Y se te dio, Leo

Leo feliz, Sudamérica feliz. Leo contento, el mundo contento. Después de intentarlo una y otra vez, caer en cuatro finales, tres de manera consecutiva, dos por penales, y continuos fallos de tus compañeros cuando los reflectores caían sobre ti, se te dio. Cuando tuviste unos de tus peores partidos en mucho tiempo y te marcaban de a cuatro jugadores a la vez para evitar que hicieras lo de siempre, te respaldaron. Tres genialidades ajenas: un pase, un control y una definición te permitió alzar el bendito título pendiente. Ángel Di María y Rodrigo de Paul, el planeta fútbol se los agradece.

Las «deudas» se saldaron

La «deuda» que tenías con Argentina, si eso se le puede llamar, quedó saldada. La que tenía el fútbol con vos, la cobraste en un escenario digno de enmarcar. Hay mil maneras de tirar para abajo esta Copa América. Es la cuarta en los últimos seis años, con un formato en fase de grupos que regalaba el pase a cuartos, sin público hasta la final. Pero que haya sido contra Brasil, Neymar, en el Maracaná y tras 28 años de sequía para La Albiceleste borra cualquier asterisco. Lo celebraron de la misma manera que hubieran festejado un Mundial. Y eso es solo por ti, Leo.

Porque te la merecías, porque te la debían, porque la necesitabas, porque eras el capitán, el «10», porque jugaste un torneo impresionante dominando cada reglón. Porque acabaste goleador del certamen. Porque fuiste el MVP. Porque hiciste, una vez más, todo lo posible por llegar a esa instancia, y en esta ocasión, te devolvieron el favor. Jugaron por ti, metieron pierna por ti. Tus compañeros dejaron la piel sólo por ti. La mentalidad de principio a fin era «por Leo».

Todo por vos, Leo

Al fin fuiste motivo de juntarse en el Obelisco de Buenos Aires. Al fin levantaste un trofeo con tu selección. Un retiro momentáneo y frustraciones constantes te cegaron y creíste que simplemente «no se te da». Pero la perseverancia dio premio al mejor jugador del mundo. La final que se le ganó al clásico rival en su casa, que rompió la «maldición», que le quitará esa carga a la nueva generación. Hay que dimensionar lo que significa esto para tu pueblo y lo sabes más que bien.

Te compararon, pero eres incomparable. Te cuestionaron, y ahora eres incuestionable. Te desearon mal, pero conseguiste lo bueno. Te exigieron, y ahora eres inexigible. Te rompieron una estatua, te llamaron «pecho frío». Todo quedó atrás. El 10 de julio de 2021 se cerraron bocas, se tumbaron argumentos. Sos grande, Leo.

Escrito por: Santiago Aceituno R / @SantiAce23

Foto: Copa América

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