Sangre fría para definir y mostrar serenidad en momentos apremiantes, sangre caliente para decirles a todos que mientras él está en la cancha nadie le ganará en jerarquía ni personalidad. Volvió Sergio Ramos y el Real Madrid ganó un Clásico crucial en el aspecto motivacional de una plantilla que llegaba golpeada.
Y así trabajó el capitán de la Casa Blanca. Con inteligencia y las ideas claras sobre las necesidades de su club. Muchas veces suele ser pasado de revoluciones y le pasa factura por vivirse los partidos con una dosis muy alta de adrenalina. Otros días es el mejor revolucionario que tiene Zidane en la cancha.
En el Camp Nou, Sergio Ramos dejó claro que los Clásicos se ganan con algo más que talento. Es la mezcla de trabajo, intensidad y capacidad mental para no perder el norte en el camino al objetivo. Fue el jugador del partido por fabricarse y marcar el gol ganador, pero también por no fallar en zona de peligro ni dejar se orientar a sus compañeros.
Eduardo Saragó, entrenador venezolano, se atrevió a mencionarlo como el mejor jugador del mundo: “Respeto opiniones. A veces puedo no compartir algunas y entender que los futbolistas de ataque son más vistosos para los aficionados. Para mí el mejor jugador de fútbol en la actualidad es Sergio Ramos. Pasarán 40/50 años y será igual de recordado que Messi y CR7”.
Efectivo en la hora cero
Las derrotas frente al recién ascendido Cádiz y en el debut de Champions contra el Shakhtar, tenían en vilo al vestuario. Las horas de incertidumbre sobre la capital española eran pasmosas y Zidane, según la prensa española, estaba tocado por el presente negativo. Así viajaron a Barcelona, con las ideas alborotadas.
Ante tanta complejidad, los que deben dar el paso al frente son esos líderes que se diferencian del resto por su personalidad. Y es precisamente lo que le sobra a Ramos, él tomó el timón del barco merengue desde la zaga central y repartió 52 pases precisos (95% de efectividad), recuperó cuatro balones e interceptó otros tres.
Ganó siete duelos y solo perdió tres, despejó cuatro veces el peligro y fue lo más limpio posible para no comprometer su futuro en el campo como en otras presentaciones. No fue amonestado y solo otorgó una falta. Incluso se atrevió a rematar cuatro veces al arco, tres de ellas dentro de los tres palos.
Claro, también otros líderes como Benzema, Kroos y Modric sacaron la cara. El francés dio su sexta asistencia en Clásicos y volvió a jugar a placer en el Camp Nou.
Ramos, el defensa goleador
El penal que ejecutó SR4 en el Camp Nou frente a Neto, fue el número 25 que acierta de manera consecutiva. Infalible en ese apartado, un especialista de clase mundial. A la altura de Cristiano Ronaldo y otros tantos desde el punto de castigo.
Son 656 partidos con el Real Madrid, en los que anotó 99 goles y asistió 89 veces. Tras la marcha de Cristiano Ronaldo, en el Real Madrid Ramos asume de líder, defensor y goleador. Es un todo que inspira a todos.
Escrito Por: Raúl Zambrano Cabello / @ZambranoPoesia
Foto: Agencias