Caribes: ¿slump momentáneo o golpe de realidad del pitcheo en la LVBP?

Se sabía que República Dominicana era el gran favorito de la actual edición de la Serie del Caribe, pero también se suponía que los primeros tres juegos del torneo, en su edición de 2021, estaban al alcance del representante venezolano, Caribes de Anzoátegui.

A pesar de un roster repleto de figuras con estatus elitesco en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, los indígenas reflejan un balance negativo de 1-2 tras su primer trío de enfrentamientos en la cita que tiene lugar en Mazatlán.

Luego de caer en compromisos seguidos ante las delegaciones de Panamá y Puerto Rico, los cuatro veces campeones del beisbol nacional finalmente sumaron su primer triunfo en la competición este martes, cuando vencieron a Colombia por la mínima diferencia.

En campeonatos tan cortos como este, comenzar con un par de reveses es prácticamente una sentencia de muerte; sin embargo, lo más preocupante de todo parece ser el severo slump ofensivo que atraviesa la alineación del mánager Mike Álvarez, misma que terminó la temporada regular de la LVBP con la mayor cantidad de jonrones (30) entre los ocho equipos del circuito y el segundo mejor promedio (.302)

No obstante, tras sus careos con Federales, Criollos y Caimanes, la artillería de Caribes apenas exhibía cuatro carreras anotadas, tres de las cuales llegaron en su derrota en el compromiso inaugural ante Chiriquí. En el segundo cotejo, los anzoatiguenses recibieron nueve arepas por parte de Caguas, mientras que en su triunfo sobre Barranquilla en la tercera jornada, apenas necesitaron pisar la registradora en una ocasión.

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Esas cuatro anotaciones de la tribu estaban igualadas con las obtenidas por los representantes boricuas como la menor cantidad entre los participantes hasta la tarde de este martes; con la gran diferencia de que para ese momento, Caribes tenía un juego disputado más que los Criollos.

Por su lado, los aborígenes recibieron un total de nueve rayitas en ese primer trío de duelos en la cita caribeña, lo que colocaba su diferencial de carreras en -5, el segundo peor del torneo, solo por encima del -13 que exhibían los cafeteros.

Es allí cuando surge la duda de si este letargo ofensivo de los criollos es simplemente un slump momentáneo, del que ningún equipo está exento, o si va más ligado a un golpe de realidad que enfrentan los bateadores de una liga en la que el pitcheo parece haber estado muy por debajo del nivel exhibido en sus circuitos vecinos de Dominicana, México y Puerto Rico.

Para ponerlo en contexto, un total de 31 bateadores con turnos oficiales terminaron la campaña 2020-2021 de la LVBP con promedios de .300 o por encima de dicha barrera, incluyendo tres de ellos (Hernán Pérez .402, Danry Vásquez .414 y Alí Castillo .430) que sobrepasaron la anhelada marca de .400.

En su lugar, solo una decena de paleadores superaron los .300 de average en la Liga Arco, según la base de datos del portal playidx.com, mientras que apenas nueve lo hicieron en el circuito que año tras año se juega en honor al inmortal Roberto Clemente. En Quisqueya, a su vez, únicamente seis toleteros fueron capaces de batear para un promedio tan llamativo, esto a pesar de que el torneo contó con la presencia de algunos de los mejores chocadores latinos en la actualidad.

Tomando en cuenta que la cantidad de bateadores con dichos averages es mucho más pareja en el trío de ligas vecinas, en comparación con la abrupta ventaja que saca la LVBP sobre ellas, pareciera que lo ocurrido es más una consecuencia del bajo nivel del pitcheo en Venezuela durante esta pasada campaña, y no de una superioridad de los toleteros en el circuito local.

Siete de esos 31 paleadores que superaron los .300 puntos de promedio en la pasada ronda regular criolla, están en el roster de Venezuela para esta Serie del Caribe, incluyendo a cuatro de los que terminaron con los mejores siete promedios y a dos de los tres que superaron la barrera de los .400.

Una teoría difícil de comprobar:

Es cierto que un margen de apenas tres juegos es muy corto para asegurar que, en efecto, se trata de un sacudón de realidad para los bateadores criollos, pero aún así no deja de ser llamativo lo ocurrido hasta los momentos, en especial cuando el dominio de los maderos en la pasada temporada venezolana fue tal, que según el portal pelotabinaria.com.ve, la efectividad colectiva del circuito (4.93) fue la más elevada en su historia.

La monarquía ofensiva llegó a un punto tan alto en la LVBP en este pasado campeonato, que llegó a cuestionarse en más de una oportunidad si la pelota utilizada tenía algo que ver con el fenómeno.

Los detractores de esta teoría podrían alegar que un bateador grandeliga como Williams Astudillo es capaz de registrar los números que marcó en la LVBP ante cualquier pitcheo invernal; y si bien hay mucha veracidad en dicho señalamiento, es digno de resaltar que la “Tortuga” es el único miembro de la plantilla de Anzoátegui en el actual torneo que vio acción en la gran carpa en esta zafra anterior.

Estas líneas no pretenden restarle valor a lo conseguido por cada uno de los toleteros que plasmaron números destacados en la campaña 2020-2021 de la pelota local, pues conseguir tales cifras en un circuito profesional, sea cual sea, siempre será motivo de reconcomiendo.

Pero es justamente en este tipo de competiciones, en las que todos los circuitos miden fuerzas, cuando quedan en evidencia las carencias y abundancias de cada uno. En Venezuela, más allá del corto margen evaluativo, se mantiene la duda de si este slump de uno de los equipos más ofensivos del país tiene, quizás, otras connotaciones.

Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza

Foto: Prensa Serie del Caribe.

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