Desde su explosiva temporada de 2020, su mejor en las Grandes Ligas hasta la fecha, los días de Anthony Santander con los Orioles parecían estar contados. El venezolano ha estado envuelto en rumores de cambio en cada uno de los últimos dos inviernos, a pesar de que su desempeño en 2021 estuvo muy por debajo de lo esperado.
Sin embargo, ahora en la recta final de una presente campaña en la que el jardinero ha recuperado terreno en el cajón de bateo, el alto mando de Baltimore podría haber cambiado por completo sus planes futuros con Santander.
Luego de 128 compromisos este año, el ambidiestro registraba una línea ofensiva de .255/.333/.468, con 22 dobles, 27 cuadrangulares y 79 carreras remolcadas. Dichas cifras no están a la par de las que cosechó hace un par de contiendas atrás, pero llegan en un momento particular para la organización.
En esa recortada zafra de 2020 por la pandemia, las oropéndolas se mantenían como uno de los peores conjuntos de las mayores, destinadas al sótano de la competitiva división Este de la Liga Americana. Debido a ello, a pesar del gran rendimiento del margariteño, la posibilidad de una extensión de contrato lucía absurda; en su lugar, Santander se asomaba como la carnada perfecta para permitirle a la directiva del combinado obtener otras piezas jóvenes que acompañaran al club en sus planes futuros de competir.
Pero para sorpresa de todos, 2022 parece ser el comienzo de mejores tiempos en Camden Yards. Contra todo tipo de pronósticos, los Orioles llegaron al último mes de la temporada regular con un balance muy por encima de .500 (72-64 antes de la jornada de este miércoles) y en carrera por uno de los cupos comodines del joven circuito.
Héroe silencioso:
Adley Rutschman, Cedric Mullins, Ryan Mountcastle y Austin Hays, entre otros, han jugado papeles importantes en este renacer de los Orioles, tal como esperaban los ejecutivos de la novena; no obstante, quizás ninguno de ellos haya sido tan relevante como Santander, quien lideraba a todos los toleteros del conjunto en cuadrangulares, empujadas, porcentaje de slugging, OPS y extrabases.
En 43 desafíos desde el Juego de Estrellas, cuando la ofensiva general de las aves ha pasado por momentos complicados, el venezolano ha sacado la cara por sus compañeros. Durante ese lapso, Santander registró una línea ofensiva de .291/.348/.570, con 22 conexiones de múltiples almohadillas y 31 fletadas.
El sólido desempeño del guardabosques lo ha transformado de una carnada, cuyo objetivo era mantener caliente el puesto en las praderas hasta que prospectos como Kyle Stowers y Colton Cowser estuvieran listos, a un serio candidato a extensión de contrato para unos Orioles que parecen estar preparados para causar estragos en su división, no solo en lo que resta del vigente campeonato, sino también por los años venideros.
La realidad es que la posibilidad de que la directiva de la organización decida canjearlo en el próximo invierno sigue estando sobre la mesa. Con más pretendientes que nunca antes, luego de que Santander dejara claro que es capaz de repetir los números que marcó en 2020, Baltimore bien podría tirar del gatillo y hacerse de un abridor que pueda mejorar su rotación.
Pero a diferencia de los últimos dos recesos entre temporadas, la opción de que las oropéndolas puedan asegurar a Santander en sus filas por varios años más, luce tan real como un cambio. El criollo se ha ganado ese beneficio, con un rendimiento que si bien no ha sido tan sorpresivo como el de los Orioles en general este año, sí que podría ser igual de impactante en los planes futuros de la escuadra.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía The Athletic.