Es fácil enamorarse del futuro de prospectos afamados como Francisco Álvarez, Keibert Ruiz y Gabriel Moreno. El trío no solo se posiciona como lo mejor de lo mejor entre las promesas venezolanas de la actualidad, sino que también ocupan un lugar envidiable en los distintos rankings de joyas más respetados de los Estados Unidos.
Pero el detalle con esas listas es que, si bien son un serio indicativo de quiénes podrían ser los próximos protagonistas en las Grandes Ligas, la limitante de cupos impide que otros jóvenes peloteros puedan formar parte de las mismas, y por ende, recibir algo de atención mediática, que tan importante es por estos días.
Juan Yépez, por ejemplo, es uno de esos casos de prospectos criollos que parecen gozar de muy poca fama. En el ranking de MLB Pipeline, el caraqueño aparece en el puesto número 27 entre las principales promesas de los Cardenales. Un lugar bastante decepcionante si consideramos que el paleador ha tenido una temporada 2021 realmente excepcional.
Yépez, de 23 años de edad, llegó a los pájaros rojos proveniente de los Bravos en mayo de 2017, en una transacción que envió rumbo a Atlanta al veterano slugger Matt Adams. Al momento del canje, el criollo era un joven con algo de poder, pero las expectativas con respecto a si podría desarrollarse lo suficiente como para tener éxito en el máximo nivel eran bajas.
Historia nueva:
Cuatro años después, el movimiento luce como un verdadero robo por parte del alto mando de San Luis. En sus primeros 103 compromisos disputados entre las categorías doble A y triple A este año, Yépez registró una línea ofensiva de .284/.378/.589, con 26 vuelacercas, 74 remolcadas y un OPS de .968 puntos.
A pesar de que el poder siempre fue una de sus características principales como toletero, el capitalino ha mostrado claras señales de progreso en esa área en 2021. Previo a esta contienda, su cifra tope de bambinazos en un mismo año era de 10, cantidad que alcanzó en 2019 mientras jugaba en tres niveles distintos de las granjas.
Pero lo que resulta realmente sorprende es que el aumento de jonrones no ha afectado de forma considerable su disciplina en el plato. Yépez se ponchó tan solo 75 veces en sus primeros 401 viajes al cajón de bateo este año, en los que ganó 45 pasaportes.
La joya, perteneciente a los Tiburones de La Guaira en la pelota venezolana, ha dividido su tiempo de juego como profesional entre la primera y tercera base, aunque también tiene algo de experiencia en los jardines; sin embargo, su puesto definitivo en el diamante parece estar en la inicial, tal como quedó demostrado este año, en el que registra 62 de sus cotejos en dicha posición, en comparación con 15 en la antesala, 14 en el bosque izquierdo y siete como bateador designado.
El gran problema para Yépez con miras a su ascenso a las mayores es que los Cardenales cuentan con el seis veces All-Star, Paul Goldschmidt, como su primera base regular hasta 2024. Adicional a su reconocida faceta ofensiva, el norteamericano también ha ganado tres Guantes de Oro a lo largo de su carrera por su excelsa defensa en el primer cojín.
La bendición más grande que podría recibir el prospecto criollo es que las Grandes Ligas y la Asociación de Peloteros incluyan la regla del bateador designado universal para la venidera temporada, tomando en cuenta que en el invierno deberán discutir un nuevo acuerdo laboral.
Sea cual sea el caso, Yépez merece todos los bombos y platillos posibles, en especial porque se encuentra más cerca de generar un impacto en la gran carpa que Álvarez y Moreno, cuyos trayectos en las menores todavía no parecen estar próximos a culminar.
Para Yépez, su llegada al «Big Show» luce inminente en 2022, torneo que bien podría marcar el inicio de una nueva era para los residentes del Busch Stadium.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía Memphis Redbirds.