Freddie Freeman es una estrella de la Major League Baseball (MLB) y su presencia convirtió a Dodgers de Los Ángeles en favorito para conquistar el trofeo de la Serie Mundial 2022. Los Ángeles lo unió a su alineación, tras firmarlo como agente libre luego de un brillante paso por Bravos de Atlanta, al que ayudó a conquistar el Clásico de Otoño en 2021 y del que salió de manera inesperada.
Sin embargo, la intención inicial de Freeman era quedarse en Atlanta, tal y como relataron medios internacionales el jueves, cuando se conoció que el pelotero le ordenó a su agente que negociara un nuevo contrato con Bravos, algo que jamás pasó.
¿Cuál fue la consecuencia de esa decisión? Freeman despidió a Casey Close, su representante, pues no cumplió sus expectativas y a raíz de eso pasó a convertirse en un atleta que toma sus propias decisiones laborales, algo que le ahorrará una gran cantidad de dinero en gastos y cobrar fuerza en la MLB.
Freeman y su paso por Atlanta
Freeman, ganador del premio Jugador Más Valioso (JMV) de la Liga Nacional en 2020 y quien ayudó a que Atlanta se consagrara en 2021 para poner fin a una sequía que databa de 1995, pasó 12 campañas con Bravos. Ganó tres Bates de Plata, un Guante de Oro y participó en Cinco Duelos de Estrellas.
Con esa tropa promedió .295 con 391 dobles, 27 triples, 280 jonrones, 988 impulsadas y 1.019 anotadas en 1.639 encuentros. Sus números le permitían aspirar a una renovación con Bravos, pero Close falló en esa misión al pedir “más dinero del que su cliente exigía”, indicó FOX Sports.
Según Buster Olney, periodista de ESPN, Atlanta estaba dispuesto a pagar 135 millones de dólares para que Freeman continuara en el club. Ese acuerdo tendría una duración de cinco justas y en promedio el inicialista cobraría 27 millones por cada contienda.
Close rechazó la oferta porque pretendía que su cliente recibiera un contrato de 200 millones, algo que estaba lejos de las pretensiones de Atlanta.
Más detalles de la negociación
Mientras Freeman esperaba la buena noticia de seguir con Atlanta, Bravos -por decisión de Alex Anthopoulos (gerente general)- incrementó su proposición salarial y pretendía otorgarle a Freeman 140 millones por cinco certámenes. Devengaría 28 millones por cada torneo.
Ese monto no fue del agrado de Close quien declinó esa opción y, para colmo de males, jamás le dio esa información a su cliente, algo insólito.
Como las negociaciones tuvieron lugar durante la primavera, justo después del cierre patronal, Atlanta decidió pactar con el primera base Matt Olson en marzo. Le otrorgó 168 millones de dólares por ocho citas, una media de 21 millones por curso que es inferior a lo que cobraría Freeman por menos tiempo.
El pelotero fue perjudicado
La ambición de Close acabó por perjudicar a Freeman quien se vio en la necesidad de explorar el mercado contrarreloj porque no tenía una plaza de trabajo en MLB.
Close agilizó los trámites y Freeman aceptó un ofrecimiento de Dodgers por 162 millones y seis temporadas, a razón de 27 millones por campeonato. Eso estaba por debajo de la última oferta de Bravos y desató la reciente molestia del infielder.
Lo peor del caso es que al unirse a una tropa de California, estado con una estricta política fiscal, Freeman tuvo que pagar 57 de sus 162 millones en impuestos y eso redujo sus ganancias.
Todo eso generó que Freeman cesanteara a Close (de la agencia Excel Sports Management) y decidiera ser su propio agente, pues cree que Close impidió recibiera más dinero por su talento para el béisbol.
La resolución de Freeman podría sentar un precedente en la MLB porque varios beisbolistas podrían seguir su ejemplo y romper vínculos con sus apoderados, cuya reputación quedó en tela de juicio tras el silencio de Close sobre la última propuesta de Atlanta para Freeman quien simplemente se quería quedar con una escuadra que le sirvió de hogar por 12 años.
Escrito por: Joseph Ñambre | Twitter: @JosephSports27
Foto: Prensa MLB