Los contratos poco a poco han perdido poder en la NBA. Se ha creado un pensamiento alrededor de los jugadores en los que ellos deberían tener más control de su destino. Pues, lo tienen. Si se comprometen cinco o cuatro años con una franquicia, es porque dieron el sí. Pero ahora parece que cuando no se sientan del todo felices están en posición de demandar un cambio.
El último caso es el de James Harden. «La Barba» firmó hasta el verano de 2023 con los Houston Rockets. Y antes de cumplir con la mitad de su vínculo pactado, ya ha pedido su salida, según informan los medios norteamericanos. Ni siquiera la mitad de lo acordado.
Esto pone a los Rockets, como podría ser cualquier equipo cuya máxima estrella desee salir, en una situación muy negativa. Por un lado, dicho contrato lo mantiene y no los apura a salir de él, por el otro, quedarse con una figura descontenta no suma chances de hacer un gran papel.
Así ha sucedido en múltiples ocasiones. Kyrie Irving le pidió su traspaso a los Cleveland Cavaliers en la 16/17, cuando aún restaban dos temporadas en el convenio. Los de Ohio no se hicieron mayor problema y los Celtics ayudaron aflojando piezas de valor. ¿Y si Boston no ofrecía nada que conformara a los Cavs?, Irving hubiera abandonado el conjunto casi gratis o permanecería molesto.
Suena feo decirlo. Son empleados. Acuerdan un monto, unas condiciones y están en el deber de llevarlas acabo. Muy distinto es cuando faltan 12 meses para terminar su relación y la gerencia, para no perderlo en la agencia libre a cambio de nada, lo intercambian. Allí la cuestión es de la organización.
Antetokounmpo selló el contrato más caro de la NBA
Esto a raíz de la noticia de la semana. Se hizo esperar hasta el último día posible. Finalmente, Giannis Antetokounmpo extendió por 5 años y 228 millones de dólares -mayor monto de la historia- su estadía en Milwaukee. ¿Garantía?, no. Depende las personalidades. Está claro que un escenario donde los Bucks no lleguen a las finales en las próximas tres campañas podría desatar una solicitud de transferencia de parte del griego.
Los contratos son mutuos acuerdos. Son un compromiso. Y deberían respetarse sin importar los resultados deportivos.
Escrito por: Santiago Aceituno R/ @SantiAce23
Foto: El País