Un diamante en bruto. Durante sus primeras etapas como grandeliga con los Atléticos, así fue visto Jesús Luzardo. La etiqueta se mantuvo por un par de contiendas, hasta que el siniestro fracasó de forma rotunda, tanto en las mayores como en las granjas, en la primera parte de 2021. Pero justo cuando Oakland parecía perder la fe en el venezolano, allí aparecieron los Marlins con sus esperanzas intactas hacia el futuro.
Miami se hizo de los servicios de Luzardo algunos días antes de la fecha límite de cambios del pasado 30 de julio, en una transacción que envió al jardinero Starling Marte rumbo a California. En una organización con talento joven para regalar en su rotación abridora, la simple idea de que el exprospecto pudiera recuperar la magia que lo llevó a ser catalogado como una de las principales joyas del beisbol hace apenas algunos meses atrás, era sumamente intrigante.
En sus primeras cinco pruebas con los peces, divisa que Luzardo creció apoyando desde su residencia en Lakeland, Florida, se evidenciaron los resultados mixtos que llevaron a los A’s a tomar la decisión de renunciar a quien en su momento fue denominado como el «as» del futuro dentro del club.
Durante ese lapso inicial, el criollo registró una efectividad de 9.67, con cinco jonrones recibidos y un promedio de los contrincantes de .337 puntos; sin embargo, se las arregló para conseguir una cantidad considerable de ponches (20) en 22.1 entradas de trabajo.
Giro de 180 grados:
Pero fue desde el 29 de agosto cuando el alto mando de Miami realmente comenzó a frotarse las manos con el desempeño de su nuevo serpentinero. En esa jornada, Luzardo labró por seis episodios en blanco, apenas tolerando un incogible, regalando un boleto y pasando por la guillotina a ocho bateadores de los Rojos.
En sus siguientes dos salidas, una ante los Filis y la más reciente frente a los Mets el jueves, el promisorio brazo completó 5.2 innings en la loma en cada una sin que le pisaran la registradora en más de tres ocasiones.
Una de las claves para su mejoría radica en la utilización de un pitcheo quebrado que algunos portales califican como una curva y otros como un slider. Sea lo que sea, Luzardo consiguió seis de sus ocho ponches con ese envío frente a Nueva York y lo usó más que a cualquier otro de los lanzamientos en su repertorio (33 de sus 97 pitcheos).
«Es un envío que ha progresado muchísimo», le comentó Luzardo a MLB.com. «Creo que lo tuve a comienzos de mi carrera, hace un par de años, pero en ocasiones lo perdí en la temporada anterior y también en esta. Hemos estado trabajando mucho en él. He hablado bastante con Sandy (León) para conocer su impresión al respecto y también con otros compañeros. Esperamos que siga progresando», añadió.
En la presente zafra, el joven nacido en Perú, pero de padres venezolanos, ha conseguido que los contrarios abaniquen sin suerte a dicho pitcheo en un 48.7% de las oportunidades. En su más reciente aparición, los resultados no variaron, pues obtuvo 10 swings fallidos de los 20 en total que realizaron los bateadores de los metropolitanos cuando decidió apostar por esa bola quebrada. Seis de esas pelotas conectadas resultaron en fouls.
«Estábamos muy al tanto de cuán bueno era su repertorio«, aseguró el dirigente de los Marlins, Don Mattingly. «El cambio es un buen pitcheo y la curva o el slider, como lo quieran llamar, también puede ser muy útil para él. Era cuestión de lograr que consiguiera la consistencia en todo lo que hace y que pudiera ubicar la pelota en la zona de strike cuando lo necesitara. Que pudiera utilizar sus envíos de poca velocidad incluso en cuentas desfavorables para él».
Ahora, el objetivo de Mattingly es que su lanzador pueda aumentar poco a poco las cargas de trabajo en esta recta final del torneo, en especial luego de que trabajara buena parte de sus asignaciones con los A’s este año desde el bullpen.
«Ese cambio te habla de lo mucho que deseábamos tener a este muchacho a largo plazo. Es un brazo joven que sentimos que podemos desarrollar junto con los de Sandy Alcantara, Pablo López y Trevor Rogers. Son chicos que te dan la impresión de que pueden mejorar más, más y más hasta convertirse en un abridor número uno de tu rotación o por lo menos en un baluarte de la misma», cerró el mandamás.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía Marlins.
