Como pÃtcher Iván Arteaga nunca llegó a la Major League Baseball (MLB), pero su carrera distó de ser intrascendente. De hecho, formó parte de un núcleo que permitió el renacer de Navegantes del Magallanes, club con el que alcanzó la gloria en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP).
Con Arteaga, la Nave Turca puso fin a una sequÃa de 15 años sin cetros al proclamarse monarca de la LVBP en la edición 1993-1994.
Fue un triunfo especial, porque los nautas obtuvieron ese cetro a expensas de Leones del Caracas en la primera de las tres finales entre ambas tropas.
“Le ganamos al Caracas y fue el momento más importante de mi carrera. Era la primera vez que jugaban en una final y fuimos vencedores. Eso es únicoâ€, señaló Arteaga, de 47 años, en una entrevista concedida a El Camerino TV.
Iván Arteaga vivió una Gran Final inolvidable
Arteaga participó en uno de los mejores enfrentamientos decisivos de la LVBP en la década de los 90. Magallanes batió 4-3 a Caracas en un cruce que se extendió al máximo de siete duelos.
Arteaga, nacido el 20 de junio de 1972 en Puerto Cabello, estado Carabobo, integró la rotación del buque en aquella contienda y sobresalió durante la ronda eliminatoria.
Registró un balance de 3-1 y una efectividad de 3.51 en nueve salidas, en las cuales trabajó un 46.2 innings. Propinó 33 ponches y regaló 22 bases por bolas.
En la postemporada no le fue bien. Finalizó con un saldo de 0-3 y un porcentaje de carreras pulcras de 4.50. A pesar de ese rendimiento, se considera parte vital de esa consagración magallanera.
“Haber ganado esa final contra el Caracas y disputar la Serie del Caribe en Puerto La Cruz fue único. Para mà ser parte de eso es y será especialâ€.
Un hombre identificado con la causa naval
El derecho carabobeño, que tras su retiro incursionó en el mundo de la televisión como comentarista de pelota, se siente identificado con la causa magallanera.
Antes de intervenir en la final de la justa 1993-1994, logró un hito con la casaca naval, al salir airoso en el un choque del extinto Round Robin de la campaña 1992-1993 que le dio el pase a su elenco a la última etapa. Casualmente el careo fue contra los melenudos.
Recuerda aquel desafÃo que antecedió a una batalla por el gallardete en la que Magallanes fue barrido 4-0 por Ãguilas del Zulia.
“Ganar el juego que llevó a Magallanes a una final contra Zulia, la primera del club en 14 años fue muy importante, porque lo hice frente a Caracas. Yo no tenÃa miedo de lanzar y por eso vencà a una alineación que tenÃa a Andrés Galarraga, Jesús Alfaro, Greg Briley y Omar Vizquelâ€.
Un sueño truncado para el carabobeño
Piensa que tenÃa las condiciones para laborar en la MLB, pero tres lesiones seguidas en el hombro diestro evitaron que eso pasara.
Las dolencias no sólo impidieron que irrumpiera en el Big Show, también no le permitieron mostrarse en un tramo de la LVBP.
Arteaga disputó la zafra 1994-1995 de la LVBP y no volvió a treparse en un morrito patrio hasta la cita 1997-1998 por causa de sus recurrentes problemas fÃsicos.
Recuerda, de manera constante, 1994 porque fue el curso en el que pudo subir de Ligas Manores (MILB) a MLB, pero no lo consiguió porque un conflicto laboral se lo impidió.
“La gerencia de Rockies de Colorado me dijo que si me iba bien en Doble A, jugarÃa en Grandes Ligas en septiembre de 1994. Me quedé una semana sin aire, porque iba a Las Mayores, pero recordé que estaba en Doble A. De golpe, vino la huelga y mis sueños de subir desaparecieronâ€.
Actuar en la LVBP en el torneo 1994-1995 resultó negativo, porque presentaba una lesión y se le agravó en esa competición de invierno.
“En 1994 me quedé en Doble A hasta septiembre y me lesioné. No pensé que eso era grave, pero después disputé la temporada de LVBP y me terminé de lastimar en Venezuela. En 1995, a tres dÃas de empezar la contienda de MLB, el frÃo de Denver me hizo sentir fuertes dolores en el hombro y me bajaron a Doble A. A partir de allà empezaron mis problemasâ€.
Reinvención, una palabra clave para el pÃtcher
Arteaga, quien integró el róster de 40 de Colorado y fue considerado un megaprospecto, se reinventó para extender su vida útil en la LVBP.
Regresó en el certamen 1997-1998 y permaneció activo hasta el campeonato 2001-2002.
Luego de someterse a varias cirugÃas, su recta que llegó a alcanzar las 94 millas por hora (MPH), perdió potencia.
Apenas promedió las 82 MPH y se vio obligado a reiventarse para ejercer sus funciones en la lomita.
“Me lastimé y la recta de 94 MPH ya no estaba. TenÃa envÃos de 80 a 82 MPH y tuve que aprender a usar cambios y pitcheos quebrados. Al no tener rapidez, tenÃa que ser más fino y ubicar la pelota en las esquinas. Eso no es frecuente, pero gracias a la táctica me mantuve en el deporteâ€.
La apuesta le rindió dividendos y por eso redondeó una buena trayectoria en LVBP. Finalizó con un récord de 11-8 y una media de anotaciones lÃcitas de 3.70 en 85 compromisos (21 de ellos empezados) en nueve zafras. En 214.0 tramos acumuló 136 ponchetes y 89 boletos.
“No puedo quejarme de lo que conseguà durante mi carrera, porque tuve la capacidad de volver. VenÃa de tres operaciones en el hombro y nadie creÃa que yo podrÃa regresar. Hoy me siento orgulloso de la vida que tuve después de la dolencia, porque retorné en un buen nivelâ€.
Escrito Por: Joseph Ñambre | @JosephSports27
Foto: LVBP