Durante muchos años, Venezuela fue reconocida por su exportación de campocortos de lujo a las Grandes Ligas; sin embargo, en tiempos más cercanos, el país se ha transformado en una de las fuentes principales de grandes receptores para el máximo nivel. Gabriel Moreno es un magnífico ejemplo de que la nación sudamericana es una mina dorada en ambas posiciones.
En 2016, Moreno era un campocorto de 16 años de edad en búsqueda de la oportunidad soñada de firmar como jugador profesional. Ese año, durante una sesión de entrenamientos, un scout de los Azulejos se le acercó y le preguntó si podía colocarse detrás del plato y realizar algunos disparos a la segunda almohadilla.
La solicitud fue sorpresiva para el joven torpedero, pero hambriento por impresionar, aceptó la petición. Una vez concluida la práctica, que también incluyó trabajo con bate y guante, Moreno recibió una oferta de Toronto. La organización estaba sumamente interesada en hacerse de sus servicios…como receptor.
«Nunca antes en mi vida había jugado esa posición. Ni siquiera me había puesto la indumentaria, nada de eso», le dijo Moreno al portal oficial de MLB hace algunos días. «Pero después de lo que demostré en esos momentos en los que estaba lanzando hacia segunda, me sentí muy cómodo. Supongo que todo resultó para mejor«.
En efecto, así parece haber sido. Ahora con 21 años de edad, el larense está rankeado como el séptimo mejor prospecto en una talentosa divisa canadiense.
Un inicio en llamas:
Tras 13 desafíos en la presente temporada de ligas menores, Moreno refleja una robusta línea ofensiva de .404/.483/.654, con cuatro dobles, tres jonrones, 17 remolcadas y un OPS de 1.137 puntos. Todo esto a pesar de ser uno de los jugadores más jóvenes en toda la Liga del Noreste (categoría doble A).
«Realmente es un jugador muy completo. Todavía tiene espacio para crecer, por supuesto, pero cuenta con todos los atributos para ser un careta regular en las mayores«, dijo Ross Atkins, gerente general de los Azulejos, sobre el criollo. «Tiene el intelecto, la disciplina, la rudeza y un enfoque ofensivo bastante completo que lo ha convertido en uno de los mejores prospectos del beisbol», añadió.
Lo más impresionante para el alto mando de los pájaros azules ha sido la capacidad y disposición que ha mostrado el venezolano hasta los momentos para transformar en virtudes lo que anteriormente eran deficiencias.
Algunos meses atrás, una de las prioridades para Moreno era mejorar su disciplina en el cajón de bateo. El trabajo comenzó en el complejo alterno del conjunto durante el año pasado y continuó en la pelota invernal criolla, en la que el máscara disputó un total de 18 compromisos con los Cardenales de Lara.
En ese lapso, Moreno no solo ligó para .373/.471/.508, con un OPS de .980, sino que también ganó 11 boletos y se ponchó en apenas seis oportunidades.
Destacar dentro de una franquicia que alberga a algunas de las joyas más brillantes en todo el beisbol actualmente, no es tarea sencilla. Tan solo en la receptoría, Toronto parece repleta con los experimentados Danny Jansen y Reese McGuire en el equipo grande, además del promisorio mexicano Alejandro Kirk, quien se encuentra en la lista de lesionados, y del décimo octavo mejor prospecto del club, Riley Adams, que milita en triple A.
Pero Moreno ha hecho todo para mantenerse en los planes futuros de la novena; y de seguir con este ritmo, bien pudiera convertirse pronto en la posesión más preciada de la divisa detrás del plato.
«Amo y admiro a Salvador Pérez, Willson Contreras y Robinson Chirinos«, aseguró Moreno, quien ahora tiene como asignación número uno en su lista el terminar de pulir su defensa. «Cuando empecé a quechar, solía verlos mucho. Me gusta la forma en que cada uno se prepara. Estaba trabajando en eso mientras aprendía a jugar la posición, así que disfrutaba ver los encuentros o videos en los que ellos participaban».
Pronto, muy pronto, Moreno podría estar viéndolos desde un dugout al otro.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía Azulejos.