José Alvarado y su papá se las ingeniaron para no perder la forma en la cuarentena

Bien es sabido que los pitchers son criaturas de hábito. Cualquier detalle que rompa con su rutina o la altere, puede convertirse en un severo problema a corto y largo plazo. Es por ello que cuando José Alvarado fue inscrito en la lista de incapacitados de COVID-19 hace algunos días, el venezolano no quiso tomar riesgos.

Alvarado, quien está en su primera campaña con Filadelfia tras pasar sus primeras cinco en la gran carpa con Tampa Bay, nunca llegó a dar positivo al virus en las pruebas a las que fue sometido, pero siguiendo el protocolo de seguridad que estableció las Grandes Ligas, tuvo que ser apartado del equipo por haber estado en contacto con una persona que sí estaba contagiada.

Durante su cuarentena, el zuliano se las ingenió junto a su padre para mantener la mejor forma física posible y así poder ayudar a los cuáqueros tan pronto como superara los requisitos de MLB.

Todo comenzó con la compra de una bicicleta estacionaria y una red hacia la cual pudiera lanzar pelotas. Cada día, Alvarado sumaba tres millas pedaleando en su nueva maquinaria y soltaba pitcheos contra la malla, siempre ante la mirada de su padre, Mario, quien se convirtió en su coach de pitcheo durante el tiempo en el que estuvo marginado.

El señor Mario etiquetó la red con números del 1 al 10 y le indicaba a su hijo cuál de ellos debía intentar golpear con la bola.

«Me enfocaba en los números que estaban en la parte baja, como el ocho, nueve y diez, porque ese es mi target«, le comentó Alvarado al Philadelphia Inquirer al respecto. «Los de arriba son más para los bateadores. Yo me centraba en los de abajo. Mi papá me decía: ‘Bien, ahora apunta al ocho. Ahora al nueve , al diez y así».

Un cambio drástico y necesario:

El siniestro, que fue activado por los cuáqueros el pasado lunes, llegó a pesar casi 300 libras en su última pasantía con los Rays el año pasado; sin embargo, durante el receso entre campañas adquirió un estilo de vida más saludable y llegó a perder unas 50 libras.

En la pretemporada, Alvarado emergió como uno de los serpentineros con mejor rendimiento en la organización y mantuvo el buen trabajo tras el inicio del campeonato, permitiendo apenas una carrera en sus primeros cinco innings y dos tercios de labor antes de ingresar en la lista de incapacitados, en los que también pasó por la guillotina a 10 contrarios.

«Recuerdo cuando todo comenzó con la COVID-19 el año pasado y hubo que detenerse por completo. Nadie podía entrenar, ni nada de eso. Lo recuerdo bien», dijo Alvarado. «Así que la semana pasada compré mi bicicleta y lancé en casa. Seguí trabajando y ahora me siento genial. Estoy listo«.

Eso fue justamente lo que demostró en su regreso al montículo este martes ante los Cardenales, trabajando un capítulo en blanco con un par de ponches a su cuenta. En el lapso en el que Alvarado estuvo ausente, el bullpen de los Filis desperdició ventajas en tres de sus seis juegos disputados y registró una efectividad de 7.77.

«Fue bastante difícil porque sabía que en algunas de esas situaciones pude haber estado allí. Era mi inning. Hubiese sido mi turno de sacar los outs», recordó el zurdo. «Ver que no ocurrió y que no estaba en posición de ayudar al equipo fue muy frustrante. Entiendo que algunas veces se gana y otras se pierde, pero pienso que esos eran juegos que podíamos haber ganado. Desafortunadamente, las cosas no salieron a nuestro favor», añadió.

Junto con Alvarado, su compatriota Ronald Torreyes y el lanzador Matt Moore también fueron colocados en la lista de lesionados de COVID-19, luego de que la divisa perdiera a cinco instructores recientemente por la misma razón. Al igual que el siniestro, Moore retornó el lunes al club, pero Torreyes aún no ha podido hacerlo.

«Es muy frustrante para mí porque vivo con mi familia. Si me contagio, pongo en riesgo a todos. Mi bebé tiene apenas ocho meses», señaló Alvarado. «Pero estoy bien. Gracias a Dios no di positivo porque es una situación difícil cuando alguien tiene COVID».

Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza

Foto: Philadelphia Inquirer.

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