Todo empate en condición de visitante suele catalogarse como positivo. En el caso del 1-1 con el que el Barcelona salió de su visita al Diego Armando Maradona, casa del Napoli, en la ida de los octavos de final de la Champions League, no parece un resultado del todo satisfactorio.
El conjunto culé pudo haber sentenciado la eliminatoria en suelo napolitano. Lejos está de aquellos tiempos en que era una aplanadora, pero tuvo un buen arranque de partido y desaprovechó la oportunidad de dar un primer golpe en una etapa inicial en la que ejerció claro dominio. Le costó llegar con claridad, pero cuando lo hizo no cambió por goles las ocasiones.
Gol 93 de Lewandowski en Champions League
No fue sino hasta el minuto 60 cuando el Barcelona reflejó en el marcador la superioridad que registraba en el terreno de juego. Robert Lewandowski hizo alarde de su calidad con una acción individual dentro del área, a pase de Gundogan, para batir al portero del equipo italiano. Así las cosas, el histórico delantero polaco facturó su gol 93 en el prestigioso torneo.
El 1-0 era, desde luego, un gran negocio. Tocaba buscar un tanto más para dejar en ‘terapia intensiva’ al Napoli, que estrenaba técnico (su tercero de la temporada), o cuando menos sostener la ventaja.
Barcelona no pudo sostener la ventaja
Ni lo uno ni lo otro. El Barcelona, lejos de tener solidez defensiva, permitió el empate del cuadro italiano, a 15 minutos del pitazo inicial y le dio vida a un elenco italiano que hasta entonces había sido intrascendente.
Una falla del zaguero central Íñigo Martínez en la marca sobre el delantero nigeriano Osimhen dejó a este último solo en el área y con todo a favor para batir al cancerbero alemán del Barcelona.
Así, con el 1-1 terminó un partido agridulce para el cuadro culé, que irá a la vuelta con los nervios de punta, aun siendo local, el 12 de marzo en Montjuic.
Por Carlos José Méndez
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