Indios y un cambio de nombre ligado a una generación de respeto, no de cristal

Se ha convertido en costumbre utilizar el escudo de la famosa “generación de cristal” para defender cualquier ofensa u atropello hoy en día. “Esta juventud se queja por todo” o “el mundo es cada vez más blando”, son algunas de las frases recurrentes en redes sociales y en conversaciones personales cuando se habla de muchos temas de actualidad. ¿Cómo podría entonces salirse de ese lote el tópico del cambio de nombre de los Indios de Cleveland?

Así es. Después de décadas y décadas desde su fundación (1915, para ser más exactos), el equipo de las Grandes Ligas con sede en la ciudad de Cleveland ya no se llamará “Indios”. La medida fue tomada por la directiva del club, y reportada por el New York Times este domingo por la noche, luego de años de protestas y críticas en los Estados Unidos de parte de comunidades nativas americanas, que consideraban ofensivo y burlista dicho nombre.

Tras el reporte, e incluso durante estos años previos de rumores sobre la posibilidad del mencionado cambio, aficionados que difícilmente pueden ser catalogados con otros adjetivos más que radicales e indolentes, además de personalidades de impacto, como el todavía presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, han sacudido las distintas plataformas digitales con mensajes de descontento y hasta odio por quienes finalmente lograron su cometido.

Acusados sin base

Por supuesto, entre los mensajes de ira, es popular la inclusión de la “generación de cristal” como responsables de la medida. Un grupo en el que, al parecer, encajan todos aquellos nacidos del año 2001 en adelante.

Unos presuntos culpables que son juzgados con bases inexistentes, pues las protestas por el nombre y logo de los Indios han estado presentes desde la fundación del equipo, por allá en años de una generación que quién sabe cuál nombre reciba.

Las personas con raíces nativas americanas han alegado por décadas algo muy cierto: los indígenas son personas, no mascotas. Y tienen todo su derecho en manifestar su descontento, como han hecho en reiteradas oportunidades, incluyendo en protestas a las afueras del Progressive Field antes del encuentro inaugural de Cleveland de cada temporada en los últimos años.

En muchas de esas oportunidades, los manifestantes han sido víctimas de insultos y agresiones por parte de la fanaticada del conjunto que no comparte su punto de vista, según el reporte de varios medios norteamericanos, y más específicamente, del estado de Ohio.

Un 2020 con muchas protestas por hechos racistas

La diferencia en 2020 tiene poco que ver con la aparentemente repudiada “generación de cristal”. En su lugar, Estados Unidos atravesó uno de los años más difíciles en época reciente en el país; no sólo por la pandemia del coronavirus, sino por distintas protestas a consecuencia de hechos racistas, como el asesinato de George Floyd, un ciudadano de color, a manos de un oficial de la policía en Minnesota hace varios meses atrás.

Tales hechos, muchos minimizados y hasta ignorados por el mismo presidente Trump, le dieron al problema del racismo en los Estados Unidos el protagonismo que no había tenido en mucho tiempo.

En julio, los anteriormente conocidos como Pielesrojas de Washington, conjunto de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), anunciaron que dejarían a un lado dicho nombre, ante la presión ejercida por patrocinantes como FedEx, Pepsi y Nike.

Poco después, los Indios emitieron un comunicado en el que aseguraban que evaluarían la posibilidad de un cambio en su nombre. Cleveland ya había dado señales de un nuevo rumbo antes de la zafra 2019, cuando decidieron eliminar su popular logo del “Chief Wahoo”, una mascota animada con rostro de indígena, de uniformes, vallas publicitarias y de cualquier rincón de su estadio.

Algunos se niegan… por ahora

 Otras organizaciones deportivas norteamericanas con nombres alegóricos a los indígenas, como los Bravos de la MLB, los Kansas City Chiefs de la NFL y los Chicago Blackhawks de la NHL, indicaron que no tenían planes de alterar sus nombres, pero universidades y colegios en los Estados Unidos, cuyos clubes deportivos son casi tan importantes para el público local como los profesionales, abandonaron nombres y mascotas basadas en la cultura nativa americana hace mucho tiempo atrás.

Si bien directivos de los Indios han señalado en varias oportunidades que el nombre fue colocado en honor a Louis Sockalexis, un exjugador de las Arañas de Cleveland, divisa que existió en las mayores en el siglo XIX, quien era miembro del grupo indígena conocido como “Nación Penobscot”, la realidad es que no es complejo entender la razón por la que las comunidades con raíces aborígenes en los Estados Unidos han pedido el cambio durante tanto tiempo.

Va desde algo tan sencillo como la tradicional rivalidad deportiva entre aficionados. En un ejemplo más claro imposible para los venezolanos, es común para un fanático de los Navegantes del Magallanes coletear un piso con una franela o bandera de los Leones del Caracas, en una señal de burla, mayormente amistosa, con su archirrival.

Pero dicha broma podría tener otra connotación si tiene lugar en los Estadios Unidos, y un nativo americano ve a un aficionado cualquiera utilizar una prenda con el nombre que identifica a su cultura, o peor aún, el rostro que asocia con sus ancestros, como un simple instrumento de limpieza.

Respeto por lo ajeno

No somos quiénes para determinar con qué se sienten o no ofendidos otros, en especial cuando venimos de distintas culturas y no comprendemos sus creencias y filosofías de vida.

El cambio de nombre de los Indios, así como el de los Pielesrojas anteriormente, y cualquier otro que pueda venir, no es producto de la “generación de cristal”. Y esto viene de alguien que nació en 1990, por lo que no encaja en ese grupo selecto.

Prefiero verlo como un gesto de una generación más solidaria e inclusive. Que seguirá disfrutando de su beisbol en Cleveland, en el mismo estadio, en la misma división y con la mayor parte de su núcleo de jugadores (así pierdan a Francisco Lindor, pero esa es otra historia)

El beisbol, como el nombre del equipo de Cleveland, cambia para mejor. Y todo gracias a esta generación de la que formamos parte todos aquellos que intentamos obrar con solidaridad por delante.

Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta / @AndresEspinoza

Foto: MLB

Botón volver arriba