Durante una buena parte de la primera mitad de la carrera de Ken Griffey Jr., el beisbol estaba en uno de sus mejores momentos como disciplina. Estadios repletos, buenos números televisivos e historias de jugadores o equipos que sencillamente captaban la atención del público por completo.
Pero a medida que los años fueron pasando, y que el recordado jardinero continuaba dándole los retoques finales a su indiscutible currículum de Salón de la Fama, el deporte de sus amores perdió popularidad. No solo dejó de ser una de las dos disciplinas más seguidas de los Estados Unidos, sino que también aflojó su lazo con la juventud, particularmente la de raíces afroamericanas.
Por años, se ha reportado que la disciplina del bate y la pelota ha quedado en un lejano tercer lugar entre los deportes favoritos de los norteamericanos, cada vez a mayor distancia del fútbol americano y el baloncesto. Tal bajón ha generado respuestas del actual Comisionado de las Grandes Ligas, que ha tratado de acelerar el ritmo del juego con diferentes medidas en un intento por atrapar nuevamente a la afición más pequeña.
Es posible, sin embargo, que ninguna decisión de Rob Manfred respecto a ese tema haya sido tan acertada como la de contratar a Griffey Jr. como asesor del Comisionado para la ayuda en el crecimiento del juego, con énfasis en las operaciones de beisbol y el desarrollo de los jóvenes; en particular, el inmortal tendrá como tarea mejorar el tema de diversidad en el beisbol en los niveles amateur.
Atacar rápido es la clave:
“Tienes que atraerlos desde temprano y mostrarles las cosas divertidas del juego”, le comentó Griffey Jr. al USA Today recientemente. “No todo el mundo tiene cable o la posibilidad de ver ESPN o MLB Network, pero el 95% de ellos tiene un celular. Podemos mostrar a través de las redes sociales cómo jugar las distintas posiciones. Podríamos motivarlos a que nos envíen videos a MLB para ayudarlos y así hacerle seguimiento a su crecimiento. Una vez que estén interesados, y piensen que tienen posibilidades, eso hará toda la diferencia del mundo”, añadió.
El 13 veces invitado al Juego de Estrellas tuvo problemas para encaminar a sus propios hijos por el mundo beisbolero, pues Trey, el mayor de ellos, tuvo una corta carrera en la NFL, mientras que su hija Taryn jugó baloncesto en la universidad de Arizona. El menor, Tevin, juega fútbol a nivel colegial.
Sin embargo, Griffey Jr. no lo toma personal. El también inmortal Barry Larkin tiene un hijo jugando en la NBA y el Salón de la Fama de la NFL, Thurman Thomas, tiene al suyo disputando desafíos de beisbol universitario.
“Nos reímos y decimos que nuestros muchachos no quieren ni siquiera jugar el mismo deporte que nosotros. No sé la razón. Quizás es porque no quieren ser comparados con sus padres”, expresó el expatrullero. “Ves a tu alrededor, y la gente puede enamorarse de algo primero y luego terminar haciendo otra cosa diferente. El primer amor de Michael Jordan fue el beisbol, al igual que para Bo Jackson. Lo hermoso de esto es tratar de que los jóvenes vuelvan a jugar”.
La población de color en las Grandes Ligas fue de solo 7.8% en los rosters de la jornada inaugural en la campaña pasada. Tres de los 30 equipos no tuvo ni un solo pelotero afroamericano y 16 de ellos contaban con apenas dos o menos en sus plantillas.
El MVP de la Liga Americana en 1997, hoy en día de 51 años de edad, sabe que no está en sus manos cambiar por completo esa tendencia; sin embargo, su esperanza en este nuevo cargo es marcar la mayor diferencia posible.
Según Griffey Jr., uno de los aspectos más importantes para ello, es no presionar a los niños para que jueguen algún deporte o incluso para que lo hagan de forma impecable. Los padres que le gritan a sus niños durante los juegos están entre los principales responsables de que los jóvenes se alejen del deporte en el futuro, de acuerdo a la teoría del astro.
“La gente necesita entender la diferencia ente emocionarse y ser ese imbécil en las tribunas. He visto a padres agobiar a sus hijos. Quieren que los niños sean esto, aquello y lo otro y eso les pone demasiada presión. La presión llegará desde el exterior, así que lo peor que puedes hacer es generarla desde la casa, en especial con los deportes”, continuó.
Asimismo, Griffey Jr. también considera que los coaches deben ser menos estrictos con los pequeños que practican la disciplina.
“He sido coach de fútbol y jamás he sacado a un niño de un juego por cometer un error. En la vida vas a cometer errores y así es cómo te levantas de nuevo”, indicó la leyenda. “Si cometes alguna pifia y te saco, ¿qué aprendiste? ¿Que no puedes cometer errores? Lo único por lo que esos niños deberían preocuparse es por quién comerá los mejores dulces después del duelo”.
Se limitará estrictamente a sus responsabilidades:
La intención de Griffey Jr. de colaborar con el beisbol en esta capacidad no es nueva, pero el nativo de Pennsylvania le comentó a Manfred y a Tony Clark, director ejecutivo de la Asociación de Peloteros, que no quiere involucrarse en otros aspectos del juego como las disputas laborales.
Además de motivar a los jóvenes a practicar el deporte con la intención de que firmen al profesional algún día, el inmortal también quiere probar que incluso si no tienes las herramientas indicadas para tener éxito en el terreno, hay otras formas en las que puedes involucrarte en el juego.
“La gente no entiende que hay personas que no iban a lograr ser beisbolistas, pero aún así consiguieron trabajos en el deporte. Lograron estar alrededor de la disciplina que aman. Quiero asegurarme de que se den cuenta de todas las oportunidades que hay en el beisbol”, indicó. “Si puedo conseguir que comiencen a jugar temprano en sus vidas y que crezca en ellos ese amor por el beisbol, quizás eso se haga cargo de lo demás y podamos llevar este juego de vuelta a donde pertenece”.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: AP.