Acuña Jr. parece haber alcanzado un nuevo nivel de monstruosidad en el plato

¡Vaya comienzo de temporada ha sido este para Ronald Acuña Jr.! De hecho, ¡vaya carrera la que ha tenido el venezolano hasta ahora! Lo más impresionante de todo, como buena superestrella, es que justo cuando parece que ya se ha mencionado cada aspecto del juego que lo hace tan exitoso, algo adicional sale a relucir de la nada y lleva su estatus a un nuevo nivel de grandeza.

Pasaba con Ted Williams y Ken Griffey Jr., y también está pasando actualmente con Mike Trout, Fernando Tatis Jr., Juan Soto y por supuesto, Acuña Jr.

Ya de por sí considerado como uno de los mejores jugadores de todo el beisbol, el jardinero de los Bravos ha dado señales en estas primeras semanas de la actual temporada de que este año podríamos presenciar una versión aún mejor de su juego. Quizás pueda sonar como algo sensato tomando en cuenta que siempre se espera progreso de jóvenes peloteros, pero las debilidades que ha mostrado Acuña Jr. hasta ahora son tan pocas que realmente nos obliga a preguntarnos si hay forma de atacarlas.

Pues, por increíble que parezca, la respuesta es sí. Tras sus primeros 11 juegos de la vigente campaña, el Novato del Año de la Liga Nacional en 2018 exhibe una robusta línea ofensiva de .429/.490/.881, con un OPS de 1.371 puntos. Hasta culminada la jornada del martes, ningún toletero del viejo circuito superaba al criollo en promedio, slugging y OPS.

Sin embargo, no hay nada para sorprenderse allí. Es simplemente Ronald siendo Ronald, ¿cierto? Ahora, ¿qué pasa cuando mencionamos que el patrullero está exhibiendo una disciplina en el plato tan elitesca como la de pocos otros? Acuña Jr. nunca ha sido catalogado como un bateador con severos problemas de selección de pitcheos ni mucho menos, pero dicha cualidad tampoco suele ser asociada con su trabajo, como sí ocurre con Soto, por ejemplo.

Evolución en marcha:

Es posible que esa tendencia cambie este año, siempre y cuando este estricto proceso de compra de pitcheos se mantenga para el venezolano. Entre los 243 toleteros que habían visto 50 o más envíos fuera de la zona de strike en lo que va de esta contienda, Acuña Jr. marcaba el tercer porcentaje de «chase» o de swings a lanzamientos fuera de la zona (9.6%), una cifra incluso mejor que la de Soto (12.5%).

Si comparamos ese número con los tantos por cientos que ha marcado el oriundo de La Sabana en sus tres temporadas previas en el máximo escenario, los resultados son impresionantes. En 2018, su año de estreno en las mayores, Acuña Jr. marcó 23.6% en el departamento de «chase rate», mientras que en 2019 registró 24.0% y en 2020 20.0%.

No se trata de una pequeña mejoría hasta los momentos, sino de una considerablemente significativa, y por ende, inesperada.

De acuerdo a Baseball Savant, el dos veces Slugger de Plata le está haciendo swing a uno de cada 10 pitcheos malos que le hacen (solo había abanicado a ocho de los 83 envíos fuera de la zona que había visto hasta el martes). En otras palabras, está comprando a poco menos de la mitad de los pitcheos malos a los que le hizo swing en 2020, cuando abanicó a uno de cada cinco lanzamientos fuera de la zona.

Lo mejor de todo es que la menor cantidad de swings a pitcheos fuera de la zona están llevando a que el talentoso paleador haga más contacto cuando sí abanica. Su porcentaje de ponches ha bajado de 29.7% en la recortada zafra anterior a 14.3% en las primeras de cambio de este año.

Asimismo, su tanto por ciento de swings fallidos también se ha reducido de 29.9% hace un año atrás a 16.2% en 2021. Acuña Jr. ha pasado de poncharse y abanicar el aire más que el jugador promedio de las Grandes Ligas en sus campañas previas, a hacerlo con mucho menos frecuencia que ese nivel estándar este año.

El ataque no ha bajado revoluciones:

Por si fuera poco, los swings que se ha guardado el guardabosques no lo han hecho menos agresivo en el cajón de bateo, sino todo lo contrario. Acuña Jr. está abanicando a más envíos dentro de la zona que el año pasado. Además, solo ha dejado pasar uno de los pitcheos que han atravesado el centro del plato, también llamados «meatballs«.

Su porcentaje de swings a pitcheos buenos en lo que va de este torneo está a la par de los que mostró en sus primeras dos zafras como ligamayorista y su 92.9% en el renglón de «meatballs» es ampliamente el más elevado de su joven trayectoria.

La visión que ha mostrado Acuña Jr. en estas primeras semanas es tan llamativa que no solo está dejando pasar los pitcheos malos, sino que la mayoría de los que está dejando ir son envíos quebrados o como son coloquialmente llamados, «basuritas».

En su lugar, cuando dichos envíos de menos velocidad vienen en la zona correcta – justo cuando los pitchers menos quieren que los abaniques – Acuña Jr. no los ha perdonado.

Para cerrar, se puede decir que si bien la perfección es imposible y más aún en el beisbol, donde fallar forma hasta más parte del juego que triunfar, Acuña Jr. está coqueteando con el prototipo de bateador ideal más que cualquier otro de sus colegas.

Su carrera ya era muy emocionante, pero estas mejorías tan marcadas en sus casi inexistentes talones de Aquiles, prometen hacer de la misma una trayectoria digna de admirar.

A prepararse, amigos. Este camino apenas comienza y vaya que es especial…aún más de lo que imaginábamos.

Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza

Foto: Cortesía Bravos.

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