Miguel Cabrera y su madre: una legión de bateadores

Deben ser pocas personas en el mundo que puedan tener el tupé de criticar el bateo de Miguel Cabrera. Quién se atrevería a señalarle un error a uno de los 33 humanos con por lo menos 3.000 hits en las Grandes Ligas; séptimo con, además, 500 jonrones y único en esa lista con una Triple Corona. Quizás Gregoria Torres sí, madre de jugador de los Detroit Tigers y reconocida como una de las mejores bateadoras del softbol femenino en Venezuela.

De hecho, la señora Goya, como es conocida por su círculo de confianza, señaló por mucho tiempo que era mejor en el arte de golpear la pelota con un madero que Cabrera. Pero todo eso se acabó el 23 de abril de 2022, cuando Miguel soltó un sencillo y llegó a tres millares de incogibles en las mayores.

“Hablamos de eso, de que ahora no, ahora batea él más, porque meter 3,000 hits hay que tener corazón, eso no es fácil”, dijo a Efraín Ruiz Pantín para un reportaje en LasMayores.com. “Ya no se lo digo. Es que nadie, no se le puede decir eso. Ya no se le puedo decir”.

Gregoria Torres no es la madre común de un beisbolista en Venezuela. Su presencia en los estadios no solo era para llevar agua, aplaudir las buenas actuaciones de su hijo o cantar para celebrar las victorias del equipo. Para esos momentos que Miguel Cabrera era un niño, ella era la tercera base titular de varias selecciones, por lo que contaba con los conocimientos suficientes para opinar de bateo.

Pero, una vez el niño empezó a crecer, ella se alejó del terreno. “Me dije: ‘O juego yo, o juega él’”, rememoró. “Lo hice para dedicarme más a él. Ya tenía siete años y la niña ya tenía tres. Era un poco más problemático, pues”.

De esa forma finalizó una carrera que tuvo 14 años en la selección de Venezuela. Disputó un Mundial de Sóftbol Femenino, numerosos torneos estadales y comparaciones imponentes de personas que todavía se desempeñan como evaluadores de talentos en las Grandes Ligas.

“Era como ver a Cal Ripken Jr. en tercera, con el bate de Miguel”, dijo Germán Robles, actual scout de los Nationals y que en 1999 se encargó de que los Marlins pusieran sus ojos sobre el prodigio de Maracay, Miguel Cabrera. “Era muy buena. Buenas manos, tremendo brazo, poder. Una mujer fuerte, decidida. Tremenda atleta”.

Buen contacto, parte de la familia de Miguel Cabrera

Los jonrones son los batazos favoritos de los aficionados del beisbol, pero dentro de la familia de Miguel Cabrera, nada como un hit producto de la habilidad. Esos que caen en los jardines sin mucha fuerza.

De acuerdo a los cercanos a la señora Goya, ella podía hacer de todo en el plato. Quizás soltaba un incogible arriba de la segunda base, pero también un extrabase. O hasta un vuelacercas que terminara a mitad de las gradas.

“Goya bateaba mucho. Primero fue segundo bate y shortstop, pero después agarró fuerza y bateaba de tercero o cuarto en la selección”, afirmó a Ruiz Pantín el padre de Miguel Cabrera.

Por eso tiene la autoridad suficiente para aconsejar a uno de los mejores bateadores de todos los tiempos. Bueno, al menos tenía de acuerdo a la propia Gregoria. “A veces uno le dice: ‘Oye papá, te están pichando afuera, muy afuera está cayendo la bola’. Pero eso es otra cosa. Tú no le puedes decir a Miguel, ‘levanta el brazo, estás dejando el bate abajo’. A Miguel no le puedes decir eso. No se puede, porque estás diciéndole a uno de los mejores bateadores del mundo cómo va a batear. Él está mejor para aconsejar”.

Redacción Sports Venezuela

Foto: Detroit Tigers

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