Omar Narváez evoluciona en un receptor con aspiraciones elitistas

El alto mando de los Cerveceros vio algo en Omar Narváez que los motivó a preguntarle a los Marineros por su disponibilidad tras culminada su primera experiencia en Seattle. En ese momento, quizás no resultaba tan complicado entender qué había llamado la atención de Milwaukee con respecto al venezolano.

En primer lugar, un receptor que asome la posibilidad de batear y defender a un nivel cuando menos promedio, siempre recibirá atención en el beisbol de hoy en día, y seguramente en cualquier otra época también. Pero lo que la directiva lupulosa vio en Narváez fue mucho más que un careta con la capacidad suficiente de mantenerse en las mayores y ya.

Tanto en 2018 con los Medias Blancas, como en 2019 con los Marineros, el maracayero registró un wRC+ de 119 o más y venía de una prueba inicial con los bucaneros en la que marcó topes personales en los departamentos de jonrones (22), empujadas (55) y anotadas (63).

Así que unos meses después de concluida dicha campaña, Milwaukee tiró del gatillo y compró sorpresivamente barato en una transacción que llevó a Narváez a sus filas a cambio del lanzador Adam Hill, un prospecto que apenas daba sus primeros pasos en el profesional, y una selección suplemental de segunda ronda en el draft de 2020.

Un chaparrón a las altas expectativas:

Entonces llegó la pandemia y con ella, también una temporada realmente decepcionante por parte del criollo. En 40 desafíos disputados en su estreno con el club lupuloso, Narváez conectó apenas para .176 de promedio, con un OPS de .562 puntos y despachando solo dos bambinazos. Además, su porcentaje de ponches (31%) fue el más elevado de su joven carrera en las mayores.

Pero a pesar de la decepcionante contienda, los ejecutivos de los Cerveceros siguieron viendo algo en Narváez – aún cuando esta vez sí resultada complejo de entender para los aficionados – y decidieron extenderle un contrato rumbo a 2021 antes de la fecha límite para hacerlo a finales del año pasado.

Desde el mismo spring training, algo hizo click para el aragüeño. En su primer encuentro de la Liga del Cactus en la pasada pretemporada, Narváez se fue de 3-2, con un doble y una anotada. El resto de la primavera no fue muy distinta para el máscara, como tampoco lo ha sido este inicio de campaña.

Tras 18 desafíos antes de la jornada de este lunes, el toletero venezolano era líder en los renglones de average (.389) y OBP (.477) en la Liga Nacional, y registraba también tres jonrones, 11 impulsadas, .574 de slugging y 1.051 de OPS. Por si fuera poco, su fWAR (1.3) era el más elevado entre todos los receptores de la gran carpa con un mínimo de 60 apariciones al plato en lo que va de este campeonato.

El BABIP del careta de los Cerveceros ha dado un cambio drástico desde la cifra registrada el año pasado (.254, el más bajo de su trayectoria en MLB), a .400 en estas primeras de cambio de la temporada actual. Asimismo, su porcentaje de contacto ha mejorado de forma considerable, subiendo de 73.0% en 2020, a 85.7% en 2021.}

Y lo mejor de todo para Milwaukee, es que su defensa, el único aspecto destacable de la actuación de Narváez el año pasado, ha seguido mejorando este año. Luego de generar registros negativos en el departamento de carreras salvadas a la defensiva en cada una de sus primeras cuatro zafras como ligamayorista, Narváez marcó «2» en dicho renglón en el recortado torneo anterior y tiene «4» en lo que va de este año.

En pocas palabras, vaya que el criollo ha comenzado a recompensar la confianza y paciencia del alto mando de su organización, en un caso que podría brindarle a la divisa los frutos más coloridos y jugosos que hayan tenido en un buen tiempo.

Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza

Foto: Cortesía Cerveceros.

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