J.D. Martínez llenó de elogios a «Miggy» tras su gesta de los 3.000 imparables

Uno de los aspectos más maravillosos del deporte radica en la admiración entre atletas. Cuando una estrella puede dejar a un lado sus logros personales para rendirse a los pies de otro colega, al punto de admitir que de no haber sido por él, quizás su carrera hubiese tomado un rumbo mucho más sombrío. Este jueves, el jardinero J.D. Martínez se unió a esa larga lista de deportistas que, sin temor alguno, han expresado su fanatismo por un compañero del gremio.

Se trata, nada más y nada menos, que de Miguel Cabrera, quien hace apenas algunos días se convirtió en el toletero número 33 en la historia de las Grandes Ligas en sumarse al club de los 3.000 indiscutibles. Además de ello, el maracayero es un bateador de más de .300 puntos de promedio en una carrera que cursa su vigésimo año y está a un doble de alcanzar los 600 en la gran carpa.

«Es increíble, para ser honesto», le dijo Martínez a MLB.com sobre la reciente hazaña de Cabrera. «Esos son 200 hits por temporada durante 15 años. Una locura».

El paleador de raíces cubanas, que ha sido invitado al Juego de Estrellas en cuatro ocasiones y que ha ganado tres Bates de Plata en su trayectoria, estuvo a punto de quedar marginado del deporte hace algunos años, cuando los Astros de Houston decidieron dejarlo en libertad en 2014, luego de tres campañas con desempeños por debajo de lo esperado.

Martínez, de 34 años de edad, hizo algunas modificaciones en su swing y logró llegar a un acuerdo con los Tigres de Detroit para regresar a las mayores ese año. Por primera vez en su estadía en el máximo escenario, el espigado cañonero superó los 20 jonrones y las 70 carreras impulsadas, en lo que significó el comienzo de una nueva historia para él como beisbolista.

Con guion de Hollywood:

Ese año, Cabrera venía de dos de las mejores temporadas de pelotero alguno en tiempos recientes. En 2012, el criollo obtuvo la primera Triple Corona ofensiva en varias décadas dentro de MLB, además del premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana, mismo que se llevó de nuevo en la contienda siguiente.

El tan envidiado swing de «Miggy» ha servido de motivación y estudio para varios de sus colegas a lo largo de los años: Martínez, tal como confesó esta semana, es uno de ellos.

«Hice la modificación en el swing y de la nada me firmó el equipo del tipo que más estudié para poder hacerlo», contó Martínez. «Honestamente, fue como una bendición de Dios«.

A pesar de que el hoy figura de los Medias Rojas es tan solo cuatro años menor que el venezolano, la diferencia en sus números es considerable. Lejos de apenarse por ello, Martínez prefiere expresar su admiración por la grandeza de su ex compañero.

«El otro día estábamos hablando de eso, viendo todas sus apariciones al plato y esas cosas. Yo tenía 300 dobles y él 599. Únicamente podía pensar: ‘Increíble, va a doblar mi cantidad de dobles‘. Ves los turnos y también ha doblegado mis apariciones en el plato. Y yo solo decía: ‘¿Cómo es eso posible?», indicó.

Y es que además del inmenso talento para batear del futuro miembro del Salón de la Fama, para poder saborear semejantes mieles, también se requiere de una disciplina física que te permita mantenerte en el terreno de juego durante tanto tiempo.

«Para si quiera poder tener esa oportunidad, literalmente todo tiene que salir bien«, expresó Martínez. «Tienes que llegar a la liga con 20 años de edad, producir desde el mismo arranque y mantener ese ritmo. Todo debe salir a la perfección», cerró.

Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza

Foto: AP.

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