«Así parece», fue la respuesta del mánager Dusty Baker a la prensa norteamericana este viernes, cuando se le cuestionó sobre si los cinco peloteros de los Astros que ingresaron en la lista de lesionados de COVID-19 esta semana, incluyendo al venezolano José Altuve, se perderían la totalidad de la gira actual del equipo.
Dicho tour, que tendrá a Houston en Seattle durante el fin de semana, antes de realizar una parada en Colorado para una serie de dos cotejos frente a los Rockies los días martes y miércoles, pondría punto final a la ausencia del camarero y compañía del roster activo del club, en caso de que todo marche como planeado.
Junto con Altuve, los también toleteros Yordan Álvarez, Alex Bregman, Martín Maldonado y Robel García fueron inscritos en el listado de marginados esta semana.
Si bien no se ha confirmado que alguno de los peloteros mencionados haya dado positivo en algún test, es posible que cuando menos estuvieran en contacto con personas contagiadas.
Por este motivo, la divisa se vio forzada a separarlos del resto de la camada, en lo que fue descrito en un inicio como «razones relacionadas al protocolo de salud y seguridad» de las Grandes Ligas.
El receso llega en un mal momento para el ganador del premio MVP de la Liga Americana en 2017, pues antes de ser inscrito en la lista, se encontraba en medio de un sólido arranque de temporada en el que ligó para .318/.380/.455, con tres dobles, un cuadrangular, cinco remolcadas, 11 anotadas y un OPS de .835 puntos en sus primeros 11 desafíos del torneo.
En proceso de realzar su nombre:
Tras una recortada zafra anterior en la que el maracayero exhibió sus peores números ofensivos como ligamayorista, Altuve está en búsqueda de la reivindicación este año, en especial luego de que sus resultados negativos de 2020 llegaran justo después de que culminara la investigación de MLB sobre el sistema de robo de señas que implementaron los siderales en 2017, cuando obtuvieron el primer título de Serie Mundial en la historia de la franquicia.
Esa también fue la campaña en la que el diminuto segunda base se alzó como Jugador Más Valioso del joven circuito, lo que lo convirtió en foco de desahogo para un inmenso grupo de aficionados y jugadores molestos por las artimañas utilizadas por la organización.
No obstante, el seis veces All-Star ya había empezado a dar señales de un renacer durante la pasada postemporada, en la que conectó para .375/.500/.729, con cinco vuelacercas y 11 fletadas, además de registrar un OPS de .1229.
Más allá de lo que los números reflejan en estas primeras de cambio, la personalidad del criollo sobre el terreno también se había visto mucho más cercana a la que mostró en sus primeros nueve años como grandeliga, etapa en la que se estableció como uno de los mejores jugadores de todo el beisbol.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía Astros.
