Terminó la tortura. La jornada del martes 29 de marzo significó el fin de las que han sido –sin duda alguna- las peores eliminatorias de Venezuela desde aquellas que se jugaron en el camino a Francia 1998, cuando inició el formato todos contra todos para definir los cupos de la Conmebol.
El proceso clasificatorio hacia Catar ha dejado muy malas sensaciones. Pese a contar con una de las generaciones más talentosas de su historia, la Vinotinto experimentó un preocupante retroceso y volvió a los niveles erráticos de aquellos tiempos cuando era considerada la ‘cenicienta’ de Suramérica.
Por segunda campaña consecutiva, la oncena nacional finalizó de última entre las diez integrantes de la Confederación Suramericana de Fútbol. No es novedad, porque en el proceso anterior (Rusia 2018) también concluyó en la casilla de fondo. Pero sí es alarmante el hecho de que haya encajado el mayor número de derrotas de toda su historia en clasificatorias mundialistas.
Venezuela superó su propia marca de juegos perdidos
Venezuela sucumbió en 14 de los 18 partidos que disputó en la ruta hacia Catar y con ello superó su propio récord, que estaba vigente desde hace 26 años.
En el ciclo para definir los cupos de la Conmebol a la Copa Mundo de Francia 1998, la Vinotinto cayó en 13 ocasiones y se instaló en los registros históricos como el combinado con más tropiezos sufridos en un mismo proceso.
Aquella vez, la oncena venezolana terminó con números muy pobres, apenas tres puntos conseguidos, producto de trío de empates, ocho goles anotados y 41 recibidos, en 16 presentaciones.
En el camino a Catar, las estadísticas no fueron muy diferentes. Es cierto que Venezuela ganó tres partidos y alcanzó 10 contables, pero no sumó punto alguno de visitante y cerró con una diferencial de goles de -20 (14 marcados y 34 recibidos).
La inestabilidad institucional repercutió en la cancha
Claro está, en el recién concluido premundial Venezuela atravesó por una inestabilidad institucional que tuvo repercusión en el campo.
En agosto de 2020 murió quien era presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, Jesús Berardinelli, y ello dio paso a una autoridad provisional designada por la FIFA, Laureano González, antes de que Jorge Giménez fuese electo como nuevo titular del ente rector del balompié venezolano.
El cambio de mando en la FVF provocó que la Vinotinto tuviese tres entrenadores entre 2020 y 2022. El portugués José Peseiro, nombrado como DT nacional cuando Berardinelli aún estaba con vida, comenzó las eliminatorias, aunque se encontró con todo tipo de dificultades, derivadas de la pandemia por la covid-19.
El luso renunció al cargo en agosto del año pasado, cuando apenas Giménez se instalaba en la silla de la FVF, al aducir retraso en el pago de emolumentos, situación que desembocó en la llegada de Leo González al timón vinotinto en condición de interino.
Y luego llegó el rimbombante nombramiento de José Pékerman como seleccionador criollo, la apuesta de Giménez para llevar a la Vinotinto a su primer mundial en 2026.
Escrito por: Carlos José Méndez / @CarlitosJMendez
Foto: Cortesía