La frustración se está apoderando de Snitker y su crítica hacia Acuña lo prueba

Lo que ocurrió en el Truist Park de Atlanta en la noche del miércoles habla mucho más de Brian Snitker, que de Ronald Acuña Jr. La muestra más clara de ello se puede encontrar con una formula bastante sencilla: ¿Cuál de los dos actuó de manera atípica?

En todo su recorrido como pelotero profesional, y particularmente desde su arribo a las Grandes Ligas en 2018, el venezolano ha sido reconocido como un jugador agresivo. Esa es la razón por la que Acuña Jr. se robó 44 bases entre tres categorías distintas de las menores en el año previo a su graduación como grandeliga.

Esa campaña pudo terminar con 64 almohadillas estafadas, pero el jardinero falló en el intento de ganar otra base en 20 ocasiones. Allí está el riesgo de ser un pelotero de naturaleza agresiva y ambiciosa; a veces todo sale bien y a veces no tanto.

La mentalidad de quererlo todo fue la que llevó al oriundo de La Sabana a una temporada de 37 bases robadas en 2019, que de no haber sido por una lesión que comprometió su tiempo de juego en la recta final, posiblemente hubiese terminado en una campaña de 40-40 para él.

¿Cuántos de sus 74 dobles como ligamayorista pudieron quedarse en simples sencillos de no ser por su instinto de ir por más?

¿Cuántas veces se habría quedado varado en tercera en lugar de contribuir a sus 374 anotadas, si no hubiese asumido la responsabilidad de correr con todas sus fuerzas desde segunda o incluso desde primera tras alguna conexión atravesada?

Quizás no tantas como para alterar sus números globales de forma dramática, pero la diferencia entre un gran jugador y una estrella radica justamente en las cosas más pequeñas. Ronald Acuña Jr. es una de las principales figuras de todo el beisbol, entre otras cosas, porque va siempre más allá de lo que podría o se atrevería a hacer otro pelotero en su misma posición.

Nada fuera de lo habitual:

Así que cuando la «Bestia» sacudió un batazo contra la pared con un out en el noveno inning del desafío del miércoles frente a los Medias Rojas y se animó a doblar en segunda y continuar su carrera hacia la antesala con el juego 10-8 a favor de Boston, no estaba haciendo absolutamente nada por lo que no haya sido aplaudido y elogiado en el pasado.

Era Ronald siendo Ronald. El mismo que todos amamos ver en el terreno de juego y que tantas alegrías le ha traído a su organización en tan solo algunos años.

La diferencia en esta oportunidad fue que la jugada terminó en el segundo out del episodio y dejó las almohadillas vacías para Freddie Freeman, con Atlanta todavía abajo por dos en el marcador.

Eso produjo la reacción atípica de Snitker. En plena rueda de prensa post-encuentro, el mandamás de los Bravos calificó como «estúpida» la decisión de su patrullero estelar de intentar tomar una almohadilla adicional, así como tantas veces ha hecho antes.

«No puedes hacer cosas estúpidas como esa y esperar ganar juegos. Tenemos la carrera del empate en el plato con el MVP (Freeman, ganador del premio en 2020) y te dejas sacar out por 10 pies de distancia. No puedes hacer eso si quieres ganar», le comentó Snitker a los medios norteamericanos.

El éxito que ha conseguido el dirigente tras tomar el mando de la divisa en mayo de 2016 es indiscutible. En sus cuatro zafras completas en el puesto antes de la actual, Snitker llevó a los Bravos a los playoffs en tres ocasiones, incluyendo una excursión que los mantuvo con vida hasta el séptimo juego de la Serie de Campeonato frente a los Dodgers en la recortada contienda anterior.

Su currículum incluye una distinción como «Mánager del Año» en la Liga Nacional en 2018 y ha estado entre los principales candidatos a llevarse el premio en cada una de las últimas dos zafras también.

Pero en una contienda en la que partían como grandes favoritos a repetir en su división, Atlanta aterrizó en la faena del jueves con balance de 30-35, como terceros en el grupo y a siete juegos y medio del primer lugar.

La frustración de no solo quedarse a un juego de la Serie Mundial en 2020, sino también de unos decepcionantes 65 desafíos iniciales del presente torneo, están comenzando a apoderarse del capataz y su arremetida contra Acuña Jr. pareciera ser indicativo de que el alto mando de la franquicia debería intervenir.

Los Bravos no perdieron su choque del miércoles por el atrevimiento del criollo, sino porque el pitcheo del club metió a la ofensiva en un hueco del cual fue imposible salir.

El bullpen de Atlanta permitió seis de las 10 carreras de los patirrojos esa noche y ahora el cuerpo de relevistas de la novena tiene una efectividad de 4.95 en lo que va del año, la cuarta más elevada entre todos los conjuntos de la Liga Nacional.

Aficionados y expertos han atribuido gran parte del pobre rendimiento del bullpen a la mala utilización de los relevistas por parte de Snitker en varias oportunidades.

¿Pero el noveno revés del equipo en 14 juegos en junio es culpa del jardinero que ligó de 5-3, con una remolcada, ese día?

Algo no está bien, y evidentemente no tiene nada que ver con la temporada de MVP que está construyendo Acuña Jr. En su lugar, la directiva de los Bravos necesita evaluar si se acerca el momento de concluir la era de Snitker al mando.

Y así evitar el mantener a cargo a un mandamás incapaz de detectar los verdaderos problemas de su conjunto.

Eso sí que sería bien estúpido.

Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza

Foto: The Atlanta Journal-Constitution.

Botón volver arriba