Yonathan Daza se aferra a los planes de presente y futuro en los Rockies

Si los Rockies hubiesen optado por rendirse con Yonathan Daza antes del inicio de la presente temporada, realmente habría sido una sentencia bastante injusta contra el paleador venezolano. El corto margen de tiempo que significó su paso por las mayores en 2019, no lucía como argumento suficiente para descartar la posibilidad de que un prospecto con tan buenos resultados en las menores, pudiera trasladar ese éxito al máximo nivel.

Luego de pasar toda la recortada campaña anterior en el complejo alterno de Colorado, Daza arribó a la pretemporada del equipo este año sin opciones restantes para ser enviado a las granjas. En pocas palabras, si el alto mando no lo incluía en el roster de 26 jugadores para el día inaugural, tendrían que exponerlo en waivers y correr el riesgo de perderlo a manos de otra organización.

Con sólido rendimiento en la primavera, Daza logró colarse en la plantilla del mánager Bud Black para el «Opening Day», pero su estatus seguía pendiendo de un hilo, en especial porque la gran pregunta seguía estampada sobre su locker en el clubhouse: ¿puede batear en Grandes Ligas?

Por años, el aragüeño ha sido considerado como uno de los mejores jardineros defensivos de toda la franquicia y una sólida línea ofensiva de .318/.359/.438 en nueve zafras en las menores, parecía posicionarlo entre las promesas principales de la tropa púrpura.

Sin embargo, en una pasantía de 44 desafíos en las mayores hace dos años, Daza apenas pudo batear para .206, con un OPS de .494 puntos; números que ante la mirada de muchos, lo colocaban en el tan incomprensible renglón de peloteros que están por encima del nivel en triple A, pero aún así por debajo del existente en MLB.

El tiempo de juego regular trajo sus beneficios:

Frente a un chance mucho más real de exhibir sus cualidades en la gran carpa este año, en 95 turnos al bate, la séptima cantidad más alta entre todos los paleadores de los Rockies tras la faena dominical, Daza conectaba para .347/.370/.432, números parecidos a los que ha registrado en su exitosa trayectoria en las sucursales de la divisa.

Entre los toleteros de su conjunto con un mínimo de 100 viajes al cajón de bateo en lo que va de la actual contienda, el criollo era líder en promedio y BABIP (.421), además de rankear segundo en OBP, wOBA (.351) y wRC+ (107).

«Para ser honesto, se trata de trabajo fuerte y continuidad», le comentó Daza a la prensa el pasado viernes, sobre el cambio drástico en sus números en ambas experiencias como ligamayorista. «He trabajado mucho con el coach de bateo (Dave Magadan) para mejorar mi swing y ser consistente«, agregó.

Con un par de hits el domingo, el de «Cañaña» extendió su cadena de encuentros con cuando menos un imparable a siete. En ese lapso, su rendimiento ofensivo ha sido realmente absurdo, ligando para .609/.640/.739, junto con un OPS de 1.379.

«Hay un poco más de fuerza en su swing y creo que el enfoque que tiene también es algo mejor«, dijo Black comparando a este Daza con el que vio en 2019. «Creo que sus mecánicas son más consistentes con la trayectoria de su bate y sus manos. Allí es cuando ves más incogibles por el medio del campo y hacia la banda contraria. Eso me dice que el recorrido de su madero ha sido bien consistente. Pero creo que lo que más sale a relucir para mí es que tiene una mayor velocidad en su bate y fuerza en su swing, lo que lo hace más compacto», añadió.

Otras estadísticas avanzadas, en especial aquellas que se encargan de medir cuáles son sus números de acuerdo a la calidad de sus batazos, sugieren que Daza habría tenido algo de suerte hasta ahora, pero incluso esas cifras revelan una notable mejoría en comparación a su versión de hace dos años.

En 2019, el patrullero marcó .202 de xBA, .235 de xwOBA y .258 de xSLG, mientras que en este primer mes y medio de campeonato registra .270 de xBA, .261 de xwOBA y .300 de xSLG.

El camino por recorrer es largo todavía y la posibilidad de ser enviado a las menores sin pasar primero por waivers seguirá descartada para Daza, pero con Sam Hilliard fuera del camino por los momentos, tras ser bajado por un pobre desempeño en las primeras semanas del torneo, el venezolano continuará recibiendo la luz verde para probarse como grandeliga a tiempo completo.

Y en el proceso, también se estará jugando su puesto en los planes presentes y futuros de una novena que está recogiendo los frutos de haber organizado un juicio más acorde a una de sus principales promesas.

Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza

Foto: Cortesía Rockies.

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