Se cumplen 64 años del Novato del Año de Luis Aparicio

El 1 diciembre de 1956 el beisbol venezolano una noticia que tenían muchos años esperando. Finalmente, un pelotero criollo fue reconocido por las Grandes Ligas por su actuación en el terreno de juego, porque Luis Aparicio se convirtió en el Novato del Año de la Liga Americana, lo que marcó el inicio de una carrera destinada a la inmortalidad.

No fue tan difícil su elección. Aparicio bateó .266, con 69 carreras anotadas durante los 152 encuentros que disputó con los Chicago White Sox. Además, lideró el circuito con 21 bases robadas y su defensa, esa que le permitió ganar nueve Guante de Oro, empezó a despuntar en el beisbol máximo.

Ante semejante rendimiento, los electores quedaron más que impresionados. Luis Aparicio recibió 22 de los 24 votos posibles, por lo que su designación quedó más que garantizada. Después de todo, su combinación de excelencia al campo y rapidez por las almohadillas, esenciales durante esa época, se convirtieron en sello del venezolano.

Tanto, que se ganó rápido el corazón de los aficionados de Chicago. Historiadores, como Cody Eding, aseguraron que desde las gradas de los estadios se escuchaba: “Corre, corre, corre”, en cada oportunidad que llegaba a las bases. Deseaban que estafara una base siempre que pudiera.

Para ese momento, el beisbol de las Grandes Ligas era diferente al actual. Los jonrones no estaban a la orden del día, por lo que esos jugadores que eran veloces terminaban como los más populares. Y Aparicio podía correr como pocos. Terminó durante nueve años consecutivos como el máximo hurtador de bases de la Liga Americana, incluyendo cuatro zafras con más de 50 robos.

“Ellos (aficionados) no entienden que no puedo robarme una base todo el tiempo”, señaló Aparicio a Baseball Digest en agosto de 1964. “Pero a veces, cuando estamos arriba en el marcado por cinco o seis carreras, me la robo por ellos. Para hacerlos felices”.

Con el premio del Novato del Año, el ícono venezolano rompió todo tipo de barreras. Se convirtió en el primer latinoamericano que se alzó con el reconocimiento al mejor debutante, lo que lucía como algo utópico para un jugador nacido fuera de Estados Unidos.

Defensa de Luis Aparicio: reconocida por los mejores

Hablar de Luis Aparicio es mencionar su brillantez con el guante. Pocas veces las Grandes Ligas habían visto tanta solvencia para completar una jugada con alto nivel de dificultad, lo que provocó todo tipo de elogios de parte de otras leyendas.

No en vano Aparicio recibió nueve premios Guantes de Oro, incluidos cinco consecutivos entre 1958 y 1962. Además, lideró la Liga Americana en ocho ocasiones en porcentaje de fildeo, el principal argumento para reconocer la defensa de un pelotero durante esa época. En el momento de su retiro, ostentaba el récord entre torpederos en juegos disputados, doble matanzas y asistencias.

Luis Aparicio es el único tipo que vi ir detrás de la segunda base, dar la vuelta y sacar a Mickey Mantle. Fue tan seguro como cualquiera”, dijo Phil Rizzuto, mítico campocorto de los Yankees de Nueva York.

Ese fue su principal argumento para llegar al Salón de la Fama. En 1984 el venezolano inscribió su nombre en la inmortalidad del beisbol, pero todo gracias al primer paso que dio en 1956. Su Novato del Año abrió las puertas de una carrera destinada a estar en Cooperstown.

Escrito por: César Sequera Ramos |@CesarSequera33

Foto: MLB

Botón volver arriba