‘Lance’ se confiesa: Empecé a doparme a los 21 años

Lance Armstrong habló nuevamente de su relación con el dopaje. El exciclista estadounidense confesó que su primera experiencia con las sustancias anabolizantes ocurrió en 1993, cuando apenas superaba las dos décadas de vida y cumplía su primer año como pedalista en el pelotón profesional, previo al primer gran título de su empañada carrera.

Así lo revela Armstrong  en el primer capítulo de un documental titulado ‘Lance’, emitido por la cadena de programación deportiva ESPN, una semana después de que concluyera la exitosa serie ‘The Last Dance’ (El Último Baile), que retrató la dinastía de los Chicago Bulls del legendario Michael Jordan.

“No voy a mentirte. Tampoco digo que los que dicen lo contrario estén mintiendo. Te voy a decir mi verdad. Mi verdad no es mi versión de los hechos sino la forma en que los recuerdo”, dice Armstrong al inicio del programa, que llega siete años después de su famosa confesión del dopaje en una entrevista con la estrella de la televisión en Estados Unidos, Oprah Winfrey.

Después, el excorredor, antes aclamado y hoy defenestrado, entra en detalles respecto de cuándo comenzó a doparse, además de señalar que lo hizo plenamente consciente de lo que hacía.

Lance y su primera vez en el dopaje

“Empecé a doparme a los 21 años, en 1993, cuando fui campeón del mundo, pero solo con cortisona y estimulante. Siempre supe lo que me ponía. Siempre preguntaba cuando me iban a inyectar algo y siempre tomé yo la decisión. Me eduqué en dopaje, sabía lo que me ponían y lo acepté”, admite Armstrong.

El expedalista, tildado por muchos como la mentira más grande en la historia del deporte, reconoció que la cortisona le servía de poco, pues en el pelotón la mayoría usaba EPO y estaba un escaló debajo de los demás.

“Yo solo iba con cortisona, gasolina de bajo octanaje. Los demás, con EPO. Eso era alto octanaje, combustible de cohete. Y esa fue la decisión que tuvimos que tomar”, señaló el estadounidense.

Armstrong admitió que fue el médico italiano Michele Ferrari quien lo llevó a otros niveles en materia de dopaje. A este oscuro personaje lo conoció en 1995 y con este se introdujo en la técnica de los glóbulos rojos que se hacía a través de transfusiones de sangre.

Del cáncer a la gloria y después al infierno

Un año después, el estadounidense tuvo que librar batalla contra un cáncer de testículo, enfermedad que lo alejó de las competencias oficiales por dos años. Y luego del regreso Armstrong vivió la etapa más sublime de su carrera, una historia de película, al ganar siete títulos corridos en el Tour de Francia (entre 1999 y 2005), la prueba de mayor abolengo en el ciclismo mundial, tras superar la delicada enfermedad.

La mentira se cayó con el correr de los años, tras la publicación, una y otra vez, de documentos periodísticos que probaban su vinculación en actos de dopaje, hasta que el mismo exdeportista lo confesó. En octubre de 2012, la Unión Ciclista Internacional (UCI) le despojó de sus siete coronas en la estelar prueba francés, además de aplicarle una suspensión de por vida.

Escrito por Carlos José Méndez / @CarlitosJMendez

Foto: Cortesía rcnradio.com

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