Para Germán Márquez, pareciera como si se tratara de un videojuego en el que a medida que vas sobrepasando obstáculos, te comienzas a conseguir con unos cada vez más grandes. Como si no fuera suficiente con la asignación de lanzar la inmensa mayoría de sus juegos en el temido – para los pitchers – Coors Field de Colorado, el derecho tuvo que lidiar con trabas adicionales en su salida del jueves.
El venezolano venía con todos los ingredientes para una receta de bajo ánimo, luego de ser vapuleado por los Rojos en Cincinnati cinco días atrás, en una faena en la que permitió hasta 12 hits y nueve carreras, ocho de ellas, limpias en sus cinco episodios de labor.
Además, Márquez recibió un pelotazo en una de sus muñecas mientras estaba en el montículo en el primer episodio y tuvo que batallar con calambres en su espalda y corva.
Todo lucía ideal para una segunda aparición paupérrima por parte del nativo de San Félix, pero en su lugar, los Rockies recibieron seis episodios en blanco, con apenas un incogible permitido, tres boletos y dos ponches de su número uno en la rotación.
«Ha pasado por esto anteriormente», señaló el mánager de los púrpuras, Bud Black, sobre los dolores de su lanzador. «En los últimos años, hubo algunos juegos en los que tuvimos que sacarlo antes porque se acalambraba. En esta ocasión comenzó en el quinto inning, pero logró completar el sexto. Teníamos planeado enviarlo de regreso a la loma para el séptimo acto. Lamentablemente cuando regresó de su último turno al bate sentía calambres en la espalda y la corva. Quizás tuvo que ver con deshidratación, no estoy seguro. Lo que sí es que Germán tiene algo de historia con estas cosas», añadió.
Un enemigo común en 2021 volvió a figurar:
Por si fuera poco, los problemas de control, que se han vuelto característicos del serpentinero este año, también estuvieron presentes en su choque ante los Cerveceros. De los 83 pitcheos de Márquez en el duelo, solo 54 estuvieron en la zona de strike, además de que registró dos «wild pitches» de forma corrida en el quinto capítulo.
Aún así, la clase del criollo salió a relucir nuevamente en el llamado «Paraíso de los Bateadores» en las Grandes Ligas, donde su efectividad en la presente campaña es de 3.56, mientras que su marca en la carretera es de 5.74.
Por muy extrañas que parezcan esas cifras, ha sido el común denominador para el cuerpo de abridores de Black en lo que va de año. La rotación de Colorado tenía un porcentaje de carreras limpias permitidas de 3.54 en el Coors Field hasta el jueves y uno de 6.42 lejos de casa.
«Me gustaría tener una respuesta. Creo que hay un factor de comodidad cuando estás en tu propio parque. Sé que este estadio es propenso a los batazos, pero a nuestros pitchers no les importa«, indicó Black. «Estos lanzadores son fuertes mentalmente, en especial los iniciadores, porque ellos son los que están soltando 100 envíos por apertura aquí».
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía Rockies.