Edgardo Alfonzo: ¿Cómo se convirtió en un ídolo de los Mets?

En 2020 Edgardo Alfonzo se convirtió en el primer, y hasta ahora único, latinoamericano en ser electo al Salón de la Fama de Mets de Nueva York.  Obtuvo ese derecho tras sobresalir dentro del diamante y comportarse como un ciudadano ejemplar fuera del mismo. Esos elementos lo transformaron en un verdadero ídolo de la Gran Manzana.

Aunque la ceremonia de entronización, programada para agosto, se postergó hasta nuevo aviso, el mirandino se siente elogiado por formar parte de la historia de los citadinos. Considera que con ellos vivió sus mejores años en la Major League Baseball (MLB).

“Jugar en Nueva York representó una experiencia increíble para mí”, manifestó Alfonzo en conversación con El Camerino TV. “Es un club único que me dio la oportunidad de ser conocido a nivel mundial. Me gustó tanto la ciudad que todavía vivo aquí, en Nueva York”.

Los números de Edgardo Alfonzo con Nueva York

Alfonzo disputó ocho de sus 12 torneos en MLB con Nueva York y tuvo un buen rendimiento ofensivo. Conectó 1.136 imparables en 3.897 turnos para mantener un average de .292.

Disparó 346 extrabases, desglosados en 212 dobles, 14 triples y 120 jonrones. Entre 1995 y 2002 contabilizó 538 empujadas y 614 anotadas en 1.086 encuentros, en los cuales defendió la antesala y la intermedia.

Edgardo Alfonzo, de 46 años, aseguró que su disposición para actuar en varios puestos le permitió ganarse la confianza de mánagers y coaches en Mets, equipo de la División Este de la Liga Nacional.

“Cuando llegas a Grandes Ligas no debes conformarte con eso, más bien debes trabajar más para quedarte en el circuito el mayor tiempo posible. Algunos peloteros de MLB se conforman con subir y no se esfuerzan más. Por eso terminan siendo inconsistentes y fracasan”.

Edgardo Alfonzo, sobre su paso por los Mets

1999 y el salto al estrellato en MLB

Alfonzo, actual embajador de los metropolitanos y quien aspira a ser dirigente de MLB, aseveró que la campaña 1999 fue una de las más importantes de su trayectoria, porque le permitió pasar del “anonimato al estrellato”.

En esa contienda se acreditó un Bate de Plata como camarero al promediar .304, producto de sonar 191 hits en 628 chances. Sacudió 41 tubeyes, un triple y 27 cuadrangulares. Impulsó 108 anotaciones y marcó 123.

“1999 resultó especial y, sin duda, el mejor año de mi carrera. Gané mi único Bate de Plata y todo el mundo supo de Alfonzo. Aunque en 2000 logré ir al Juego de Estrellas, 1999 acabó por ser redondo tanto para mí como para el club”.

Sus números le valieron para ocupar el octavo lugar en la votación para el premio Jugador Más Valioso (JMV) del viejo circuito. La distinción se la acreditó Larry “Chipper” Jones, antesalista de Bravos de Atlanta.

Debut soñado en los playoffs

Gracias a la actuación ofensiva de Alfonzo, en 1999 Mets se ubicó segundo en el Este de la Nacional, al culminar con un récord de 97-66. Escoltó al líder Atlanta (103-59) y avanzó a los playoffs en calidad de comodín.

En la postemporada, Alfonzo se estrenó por todo lo alto. El 5 de octubre de 1999 bateó dos vuelacercas en cinco oportunidades, fletó cinco rayitas, pisó la goma dos veces y ayudó al lauro 8 a 4 de Mets sobre Cascabeles de Arizona.

El compromiso, escenificado el Bank One Ballpark (actual Chase Field), marcó el inicio de la Serie Divisional. En ese tope, Alfonzo le sacó pelotas del parque a Randy Johnson (hoy día miembro del Salón de la Fama de MLB) y a Bobby Chouinard.

A Johnson le tronó un estacazo solitario en el primer inning con un out, mientras que a Chouinard lo castigó con un grand slam en el noveno episodio, cuando había un par de retirados.

“Hace poco, estaba viendo ese juego por televisión y había muchas cosas que no recordaba. A Johnson le pegué un jonrón en cuenta de 0-2, porque me había lanzado puras rectas. A Chouinard, le soné un elevado profundo y me quedé parado. No podía creer lo que pasaba. Sentí una alegría enorme, una de las más grandes de mi vida”.

Edgardo Alfonzo, inmortal de los metropolitanos

Los guarismos de Edgardo Alfonzo en la Serie Divisional

Alfonzo, nacido el 8 de noviembre de 1963 en Santa Teresa del Tuy, finalizó la llave con una media al ataque de .250, un biangular, tres vuelabardas, seis remolcadas e igual cantidad de registradas. Contribuyó a que Nueva York venciera 3-1 a Arizona en el cruce.

En la Serie de Campeonato de 1999, Atlanta batió 4-2 a Nueva York e impidió que el jugador de cuadro interior pudiera experimentar la atmósfera de una Serie Mundial.

Ese deseo lo cumplió en 2000 cuando Mets llegó al Clásico de Otoño frente a su rival geográfico: Yankees de Nueva York. Los Mulos salieron airosos 4-1 en un derbi en el que Alfonzo sólo golpeó .143. A pesar de ese revés, el criollo valoró el hecho de disputar la Gran Final de MLB.

“La Serie Mundial es el lugar más alto al que puede llegar un beisbolista de MLB. Todos quieren jugarla y cuando lo consigues representa la ‘tapa del frasco’, es decir cumples el sueño de todo pelotero. Fue muy bueno disputarla porque el fanático de Nueva York lo recuerda mucho”.

La despedida de la Gran Manzana

El 29 de septiembre de 2002, Alfonzo defendió por última vez la franela neoyorquina frente a Atlanta en un desafío de ronda regular.

El cotejo concluyó 6 a 1 a favor de Mets y se celebró en el extinto Shea Stadium, donde 37.721 personas se reunieron para brindarle una ovación de pie en el coso de la Gran Manzana.

“Yo no me quería ir de Nueva York, pero entendí que todo era un negocio. Siempre agradeceré el trato que me dieron los fanáticos de Mets, porque me apoyaron cuando estaba mal y también en aquellos momentos en los cuales hacía bien las cosas”.

En una época en la que todavía no existían las redes sociales, Alfonzo decidió pagar un cartel publicitario para darle un mensaje de despedida a los seguidores de Nueva York. Los pósters se colocaron en los taxis amarillos, bastante famosos en esa ciudad de la Unión Americana.

“Antes de ese duelo contra Atlanta, busqué las mil y una formas de agradecer el cariño que me dio el fan de Nueva York. La gente no quería que me fuera y coloqué mi comunicado en los taxis amarillos que son símbolos de allí. Hasta el día de hoy, la gente habla de eso y se emociona”.

El mejor reconocimiento al esfuerzo

El 28 de enero de 2020, el día en la que el tren ejecutivo de Mets le informó que era parte del panteón de inmortales de la franquicia, Alfonzo no pudo ocultar su satisfacción. Sintió que todo el esfuerzo realizado con Nueva York resultó recompensado.

“Ser el único latino exaltado al salón de la fama de Mets es un privilegio. Me hace sentir que todo el trabajo que hice valió la pena. Tengo una emoción que no se puede describir con palabras. Me da satisfacción porque lo logré, después de todo el sacrificio que uno hice”.

Hizo gala de su fe cristiana y por eso agradeció a Dios el poder tener el chance de formar parte de la historia de Mets, una tropa que aspira a homenajearlo en el futuro cuando pase el peligro que representa el COVID-19.

“Uno nunca piensa en ser Salón de la Fama, simplemente se concentra en hacer bien su trabajo y cuando te vuelves inmortal, simplemente le das gracias a Dios. Lo haces porque te sientes bendecido por todas las cosas positivas que te han pasado”.

Escrito por: Joseph Ñambre | @JosephSports27

Fotos: MLB

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