Después de convertirse en el primer venezolano en conquistar una medalla plateada en halterofilia, Julio Mayora afirmó que se siente feliz por darle una nota positiva a su nación en plena pandemia de coronavirus.
Tras recibir el metal que lo acreditó como el subcampeón de la división 73 kilogramos (kg), expresó que lo que más lo emocionó fue saber que la gente celebró su hazaña pues le demostró su cariño gracias a esa acción.
«Gracias Dios y a toda esa gente que me apoyó. Me escribieron muchas personas dándome motivación y energía, pero no quise tocar el teléfono porque estuve muy concentrado en el evento», señaló el joven de 24 años en un diálogo con Andrés Henríquez, periodista del Instituto Nacional de Deportes (IND).
Elogió la labor de la Federación Venezolana de Levantamiento de Pesas (FVLP) que lo ayudó durante su preparación para conseguir el segundo metal en la disciplina de fuerza, tras el bronce logrado por Israel Rubio en Atenas 2004.
«Quiero agradecer a todo mi equipo de trabajo desde el preparador físico hasta el psicólogo. Gracias al personal de la FVLP, estoy dándole alegrías al país».
Las marcas de Mayora
Este atleta nacido en Catia La Mar, estado La Guaira, levantó un total de 346 kilos de los cuales alzó 156 en arranque y 190 en envión.
Gracias a ese desempeño en el Foro Internacional de Japón escoltó en el podio al chino Shi Zhiyong quien se colgó el metal áureo después al sumar 364 kg, producto de subir 166 en arranque y 198 en envión.
Cree que Zhiyong es un gran deportista y por eso lo elogió pues recordó que en Río 2016 se proclamó monarca de la categoría 69 kg y ahora hizo lo propio en los 73 kg.
«De verdad estoy alegre y contento con esta medalla. Los números que tenía eran para segundo lugar, porque el chino tuvo una competencia muy buena. Mis respetos para él, pero nos veremos en París 2024«.
El tercero en el orden
El indonés Erwin Ramah Abdulah levantó 152 kg en arranque, 190 kg en envión y totalizó 342 kg para quedarse con el círculo de bronce en una competición en la que Mayora acaparó las miradas de los jueces por su peculiar celebración tras culminar el certamen.
Este litoralense ejecutó un salto mortal producto de la emoción. Lo hizo de manera perfecta y luego se abrazó con Oswaldo Tovar quien lo entrena desde que tenía 10 años y con el que planificará la rutina que empleará en los distintos eventos previos a París 2024.
«El trabajo de aquí al 2024 es corto. De ahora en adelante toca entrenar más fuerte para mantener o superar el nivel”, agregó un guaireño que apunta al apoderarse del oro en territorio galo.
Escrito por: Joseph Ñambre | Twitter: @JosephSports27
Foto: Prensa IND
