La temporada de 2021 tiene múltiples significados para Eduardo Rodríguez. Era la campaña del regreso tras un año ausente por la miocarditis que le provocó el COVID-19 en 2020 y la oportunidad de ser el as en la rotación de los Medias Rojas. Pero también es la zafra que antecederá a su ingreso a la agencia libre y seguramente garantizar estabilidad económica.
El inconveniente para Rodríguez es que su actuación no invita a pensar que recibirá la oferta de contrato que le gustaría y que por mucho tiempo mereció. No cuando tienes efectividad de 5.15 con WHIP de 1.38 durante los 136.1 episodios que ha lanzado en la campaña. Es la parte negativa, pero lo bueno es que tiene un mes para mejorarlo.
Septiembre será el último chance del venezolano para mejorar su estatus entre los abridores actuales. Con buenas presentaciones en las dos o tres aperturas que le restan en la campaña terminará mucho mejor posicionado para discutir contratos con las organizaciones de las Grandes Ligas.
Sin embargo, Eduardo Rodríguez necesitará acelerar el paso de inmediato. El zurdo ha concedido 15 carreras, 14 de ellas limpias, durante los 26.1 innings que ha lanzado en sus últimos choques. Recibió cuatro cuadrangulares y, aunque concedió seis boletos, solamente ponchó a 20 rivales, una disminución sustancial de su capacidad para que los rivales abaniquen sus pitcheos.
Y nuevamente, parece ser una cuestión de que él simplemente no tiene todo funcionando al mismo tiempo. Rodríguez se ha acostumbrado a ser principalmente a trabajar con tres lanzamientos, aunque a veces se pueden utilizar armas. Pero principalmente, necesita que su bola rápida, recta cortada y cambio de velocidad sean efectivos al mismo tiempo. No obstante, ha sucedido todo lo opuesto.
¿Eduardo Rodríguez es víctima de la mala suerte?
Las estadísticas generales de Eduardo Rodríguez indicarán que no es un lanzador efectivo esta temporada, pero las modernas tienen argumentos para indicar que solo ha tenido mala suerte. Además, afirmarán que en un brazo confiable y que vale la pena ofrecer un buen contrato para cuando inicie la agencia libre.
Porque entre lo que sucedió y lo que debió pasar hay un universo enorme que en las Grandes Ligas solo los números pueden explicar. Dentro del sistema de medición de las mayores existe un renglón llamado “estadísticas esperadas”. Ahí harán el cálculo de cómo deberían ser el promedio de los bateadores y la efectividad de los pitchers utilizando la fuerza del contacto y las características del mismo. En un beisbol en el que abundan los posicionamientos defensivos, no es algo que se deberá ignorar.
Esos cálculos mantienen que Eduardo Rodríguez induce contactos débiles y, si mucho de ellos se convierten en hits o extrabases, es por malos posicionamiento de la defensiva. Después de todo, los batazos que permite el criollo tienen una velocidad de salida promedio de 86.7 millas por hora, que lo coloca en el percentil 86 de la liga, considerándolo élite (Solo lo supera el 14% de los lanzadores en la actualidad).
Además, es un lanzador que ha ponchado al 27.2% de los rivales que enfrentó, tope personal en su carrera. Con estas medias, Eduardo Rodríguez “debería” tener efectividad de 3.67 y no el 5.15 que tiene. Ya sea por los estadios que lanza o mala suerte, el criollo ha lanzado mejor de lo que enseñan muchas estadísticas de acuerdo a las métricas avanzadas.
Pero eso no será una carta tan fuerte durante las negociaciones que se le avecinarán en la agencia libre. Solamente con una destacada actuación en septiembre mejorará su línea estadística y quedará en mejor posición para buscar un contrato multianual, como todo jugador sueña desde que se establece en las Grandes Ligas.
Escrito por: Céaar Sequera Ramos |@CesarSequera11
Foto: Medias Rojas de Boston