Los Lakers se clasificaron a los Playoffs de la NBA por primera vez desde 2013. De ese equipo que fue barrido por los Spurs en primera ronda, hay un sobreviviente que volvió después de pasar por varios equipos: Dwight Howard. El centro ahora cumple un rol totalmente distinto al que tenía en aquella temporada.
Si en 2012 le hubieras dicho que sería el suplente de Javale McGee -como lo es hoy-, probablemente Howard se hubiera reído o enfurecido. Su estatus era otro en esa época.
Ocho veranos atrás, juntando a Dwight Howard y Steve Nash con Kobe Bryant y Paul Gasol, la franquicia de Los Angeles intentó formar su propio “super equipo”. Como se sabe, la idea no resultó de la mejor manera. Un duelo de egos entre Kobe y Howard, un despido temprano en el banquillo -Mike Brown fue destituido tras 5 partidos- y Nash que no sabía cómo hacer jugar a todos, son solo los primeros problemas que tuvieron aquel año.
El camino a la redención de Dwight Howard en Los Angeles
El pívot pasó a ser agente libre y se fue a Houston, pero no por razones económicas. Los Lakers le ofrecían un contrato igual o mejor. Las relaciones no fueron buenas, ni con sus colegas, ni con la afición, ni con el cuerpo técnico, y se terminó yendo tras una campaña de haber llegado vía intercambio.
Estuvo tres temporadas al lado de James Harden, en los que su valor fue disminuyendo en la liga. Sin trascender en los Playoffs, decidió irse a un lugar donde estuviera cómodo. Por eso firmó con Atlanta, su tierra natal.
Más allá de no ser el mismo “Superman” que llevó a Orlando a las finales de 2009, recibió un salario de gran magnitud. 70 millones por 3 años. Terminaron quintos en el Este y perdieron en seis juegos contra los Wizards.
Dwight Howard fue intercambiado a Charlotte y también fue titular en los 81 encuentros que disputó. Luego, volvió a ser cambiado, a Washington esta vez. Solo vistió 9 veces la camiseta de los capitalinos. Fue traspasado a Memphis, quienes lo cortaron y dejaron libre.
Un paseo bastante largo por muchos equipos de la NBA hasta finalmente encontrar un hogar estable y que le permitiera volver a luchar por el título.
Viejo equipo, nuevo rol
Para la offseason de 2019, no muchos equipos estaban interesados en adquirir al ocho veces All-star. Los Lakers, uno de ellos, en su búsqueda de jugadores experimentados, hicieron contacto con Dwight Howard y le propusieron un contrato por una temporada.
“Me dije a mi mismo: ¿Sabes qué? No me importa nada, cuantos puntos anotaré, los rebotes que voy a tomar, cuantos minutos jugaré, ni si mi nombre va a salir en los periódicos”, comentó sobre el momento en que recibió el llamado del oro y purpura, durante un Instagram Live con Jared Dudley -compañero en LAL- hace unos meses.
Tras mucho tiempo dando vueltas, aceptó el rol de veterano que podía cubrir en una franquicia necesitada de logros inmediatos. Así Howard pasó de ser una super estrella de la liga, al que viene desde el banquillo. Y se lo ha tomado de la mejor manera.
Cuando entra en la segunda unidad, es una inyección de energía en los tableros. Si le toca quedarse sentado, anima y alienta como ninguno a sus compañeros. Antes de esta etapa en California, solo había sido suplente en un partido de su carrera. En la actual, titularizó dos noches nada más.
Incluso su buen rendimiento le valió para estar de vuelta en el concurso de clavadas. Esta es la evolución de un jugador cuya nueva función, a los 34 años, ha entendido perfectamente. Hoy tiene menos kilos, pero mucha más condición atlética.
Se alejó de todas las pretensiones pasadas para conseguir ese anillo. Se le ve feliz jugando 19 minutos. Aporta 7.0 puntos y 7.0 rebotes por juego. Ya no importa lo individual, todo es para el bien colectivo.
Escrito por: Santiago Aceituno R / @SantiAce23.
Fotos: NBA, Marca.
Video: NBA.
