, sino de todo lo que rodea a su nombre.
Cabrera, quien este 24 de diciembre celebra sus 49 años de vida, tiene uno de los currículums más impresionantes de bateador alguno en la historia de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Allí por detrás de Antonio Armas, Robert Pérez, Luis “Camaleón” García, César Tovar y Víctor Davalillo, también pertenecen los números de Alex Cabrera, aunque a muchos les resulte inaudito.
El “Samurái”, como fue apodado tras sus varias campañas exitosas en el beisbol japonés, ha sido uno de los grandes de todos los tiempos.
Los 760 imparables que conectó Alex Cabrera en su carrera de 20 temporadas en el circuito local están igualados en el puesto número 24 en la historia, mientras que sus 135 cuadrangulares lo mantienen como segundo en la lista, únicamente por detrás de los 138 de Eliézer Alfonzo. Las 465 carreras impulsadas del slugger son la séptima cifra más elevada, sus 1.314 bases alcanzadas se ubican décimas y sus 274 extrabases lo dejan como el sexto mejor en dicho departamento.
Cabrera ganó tres veces el premio al Jugador Más Valioso, más que cualquier otro pelotero desde que se entregó la primera distinción en la 1985-1986. También fue Regreso del Año en una ocasión y Productor del Año en dos oportunidades. Ocho veces fue seleccionado como el jugador más destacado de la semana.
Con un lado muy oscuro
Pero el nombre de Alex Cabrera jamás será visto con los mismos ojos de admiración que el de sus colegas previamente mencionados, y eso es absolutamente entendible. La carrera del paleador estuvo llena de logros, pero también de escándalos y polémicas.
Todo comenzó por allá en el 2007, cuando se dieron a conocer los resultados del Reporte Mitchell, una investigación de 20 meses que realizó el exsenador estadounidense, George Mitchell, sobre el uso de substancias para mejorar el rendimiento en las Grandes Ligas. Dicho informe señaló a Cabrera como uno de los destinatarios de un paquete que contenía esteroides, esto cuando el venezolano formaba parte de los Cascabeles de Arizona.
Posteriormente, Alex Cabrera dio positivo a consumo de substancias prohibidas mientras jugaba en la pelota mexicana, y luego de que se implementara jun sistema antidoping en la LVBP, una de sus pruebas también arrojó resultado afirmativo.
Desafortunadamente, en Japón no se había establecido un protoloco antidopaje cuando Cabrera alcanzó el récord de vuelacercas en esa liga en 2002, así como tampoco lo había en Venezuela cuando el “Samurái” rompió la marca de Baudilio Díaz de más bambinazos en una misma temporada en la 2013-2014, misma zafra en la que se convirtió en el primer y hasta ahora único jugador en la historia del circuito en ganar la Triple Corona ofensiva.
Una personalidad complicada
Protagonista de muchas riñas y peleas a lo largo de su carrera, la reputación de Cabrera, más allá de su lazo con el dopaje, tampoco sirve de sedante ante el ojo público.
La personalidad por momentos tosca del exgrandeliga lo llevó a protagonizar momentos desagradables, como cuando criticó la calidad del trofeo que recibió como triplecoronado o cuando en un intento por homenajear a su hijo, en ese entonces receptor de los Leones, le arrojó su camiseta alusiva a Tiburones tras llegar al plato en su recorrido de bases posterior a un jonrón, lo que fue visto por aficionados y expertos como un gesto irrespetuoso.
Es importante destacar que, si bien su nombre es sinónimo de conflicto para muchos, en otros casos, como en el de José “Cafecito” Martínez, Cabrera siempre ha sido un ejemplo de trabajo y dedicación. De hecho, el actual capitán de los Tiburones se ha referido a su excompañero como uno de los grandes mentores de su carrera.
Hoy, en el anonimato para la gran mayoría, Cabrera llega a casi cinco décadas de vida, entre la grandeza de sus números y la oscuridad que viene de la mano con su figura.
Un grande de grandes. Y un polémico de polémicos.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta / @AndresEspinoza
Foto: Tiburones