3-0 en Barranquilla. Ese fue el resultado que abrió el camino a Qatar 2022 para las selecciones caribeñas. Ambas dirigidas por dos técnicos europeos. Aquel día parecía que las distancias eran enormes en los dos conjuntos. En Colombia gozaron de una goleada sobre una Venezuela que se vio expuesta.
Hoy, Peseiro se reivindicó, mostró de lo que es capaz cuando tuvo el tiempo de trabajo, y su posición no se discute. En cambio, su compatriota portugués habría llegado al fin de su etapa como entrenador. La información es que será destituido y recibirá 2 millones de dólares por la cláusula de rescisión.
Desde Barranquilla, todo cambió
Esto es un ejemplo para enseñarle a los fanáticos del fútbol lo cambiante que pueden ser las cosas. Carlos Queiroz tuvo un debut ideal en el torneo, mientras que José Peseiro fue destruido por buena parte de la hinchada. «No conoce a los jugadores». «no sabe del fútbol nacional», «no entiende cómo se juega en Sudamérica», todo eso se dijo de Peseiro. Ahora, esos comentarios se dirigen a Queiroz.
Después de la victoria cafetera, no parecía que fuese a ser un ciclo largo el del seleccionador de La Vinotinto. Ya lo criticaban y desmeritaban. Lo sucedido en Mérida, en la segunda jornada, no mejoró para nada la óptica de la afición y la opinión. «Este no era lo que prometió», se le reclamó, con un planteamiento muy conservador ante Paraguay, que solo le valió para caer derrotado de igual manera.
Del otro lado, Colombia sacaba un empate en Santiago. Un gol de Radamel Falcao al 90´salvó la noche y le amargó el partido a los chilenos. Cuatro puntos sacó en las dos primeras fechas. Nada mal, en el papel. Visitó a La Roja, un siempre duro contrincante, y no sufrió en lo absoluto en su casa..
Ahora recibió la goleada, en Barranquilla
Venezuela tenía el partido más difícil de toda la eliminatoria en Brasil. Peseiro planeó una estrategia similar a la empleada con La Albirroja, solo que mucho más justificada al enfrentarse a la pentacampeona. No hubo recriminaciones por su postura defensiva. Perdió, pero no molestó del todo. Era lo previsible.
En Barranquilla recibían a Uruguay. Colombia cayó 0-3 de local. Un rival directo les anotó 3. En su casa. Inaceptable para la prensa del país. Allí empezó la catástrofe de la segunda doble fecha.
Aquí, el partido clave
El cuarto compromiso premundialista fue un punto de inflexión en los combinados amarillo azul y rojo. Para uno la luz dentro del túnel, el otro se vino abajo.
La Vinotinto iba a un matar o morir en el Olímpico de la UCV contra Chile. Era sacar los tres puntos, o empezar la cuesta arriba si querían competir el resto de la Clasificación. Peseiro anticipó que la idea no sería la misma que en el Morumbí, y cumplió. Fue una disputa de tú a tú. Arriesgó cuando tenía que arriesgar. Causó una gran conformidad en su primer triunfo 2-1 al mando de la Selección.
Queiroz no vivió el mismo destino. Viajó a Quito, en el intento de reponerse tras el duro revés de los charrúas, y resultó humillado 6-1 por Ecuador. Los cañones fueron hacia él. Encajaron nueve goles en dos encuentros. Insostenible. Se especula sobre peleas dentro del vestuario, el DT con parte de la responsabilidad en el mal ambiente.
Peseiro se ganó el respeto y la confianza de los venezolanos. Aprendió de sus errores, reconoció y mejoró. Queiroz vino de más a menos en las cuatro fechas y su permanencia es un escenario inviable.
Todo arrancó con Queiroz venciendo 3-0 a Peseiro, el primero no dejó dudas y el segundo las sembró. Pues, al final, el que no tenía problemas se los fabricó, y el que los cargaba en sus hombros, los resolvió. Así fue el trayecto de estos dos ex-compañeros de trabajo en su nueva experiencia dirigiendo dentro de la competencia de mayor paridad en el fútbol internacional.
Escrito por: Santiago Aceituno R / @SantiAce23
Foto: Canal RCN