Omar Narváez ha tenido una de las temporadas más infravaloradas de pelotero venezolano alguno en las Grandes Ligas este año; así que el careta de los Cerveceros está más que acostumbrado a ceder el centro de atención a sus colegas. El caso no fue distinto este sábado, cuando Corbin Burnes y Josh Hader se combinaron para concretar el primer juego sin hits ni carreras de Milwaukee desde 1987.
A pesar de que el receptor es el encargado de estructurar el plan de cada compromiso y de prácticamente tomar las decisiones por el lanzador, en hazañas como la conseguida en la jornada sabatina su labor suele pasar a segundo plano ante los serpentineros.
Sin embargo, como buen comandante del terreno, Narváez cedió el escenario principal sin ninguna dificultad; después de todo, la gesta también sirvió para reducir a siete el número mágico de los lupulosos para ganar la división central de la Liga Nacional.
Y en cuanto al crédito por su arduo trabajo en el cotejo frente a los Indios, quizás sea poco mencionado en las redes sociales, pero no dentro del clubhouse del equipo.
«Omar mostró sus dedos (indicando las señas) y yo lo que hice fue poner la bola donde me lo pedía», le comentó Burnes a la cadena televisiva de los Cerveceros tras el duelo. «Hizo un gran trabajo llamando el juego«.
Histórico por varios motivos:
Burnes completó los primeros ocho episodios con 14 ponches y apenas un boleto permitido, pero su alto número de pitcheos (115) forzó al dirigente Craig Counsell a removerlo para el noveno inning y en su lugar solicitarle a su taponero que culminara la tarea.
Hader necesitó de tan solo nueve envíos para lograrlo y materializar el noveno «no-hitter» del actual torneo, una nueva marca histórica en un mismo campeonato de las mayores.
«Estuvo intocable esta noche (sábado). Todos sus pitcheos estaban en la zona, en las esquinas. Fue inteligente al tratar de guardar un poco de su energía con la intención de ir más profundo en el juego y darle al equipo una mejor oportunidad de ganar», indicó Narváez sobre su abridor. «Tan pronto como se terminó el primer inning, fui a donde estaba el mánager y le dije que su recta cortada se estaba moviendo como un slider a 97 millas por hora. Incluso fue complejo para mí recibirlo e intentar mascotear la pelota para que cayera en strike. Sabía que sería una noche complicada para ellos», añadió.
La gesta combinada es la décimo sexta de ese estilo en la gran carpa y la segunda de la vigente temporada, luego de que lo consiguieran los Cachorros el pasado 24 de junio ante los Dodgers.
Para el maracayero fue una chapa más en la que ha sido su mejor campaña como ligamayorista hasta la fecha. En adición a su trabajo con los brazos de Milwaukee, Narváez también ha sido un baluarte importante de la ofensiva, al sacudir para .282 de promedio, con un respetable OPS de .793 puntos tras 110 compromisos.
Al igual que ha sido durante toda la contienda, el aporte del All-Star en 2021 se dio desde ambos lados del juego en la faena del sábado, pues cerró de 3-1 en la caja de bateo, remolcando una de las tres anotaciones que necesitaron los Cerveceros para quedarse con el lauro.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: AP.