Cardenales mantuvo su gran vuelo y revalidó el título de la LVBP

Un rally de tres anotaciones en la parte baja del octavo inning catapultó a Cardenales de Lara para que revertiera una desventaja y se terminara imponiendo 4 a 2 a Caribes de Anzoátegui en el séptimo y decisivo juego de la Gran Final, lo que le terminó valiendo para retener el título de la LVBP que se ganó a pulso en la contienda pasada.

El cubano Yordanys Linares fue el gran artífice de la remontada crepuscular con un sencillo remolcador de una carrera y que hizo incurrir en un error a la defensiva oriental para que al final fueran dos las rayitas.

Linares eclipsó de cierta manera lo realizado por su compañero Josmar Cordero en ese mismo episodio cuando consiguió un hit de pura habilidad hacia la banda contraria y que llevó hasta el palto al corredor emergente Deiner López con la carrera que en ese momento emparejó las acciones a dos por bando.

El pitcheo de Caribes, que había sido su gran baluarte en lo extenso de la postemporada, implosionó en ese octavo tramo, cuando el relevista Ángel Nesbitt se metió en problemas desde el inicio de su labor otorgándole boleto a Luis Jiménez.

Acto seguido el receptor Francisco Arcia se sacrificó con un toque de bola que llevó hasta la antesala a López, sustituto de Jiménez, y dejó la mesa servida a Cordero, quien no estaba en los planes del manager de Cardenales Luis Ugueto en el inicio de la final, pero que tuvo protagonismo tras el bajo rendimiento del refuerzo dominicano Isaías Tejeda.

Severo esfuerzo

A Cardenales le costó caro revalidar su corona como monarca de la LVBP. Tanto a lo largo de la serie, tras llegar a Barquisimeto abajo 3-2, e incluso en el último careo después de que en el sexto inning cayeron en desventaja tras jonrones solitarios y consecutivos de los indígenas Gorkys Hernández y Gabriel Lino, ambos frente a los envíos del abridor Williams Pérez en la parte alta del capítulo seis.

Con fortuna para los larenses, su ofensiva respondió rápido. Carlos Rivero, que tuvo un resurgir con el madero en sus últimas apariciones en el plato, rompió con el yugo del iniciador de la tribu, Félix Doubront, gracias a su segundo cuadrangular de la instancia, que no encontró a ningún compañero sobre las almohadillas, también en el sexto acto, aunque en su parte baja.

Tras el batazo de Rivero con dos outs, Doubront presentó inconvenientes, de tal manera, que tuvo que marcharse sin completar el inning y dejó las bases llenas. El sempiterno Jean carlos Toledo entró en su rescate y cumplió al ponchar al quisqueyano Welington Dotel.

En el séptimo, Cardenales volvió a amenazar frente a los envíos del zurdo Liarvis Breto, quien no pudo retirar a los dos rivales que enfrentó. Sin embargo, Jorge Rondón, el también siniestro Jorge Martínez y el experimentado José Ascanio se encargaron de neutralizar a la potente ofensiva larense, algo que no pudo hacer Nesbitt, así como tampoco el cerrador Lester Oliveros, quien recibió el batazo de Linares hacia el jardín izquierdo.

El uno, dos y tres de la algarabía en Cardenales

Uno que si no falló en su objetivo planteado fue el designado taponero de Cardenales para la serie, Ricardo Gómez. El quisqueyano lució realmente intraficable al retirar el noveno episodio por la vía rápida.

Al primero al que encaró fue al grandeliga Gorkys Hernández. En cuenta de una bola y dos strikes lo obligó a elevar la pelota hacia los predios del jardinero derecho Welington Dotel.

Con un out, le llegó el turno a Gabriel Lino.  El cátcher de Caribes lució ansioso con los dos primeros lanzamientos de Gómez, ambos en recta potente, y a ninguno llegó a chocar con el madero. En conteo desfavorable le tocó hacer swing al próximo pitcheo y se embarcó con un roletazo de bounce altos que no le produjo mayores inconvenientes al antesalista Carlos Rivero para retirarlo con un certero disparo a la inicial.

Lara estaba a solo un out de la gloria. Las más de 17.000 personas que se dieron cita al estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto aguardaban de pie mientras Niuman Romero era el encargado por los aborígenes de medirse con Ricardo Gómez.

La habilidad de Romero representaba un peligro inminente, sin embargo, el veterano Gómez exhibió sangre fría. Le abrió con un envío en la zona mala, luego lo hizo incurrir en un foul que por poco atrapa el patrullero izquierdo Josmar Cordero que se zambulló, pero no pudo quedarse con la pelota.

Nido de Cardenales vibró

La tensión continuaba en el recinto guaro. El bullerío en las tribunas, así como en las gradas era ensordecedor, mientras los flashes de los celulares se mantenían encendido.

En 1-1 Gómez lanzó por todo el centro para el segundo strike y le repitió la dosis para finalmente hacer estallar en algarabía a todo el plantel, así como también a la gran mayoría de los aficionados, que tenían largo tiempo sin celebrar un campeonato en su feudo.

“Esto va dedicado a la fanaticada. Ellos se merecen esto más que nosotros. Creo que este batazo ha sido el más importante de mi carrera. Puedo decir que aquí en esta liga me han pasado muchas cosas buenas que han marcado mi trayectoria en el beisbol”, fueron parte de las palabras que alcanzó decirle a las cámaras de IVC el cubano Yordanys Linares, quien se quedó con el premio “Robert Pérez” que lo acredita como el Jugador Más Valioso de la final.

Escrito por: Redacción Sports Venezuela

Foto: Cardenales de Lara

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