No más injusticias. No más votos de los fanáticos para elegir All-Stars

Todos tenemos muy clara la razón por la que MLB mantiene el proceso electoral entre aficionados, como su método para seleccionar a los jugadores que saldrán de titulares en el Juego de Estrellas cada año. Pero el incansable intento de la gran carpa por generar mayor interacción con los fanáticos, no puede seguir cruzando las barreras de la justicia de esta forma.

Las diferentes actualizaciones que ofrecía el máximo ente beisbolero sobre cómo iban las elecciones durante cada una de sus fases, ya asomaban algunas tendencias que no iban acorde con la equidad; sin embargo, con la conclusión del proceso a mediados de este jueves y tras el anuncio oficial transmitido por ESPN horas más tarde, se confirmaron nuevos casos carentes de imparcialidad.

Si bien muchas de las selecciones de los aficionados pueden prestarse a diferentes debates, como si Salvador Pérez realmente merecía más la titularidad en la receptoría de la Liga Americana que Yasmani Grandal y Gary Sánchez o si Xander Bogaerts era la alternativa correcta sobre Carlos Correa para el campocorto, cada uno tiene sus pros y sus contras, así como también ocurre con el caso de Marcus Semien y José Altuve en la segunda base del joven circuito.

Cuando todo se resume a esas batallas tan reñidas, es aceptable que los fanáticos tengan la última palabra sobre a cuál les gustaría ver más en la alineación inicial; pero desafortunadamente, hay otros casos que son dignos de reproche.

Viendo los lineups desde la primera posición hasta la número nueve, posiblemente el primer caso que obliga a encender alarmas sea el de Freddie Freeman como inicialista de la Liga Nacional.

El toletero de los Bravos ha tenido una sólida primera mitad del torneo, y tomando en cuenta que fue el MVP del viejo circuito durante la pasada contienda, no es difícil entender a qué se debe su popularidad entre los aficionados. Pero Max Muncy era, sin lugar a dudas, la alternativa con más méritos para figurar en el primer cojín por parte de su liga el próximo 13 de julio en Denver.

Superior por amplio margen:

Con 11 juegos disputados menos que Freeman hasta el jueves, Muncy lo superaba en jonrones (18 a 17) y boletos (52 a 48). Además, también es poseedor de una línea ofensiva ampliamente superior (.265/.417/.566 a .260/.366/.470).

El slugger de los Dodgers apenas tenía cinco anotadas y tres impulsadas menos que Freeman, a pesar de que el segundo registraba 71 apariciones al plato más. Muncy también era superior en wOBA (.416 a .356) y en wRC+ (169 a 124).

Freeman fue un muy buen inicialista en estos tres meses iniciales y en definitivamente merece el viaje a Denver, solo no como titular. Muncy comandó a todos los primera base del circuito en votos durante la primera fase del proceso, pero al iniciar la etapa complementaria esta semana, todos los jugadores clasificados arrancaron nuevamente desde cero y allí la afición de Atlanta terminó prevaleciendo.

No obstante, es del otro lado, en la Americana, donde se encuentra la mayor injusticia de todas. El trío de patrulleros elegidos por los fanáticos fueron: Mike Trout, quien no juega desde el 17 de mayo por una lesión y ni siquiera tiene previsto recuperarse a tiempo para el «Clásico de Mitad de Campaña», Aaron Judge y Teoscar Hernández.

Para muchos, la gran aberración sería la escogencia de Trout, pero tomando en cuenta que no estará disponible para ese entonces, algún otro candidato lo reemplazará en el lineup titular, por lo que no pasará a mayores.

Judge está entre los tres mejores patrulleros de la liga en esta primera parte, así que su escogencia tampoco es problema.

Ahora, cuando hablamos de que Hernández saltará al terreno del Coors Field desde el mismo primer inning, la historia cambia. El dominicano de los Azulejos también se presentaba como un buen candidato a ocupar uno de los puestos de la banca en el clásico, gracias a una compacta línea ofensiva de .302/.344/.492, con un wRC+ de 125.

¿Un titular? Ni cerca. El 1.2 de fWAR que registraba Hernández antes de la faena de este viernes era décimo quinto entre los guardabosques del joven circuito y menos del doble de la cifra que marcaron Cedric Mullins (3.7) y Joey Gallo (3.1).

A la callada, en gran parte por formar parte de los olvidados Orioles, Mullins ha sido el jardinero más completo de toda la liga en esta etapa inicial. El nativo de Carolina del Norte batea para .322/.391/.550, 14 bambinazos, 45 anotadas, 30 fletadas, 15 bases robadas, .401 de wOBA y 156 de wRC+ en 80 duelos.

Asimismo, Gallo no debe ser juzgado solo por su bajo promedio de .239, pues en el resto de las categorías ofensivas principales ha brillado. En 77 cotejos con los Rangers, el corpulento paleador acumula un OBP de .396, un slugging de .498, un wOBA de .386 y un wRC+ de 146, al mismo tiempo en que ha sacudido 20 vuelacercas y remolcado 46 carreras.

Por su parte, Michael Brantley también cuenta con mejores números globales que Hernández. El patrullero de los Astros liga para .345/.387/.510, con un wRC+ de 150 en 62 choques.

Es incluso debatible el hecho de que el novato Akil Baddoo (.279/.370/.488 en 62 choques) de los Tigres tiene más mérito que el quisqueyano para estar en la alineación titular en Colorado.

Al final, y solo resta esperar que así sea, cada uno de los mencionados previamente terminará recibiendo una invitación al Juego de Estrellas, pero se supone que los titulares, como en cualquier juego relevante, deben ser los mejores peloteros disponibles y ese no es el caso en esta oportunidad, por lo menos no en todas las posiciones.

Un solo responsable:

La culpa no es de los aficionados. Si se les ofrece la oportunidad, ellos tienen el derecho de votar por sus jugadores preferidos, tengan o no los mejores números entre sus colegas. Los fanáticos no están allí para hacer justicia.

El chaparrón cae otra vez sobre las Grandes Ligas, que en su intento por involucrar más a los aficionados, está creando un doble efecto que podría más bien alejarlos.

Después de todo, un encuentro en el que haya condescendencias (debe haber mínimo un pelotero representante de cada equipo) o puestos inmerecidos no es realmente tan llamativo.

Un juego que se promociona como lo mejor de lo mejor, no debe contar con alineaciones titulares construidas desde la parcialidad. Esa no es la forma de hacer más atractivo el evento y solo queda esperar que, más temprano que tarde, MLB lo comprenda.

Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza

Foto: AP.

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