Llegar a las Grandes Ligas es el sueño de cada pelotero que decide tomar la vía profesional. Algunos lo consiguen en tan solo un par de años y otros deben esperar hasta una década; mientras tanto, muchos ni siquiera lo consiguen. Por eso, por la exclusividad que representa graduarse de grandeliga, es que las historias de cómo cada jugador se entera de su promoción jamás pasan de moda.
Sebastián Rivero disputó cuatro campañas en las ligas menores antes de finalmente recibir el llamado al máximo escenario este pasado lunes. Podría decirse que es el tiempo promedio que debe esperar un jugador mientras asciende en las granjas de su organización, pero eso no le quita el dulce sabor a la historia del joven receptor.
«Estaba muy feliz; de hecho, me quedé sin palabras al comienzo«, le comentó Rivero al Kansas City Star sobre el momento en el que fue informado de que sería añadido al roster activo de los Reales. «Estaba sonriendo, sonriendo y sonriendo porque es un momento que jamás voy a olvidar».
Las circunstancias en las que el venezolano recibió la noticia fueron bastante particulares. Rivero, de 22 años de edad, tenía previsto arrancar la temporada como el careta titular de la sucursal triple A de la divisa, pero luego de que el receptor suplente de los azules, Cam Gallagher, fuera golpeado en la careta por un par de fouls el domingo, el maracayero viajó a Kansas City en caso de que sus servicios fueran requeridos.
Entre la alegría y la incertidumbre:
«No sabía si me habían activado o no. Tenía esa emoción por dentro. Tan pronto como salté al terreno, todo el mundo me empezó a felicitar y les respondía que todavía no estaba activo, así que había que esperar», recordó Rivero. «Cuando terminamos la primera parte del entrenamiento, Mike (Matheny, mánager de los Reales) me apartó y me comentó que me habían activado. Me felicitó y me dijo que le dijera a mi familia. Eso fue lo primero que hice», añadió.
La esposa de Rivero y su pequeño hijo estuvieron presentes en el Kauffman Stadium el lunes en caso de que el máscara realizara su debut, pero el mismo no ocurrió. Después de algunos días viendo la acción desde la banca, Rivero fue alineado como noveno bate y receptor de los Reales para el desafío de este sábado ante los Medias Blancas.
«Hablamos de un jugador que hace todo de la manera correcta. Todo lo que le hemos pedido, lo hace de una forma que puede servir de ejemplo para el resto», indicó Matheny. «Sigue adelante. No le importa quién esté viendo o si nadie lo está haciendo, él sigue en lo suyo. Ha hecho mejores a otros receptores en nuestro sistema por el simple hecho de cuán duro trabaja. Y sorpresa, sorpresa: está mejorando cada vez más».
En 265 encuentros en las menores, Rivero exhibe una línea ofensiva de .250/.291/.345, con 12 jonrones y 110 carreras remolcadas. Si bien sus números ofensivos no son tan llamativos, el aragüeño ha ido ganando poder en el cajón de bateo recientemente. Además, era reconocido como el mejor careta defensivo en las granjas de Kansas City.
Tan o más importante que su estreno en la gran carpa, será poder vivir el momento con sus padres en las tribunas, en especial luego de no poder verlos en mucho tiempo, pues ellos residen en Venezuela.
«No puedo imaginar cómo será ese momento porque ya son dos años desde la última vez que vi a mis padres. Así que verlos en un momento así será extraordinario», cerró.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: AP.