En las primeras cuatro ediciones del Clásico Mundial de Beisbol, la escases de figuras, pese a la preocupación de muchos, no ha sido un problema. Desde Derek Jeter y Chipper Jones, pasando por Alex Rodríguez, Ichiro Suzuki y Yadier Molina, y hasta llegar a Miguel Cabrera, Bob Abreu y Freddie Freeman, el torneo de naciones ha sido una verdadera exhibición de luminarias.
Tampoco es secreto para nadie que Estados Unidos aporta la mayor cantidad de peloteros que hacen vida en las Grandes Ligas y también un número más amplio de estrellas que el resto de las naciones con material propio en el máximo escenario; aunque países como República Dominicana, Venezuela y Japón, entre otros, continúan produciendo algunos de los principales emblemas del deporte.
Contar con Jeter, Jones, Rodríguez, Ken Griffey Jr. y Roger Clemens, entre otros, en el debut del evento, por allá en 2006, fue un verdadero lujo para los norteamericanos. En 2009 se mantuvieron Jones y Jeter y además se sumaron David Wright, Dustin Pedroia, Ryan Braun, Evan Longoria y Roy Oswalt, mientras que en 2013 la delegación tuvo, quizás, su representación más modesta en cuento a nombres, a pesar de que estaban presentes Adam Jones, Eric Hosmer, Joe Mauer y Giancarlo Stanton.
Ninguno de esos equipos, sin embargo, logró la tan ansiada meta del título, esa que sí consiguió la divisa de 2017, con Buster Posey, Paul Goldschmidt, Nolan Arenado, Alex Bregman, Stanton, Christian Yelich, Chris Archer, Marcus Stroman y compañía.
No obstante, no es descabellado decir que el equipo que está armando Estados Unidos para el regreso del CMB el año que viene, es el mejor de cualquier delegación en la corta historia del campeonato; y eso que todavía falta casi el 40% del club por anunciar, incluyendo a todos los lanzadores.
Pero el equipo comandado por Mike Trout, que fue nombrado como el capitán del conjunto rumbo a 2023, cuenta con un grupo de jardineros que quizás solo imaginamos que podríamos ver juntos en algún videojuego. Además del tres veces MVP de los Angelinos, también confirmaron su presencia Bryce Harper de los Filis y Mookie Betts de los Dodgers.
En el caso de que alguno de ellos sufra alguna lesión o simplemente necesite un día de descanso durante el torneo, el mánager Mark DeRosa tendrá sustitutos envidiables en Cedric Mullins de los Orioles y Kyle Tucker de los Astros. Dos nombres que serían titulares en cualquier otra selección, indudablemente.
Fuera de los bosques también hay brillo:
El cuadro del combinado de las «Barras y las Estrellas» no se queda atrás. Goldschmidt y Arenado repiten en primera y tercera base, con Tim Anderson de los Medias Blancas y Trevor Story de los Medias Rojas en los alrededores del segundo cojín.
J.T. Realmuto, uno de los mejores máscaras de los últimos años en todo el beisbol, lucía como el careta titular hasta la mañana de este lunes, cuando Will Smith, el joven fenómeno de los Dodgers, anunció que también representaría a su país en el torneo, lo que posiblemente pueda dejar a Realmuto como el mejor careta suplente de todo el evento.
En este momento, el puesto de bateador designado pareciera estar en las manos de un Pete Alonso que está en medio de su tercera temporada de más de 30 cuadrangulares en tan solo cuatro años como ligamayorista con los Mets.
Si bien Anderson y Story son dos sólidas opciones para el campocorto y la segunda base, todavía resta más que tiempo suficiente para que otros jugadores de más renombre aún, como Trea Turner, Dansby Swanson y Jeff McNeil puedan anotarse en la lista de participantes y llevar a esta selección a niveles nunca antes vistos.
Pero el detalle es que este equipo capitaneado por Trout, todavía sin un solo lanzador confirmado, luce como el mejor que haya existido hasta la Fecha. Como el «Dream Team» del beisbol. Una maquinaria con piezas que están, en su mayoría, en el punto más significativo de sus respectivas carreras.
Es el caso de Goldschmidt, por ejemplo, si bien ha sido uno de los mejores inicialistas del juego por casi una década, este año va camino a implantar cifras personales en los departamentos ofensivos más relevantes y a reclamar su primer premio al Jugador Más Valioso en la gran carpa.
El Arenado que llegó al torneo de 2017 es básicamente una copia de la excelencia que seguimos viendo en la actualidad, pero si revisamos los números con lupa, pudiera decirse que esta temporada también va rumbo a finalizar mejor que la que tuvo en 2016 con los Rockies.
Los equipos previos de Estados Unidos han contado siempre con algunas de las piezas más importantes de todo el evento, pero nunca antes habían lucido un diamante tan brillante. Cerca, eso sí, pero me siento con la suficiente osadía como decir que no tanto como este.
Fata el pitcheo, la parte más importante del juego. Por allí van a venir todas las críticas, seguramente. Es verdad, ese grupo de estrellas ofensivas, con brazos mediocres sobre el montículo, quizás no puedan hacer lo suficiente para superar a otras potencias como Dominicana, Venezuela y Japón eventualmente.
¿Pero cuál es el chance real de que Estados Unidos lleve brazos mediocres al torneo? En el decepcionante caso de que números uno como Jacob deGrom, Max Scherzer, Justin Verlander, Tony Gonsolin, Dylan Cease y Shane McClanahan no puedan o quieran ir, este equipo todavía tiene opciones de primer nivel en Carlos Rodón, Alex Manoah, Zac Gallen, Joe Musgrove, Kyle Wright, Merrill Kelly y Corbin Burnes. Todos esos serpentineros tenía una efectividad inferior a 3.00 antes de la jornada de este lunes.
Allí estamos dejando por fuera a otros como Zack Wheeler, Aaron Nola, Shane Bieber, Kevin Gausman, Cole Irvin, Adam Wainwright, Gerrit Cole, Jordan Montgomery y Miles Mikolas, que con efectividades ligeramente superiores a 3.00, siguen entre los mejores abridores de la campaña 2022 de las Grandes Ligas.
Estados Unidos tiene para elegir de su segundo, tercero, cuarto y quinto lote de lanzadores, que serían cabeceras en cualquier otra rotación. Y el mismo caso aplica para los relevistas.
Sin embargo, en lo personal y salvo razones de causa mayor como las lesiones, me animaría a decir que no hará falta recurrir a lotes «tan bajos». La motivación es parte fundamental en estos casos y ver a figuras como Trout, Harper y Betts comprometidas con la delegación, bien pudiera ser todo lo que necesiten los deGrom, Scherzer y Verlander para lanzar su nombre en el sombrero.
Este equipo de Estados Unidos continúa aterrorizando al resto con cada día que pasa, pues estrellas actuales del mejor beisbol del mundo siguen oficializando su presencia en el regreso de un evento que estaba pautado a realizarse el año pasado, pero que tuvo que ser postergado por la pandemia.
Mucho camino falta por recorrer de aquí hasta allá, y en efecto, algunos de esos nombres podrían bajarse del barco antes de que inicie el torneo, bien sea por alguna lesión, falta de permiso de sus organizaciones o pérdida de interés a última hora. Pero la pelota corre hacia ambos lados y así como esa puede ser una opción, también existe el chance de que, de alguna forma, esta tropa de DeRosa siga armándose como ningún otra selección de beisbol en la historia.
Pero «el Clásico es aburrido porque no van los mejores«. Vaya lección para quienes todavía sueltan ese absurdo argumento.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía USA TODAY Sports.