Yulimar Rojas dio un salto a la gloria con su registro de 15 metros y 67 centímetros y se acreditó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio, una hazaña que se convirtió en el hecho de mayor relevancia en la historia del deporte venezolano.
De esa manera, Rojas sumó su segunda medalla olímpica en el salto triple, tras la plata que amarró hace cinco años en Rio, y batió un récord mundial que había impuesto la ucraniana Inessa Kravets, dos meses antes del nacimiento de la atleta criolla.
Rojas nació el 25 de octubre de 1995. Para la fecha, Kravets ya era poseedora de la plusmarca del mundo con el 15.50 que firmó el 15 de agosto de ese año.
La venezolana destrozó la marca de la europea con una memorable actuación en el estadio olímpico de Tokio, testigo de una gesta que tuvo repercusión en todo el mundo. La nacida en Caracas y formada en Anzoátegui reportó para Venezuela su cuarta medalla de oro en su historial de participaciones en la magna justa deportiva y la dejó sembrada en los registros históricos como la primera deportista del país con un título olímpico.
Yulimar Rojas empezó todo con un récord olímpico
Yulimar Rojas fue noticia desde su primer vuelo. La criolla inició su participación en la final, desarrollada la mañana del domingo, con un impulso de 15.41 que de entrada la puso al frente de la contienda y le llevó a quebrar la anterior marca para los Juegos Olímpicos, firmada por la camerunesa Francoise Mbango, con 15.39 en Beijing 2008.
Ese esfuerzo inicial le aseguró por adelantado la medalla de oro. Ninguna de sus rivales había superado la frontera de los 15 metros en toda la temporada de 2021 y era poco probable que alguna superase la marca y diese el batacazo.
De allí en adelante, la competencia dividió en dos su interés: por un lado la venezolana en su empeño de romper el récord mundial y por el otro la lucha por la plata y el bronce entre la portuguesa Patricia Mamona, la española Ana Peleteiro y la jamaiquina Shanieka Ricketts.
Después de su primer salto, que la dejó a dos centímetros de su registro personal (15.43), Rojas confrontó problemas en tres de sus cuatro siguientes intentos. La venezolana marcó 14.53 en su segunda carrera y acto seguido cometió el primero de dos ‘fouls’ que tuvo durante la fecha.
En su cuarta oportunidad, la triplista, que reside en España y se entrena bajo la orientación del cubano Iván Pedroso, volvió a pasar de largo los 15 metros (15.25), pero seguía sin conseguir el segundo de sus objetivos.
Un quinto salto la acercó al récord mundial, pero el intento fue invalidado debido a que pisó la tabla que marca el límite entre la legalidad y el ‘foul’.
Y llegó el momento que todo el mundo estaba esperando
El sexto y último salto era a todo y nada. El oro ya estaba en poder de Rojas, al tiempo que Mamona y Peleteiro ya se había asegurado los siguientes lugares en el podio. La criolla desarrolló una carrera a ritmo acelerado, completó sus tres movimientos con pulcritud y luego el vuelo a una zona a donde ninguna triplista había llegado.
15.67 fue el resultado y de inmediato el estallido de júbilo de la venezolana, de su entrenador y hasta de la española Peleteiro, su habitual compañera de entrenamientos en España.
Rojas quebró la marca mundial y lo más asombroso es que lo hizo por mucho: 17 centímetros.
Así, el mundo registró una actuación histórica, apoteósica e inolvidable de una atleta que está fuera de lote y a sus 25 años vive el momento cumbre de su carrera.
“Hoy se materializa la nueva era de Yulimar Rojas”. Su palabra vaya por delante reina. Nos vemos en París 2024.
Escrito por: Carlos José Méndez / @CarlitosJMendez
Foto: Prensa IND
