Omar Catarí: De la supervivencia en las calles a la medalla olímpica (+Video)

Hace 36 años, el boxeador Omar Catarí llenó de orgullo a todo el estado Lara, su entidad natal, y a toda Venezuela, después de ganar medalla de bronce en los en Juegos Olímpicos Los Ángeles 1984, como semifinalista de la categoría pluma (57 kilos).

 

 

Catarí subió al cuadrilátero olímpico en cuatro ocasiones y solo cayó en su última refriega. El larense superó a un argelino, a un japonés y a un surcoreano antes de ceder en semifinales frente al estadounidense Meldrick Taylor. A esa altura, Catarí ya se había asegurado una medalla y un lugar en los libros de historia del deporte venezolano.

 

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De esa manera, Catarí, con 22 años, coronaba, con broche de bronce, una historia de supervivencia que inició desde sus primeros años en el barrio El Garabatal, al oeste de Barquisimeto, a donde lo llevó a vivir su familia, proveniente de Rio Claro, la población donde vio la luz de este mundo.  

 

Catarí era parte de una familia numerosa –ocho hermanos-, pero muy humilde. Como eran tantas bocas para alimentar, incluyendo la suya, el miembro del salón de la fama del deporte larense debió salir desde muy chico (6 años) a las calles para ayudar con el pan diario del extenso grupo familiar.

 

Omar Catarí aprendió a ‘boxear’ en las calles

 

De hecho, fue en las calles donde vivió sus primeros episodios como boxeador, pues, en una suerte de supervivencia, se defendía, con los nudillos de sus puños, de quienes pretendían arrebatarle las ganancias del día por la venta de empanadas hechas por su mamá y periódicos. Así lo reconoció el propio Catarí en una entrevista concedida al periodista Frank Depablos Useche y al diario El Impulso, de Barquisimeto, en el año 2016.

 

Catarí terminó su carrera, extensa por demás, con registro de 176 peleas efectuadas,  150 triunfos y 26 derrotas. Incursionó en el profesional, pero no duró mucho esa etapa, pues, ha dicho, no era de su agrado. Solo aceptó saltar al rentado por razones económicas, pero nada, a su criterio, como el amateurismo.

 

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En los últimos años, el larense se ha dedicado a labores de entrenador y en esa faceta ya ha dado pasos importantes, como el de 2018, cuando condujo a la clasificación a los Olímpicos de la Juventud a Giodanny Jiménez, uno de sus pupilos que también es nacido en territorio guaro.

 

Escrito por: Carlos José Méndez / @CarlitosJMendez

Foto: Cortesía

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